Buscar este blog

ANUNCIO


DEBIDO A PROBLEMAS EN EL SERVIDOR DE DIVSHARE. LA MAYORÍA DE
LOS AUDIOS ANTERIORMENTE SUBIDOS SE HAN
PERDIDO.


A PARTIR DE ESTE MOMENTO ESTAREMOS EN UN NUEVO SERVIDOR
ACTUALIZANDO TODO EN LA PÁGINA


DISCÚLPENOS POR LA DEMORA EN LA SUBIDA DE NUEVOS TEMAS.


ATTE: ICLV






SIENDO PLANTADOS POR DIOS (recomendado)

SIENDO PLANTADOS POR DIOS




Números 24
4 Dijo el que oyó los dichos de Dios, El que vio la visión del Omnipotente; Caído, pero abiertos los ojos:
5 ¡Cuán hermosas son tus tiendas, oh Jacob, Tus habitaciones, oh Israel!
6 Como arroyos están extendidas, Como huertos junto al río, Como áloes plantados por Jehová, Como cedros junto a las aguas.
7 De sus manos destilarán aguas, Y su descendencia será en muchas aguas; Enaltecerá su rey más que Agag, Y su reino será engrandecido.

Cuando somos plantados primero tenemos que ser enterrados para que el viejo hombre muera.

Debemos aprender a distinguir cuando es que Dios nos planta o cuando es el enemigo el que nos trasplanta.

Salmos 92
12 El justo florecerá como la palmera; Crecerá como cedro en el Líbano.
13 Plantados en la casa de Jehová, En los atrios de nuestro Dios florecerán.
14 Aun en la vejez fructificarán; Estarán vigorosos y verdes,
15 Para anunciar que Jehová mi fortaleza es recto, Y que en él no hay injusticia.

Aprendamos de la misma naturaleza y los ejemplos que Dios nos da por medio de ella.

Cuando se planta una semilla de un árbol en un lugar, está ya no se debe mover ya que quien la sembró en ese lugar sabe porque esa tierra es la que le conviene.

Por lo regular se escoge una tierra muy bien abonada y no en tierra seca. ¿Pero qué significa eso?
Una de las características de una tierra abonada es que esa tierra le provee un ambiente, no para conservar la semilla sino para transformar la semilla en una planta.

Es húmedo de tal manera que si la semilla no comienza un proceso de desarrollo lo único que sucederá es que se pudrirá.

Esta también llena de abonos que son los nutrientes de esta semilla. Pero estos abonos tienen una característica. Que son como ácidos que los consumes o ellos te consumen.

Los elementos básicos de cualquier abono o fertilizante son el nitrógeno, el fosfato y el potasio. Sus proporciones varían de acuerdo al objetivo, impulsar el crecimiento o la floración.

Un ejemplo de abono es el estiércol, mezclado con los desechos de la agricultura como el forraje, o en el guano formado por los excrementos de las aves (por ejemplo de corral, como el de gallina).

La acción continua del abono se llama fertilización.

Los abonos han sido utilizados desde la Antigüedad, cuando se añadían al suelo, de manera empírica, los fosfatos de los huesos (calcinados o no), el nitrógeno de las deyecciones animales y humanas o el potasio de las cenizas.

Por eso cuando dice en el salmo 92.

Salmos 92
12 El justo florecerá como la palmera; Crecerá como cedro en el Líbano.
13 Plantados en la casa de Jehová, En los atrios de nuestro Dios florecerán.

Es porque cuando Dios te pone en un lugar muchas veces es para que por fin nazcas y ese lugar está lleno de elementos que si no aprendes a usarlos ellos te destruirán.
Aun el enemigo mismo Dios lo permite para que tú crezcas.
Y la palabra de Dios es para que tu florezcas
Pero el proceso no termina ahí. Ya que hay es donde comienza; ya que si la semilla es entendida, emergerá de la tierra como nueva criatura y no como una semilla sobrealimentada.

Pero luego de que emerge de la tierra tiene que seguir alimentándose. Por eso el abono siempre estará presente al igual que la humedad.

Apocalipsis 4
18 Por tanto, yo te aconsejo que de mí compres oro refinado en fuego, para que seas rico, y vestiduras blancas para vestirte, y que no se descubra la vergüenza de tu desnudez; Y UNGE TUS OJOS CON COLIRIO, para que veas.

