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ROMPIENDO MALDICIONES parte 32

ROMPIENDO MALDICIONES parte 32

LA PUERTA DE LOS CABALLOS






Nehemías 3

28 Desde la puerta de los Caballos restauraron los sacerdotes, cada uno enfrente de su casa.
29 Después de ellos restauró Sadoc hijo de Imer, enfrente de su casa; y después de él restauró Semaías hijo de Secanías, guarda de la puerta Oriental.

Esta puerta se llamaba así, porque era la puerta la cual usaban los jinetes cuando regresaban de la guerra victoriosos, esta puerta daba justo al palacio.

A esta puerta se le llama también de la Batalla o de la Victoria.

Pero para que esto ocurriera era necesario que el Reino de las Tinieblas, que era el que prevalecía fuera derrotado, y eso tenía que ocurrir primero en lo espiritual; recordemos que la rebelión se inició precisamente ahí.
Mientras que tu no veas la victoria en lo espiritual no tendrás la victoria en lo material o físico.

Mateo 4
16 El pueblo asentado en tinieblas vio gran luz; Y a los asentados en región de sombra de muerte, Luz les resplandeció.
17 Desde entonces comenzó Jesús a predicar, y a decir: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado.

Por eso mientras que tú no te veas como un guerrero, el señor Jesús no te podrá enseñar nada.

Al restaurar esta puerta daremos lugar a que Dios pelee las batallas por medio de nosotros.

Es importante entender que nosotros también debemos poner de nuestra parte para vencer, recordar que no es nuestra lucha, sino de Dios.
Zacarías 4

6 Entonces respondió y me habló diciendo: Esta es palabra de Jehová a Zorobabel, que dice: No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos.


Esta puerta es la puerta de nuestras victorias delante de Dios
Es la puerta que los vencedores restaurarán para no vivir en derrota.

El caballo no tiene temor, confía en el jinete, porque va a hacer proezas y maravillas con él.

Nuestro poder no viene de nuestras propias fuerzas, sino de la presencia de Dios y de la unción del Espíritu Santo. Pablo descubrió ese secreto y por eso, ya con la puerta de los caballos restaurada, pudo decir: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”.

Filipenses 4
13 Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.

Pero leamos el contexto completo.


Filipenses 4
12 Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad.
13 Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.
14 Sin embargo, bien hicisteis en participar conmigo en mi tribulación.



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