Por lo tanto si la semilla no ve lo que le rodea nunca crecerá y solo estará esperando a que la saquen de allí.

Ya cuando la pequeña planta comienza a sobresalir tiene que enfrentarse o aprovechar los nuevos elementos que Dios creo para su crecimiento que son el sol, el viento el dióxido de carbono y la lluvia.
La decisión es de la planta
Ya que el sol es una fuente de alimento para producir clorofila que le da ese color hermoso a la planta, luego está el viento que lo hace fuerte y le hace profundizar más sus raíces para que el viento no lo arranque, luego viene el dióxido de carbono para ella producir oxígeno para otros ya que la planta no necesita oxígeno. Y por último la lluvia fuerte o suave que cumple varias funciones tales como ayudar a convertir los desechos en abono, lavar sus hojas para que el sol llegue continuamente a todas las áreas.

un árbol plantado en buena tierra, debe soportar tormentas, lluvias, sol ardiente, vientos.

Si un árbol joven pudiera hablar, quizá dijera: “¡Sáquenme de aquí! ¡Pónganme en un lugar donde no deba sufrir este calor, estas tormentas, este veneno en la tierra!”
Si el jardinero hiciera caso al árbol, en realidad, le haría daño ya que una tierra que no reciba todos los elementos necesarios para sostener el árbol se vuelve estéril.

Por lo tanto cuando Dios nos siembra, él no está continuamente cambiándonos de ambiente para que nos sintamos cómodos. Él está buscando que lleguemos es a dar fruto.

Pero lamentablemente por nuestra falta de discernimiento, andamos buscando comodidad en todo lado.


Salmos 1
1 Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, Ni estuvo en camino de pecadores, Ni en silla de escarnecedores se ha sentado;
2 Sino que en la ley de Jehová está su delicia, Y en su ley medita de día y de noche.
3 Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, Que da su fruto en su tiempo, Y su hoja no cae; Y todo lo que hace, prosperará.
4 No así los malos, Que son como el tamo que arrebata el viento.

Bienaventurado el que se dejó plantar por Dios en un solo lugar.

1 crónicas 17
9 Asimismo he dispuesto lugar para mi pueblo Israel, y lo he plantado para que habite en él y no sea más removido; ni los hijos de iniquidad lo consumirán más, como antes,
10 y desde el tiempo que puse los jueces sobre mi pueblo Israel; mas humillaré a todos tus enemigos. Te hago saber, además, que Jehová te edificará casa.

Jeremías 17
7 Bendito el varón que confía en Jehová, y cuya confianza es Jehová.
8 Porque será como el árbol plantado junto a las aguas, que junto a la corriente echará sus raíces, y no verá cuando viene el calor, sino que su hoja estará verde; y en el año de sequía no se fatigará, ni dejará de dar fruto.




Pero cuando no entendemos estos principios las consecuencias son serias.
Isaías 40
24 Como si nunca hubieran sido plantados, como si nunca hubieran sido sembrados, como si nunca su tronco hubiera tenido raíz en la tierra; tan pronto como sopla en ellos se secan, y el torbellino los lleva como hojarasca.
25 ¿A qué, pues, me haréis semejante o me compararéis? dice el Santo.
26 Levantad en alto vuestros ojos, y mirad quién creó estas cosas; él saca y cuenta su ejército; a todas llama por sus nombres; ninguna faltará; tal es la grandeza de su fuerza, y el poder de su dominio.
27 ¿Por qué dices, oh Jacob, y hablas tú, Israel: Mi camino está escondido de Jehová, y de mi Dios pasó mi juicio?
28 No has sabido, no has oído que el Dios eterno es Jehová, el cual creó los confines de la tierra? No desfallece, ni se fatiga con cansancio, y su entendimiento no hay quien lo alcance.

Apocalipsis 4
14 Y escribe al ángel de la iglesia en Laodicea: He aquí el Amén, el testigo fiel y verdadero, el principio de la creación de Dios, dice esto:
15 Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente!
16 Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca.
17 Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo.
18 Por tanto, yo te aconsejo que de mí compres oro refinado en fuego, para que seas rico, y vestiduras blancas para vestirte, y que no se descubra la vergüenza de tu desnudez; y unge tus ojos con colirio, para que veas.
19 Yo reprendo y castigo a todos los que amo; sé, pues, celoso, y arrepiéntete.
20 He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.



No hay comentarios:

Publicar un comentario