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ATTE: ICLV






UNGIDO PARA GRANDES COSAS parte 1

UNGIDO PARA LA GUERRA



Éxodo 33
12 Y dijo Moisés a Jehová: Mira, tú me dices a mí: Saca este pueblo; y tú no me has declarado a quién enviarás conmigo. Sin embargo, tú dices: Yo te he conocido por tu nombre, y has hallado también gracia en mis ojos.
13 Ahora, pues, si he hallado gracia en tus ojos, te ruego que me muestres ahora tu camino, para que te conozca, y halle gracia en tus ojos; y mira que esta gente es pueblo tuyo.
14 Y él dijo: Mi presencia irá contigo, y te daré descanso.
15 Y Moisés respondió: Si tu presencia no ha de ir conmigo, no nos saques de aquí.
16 Y en qué se conocerá aquí que he hallado gracia en tus ojos, yo y tu pueblo, sino en que tú andes con nosotros, y que yo y tu pueblo seamos apartados de todos los pueblos que están sobre la faz de la tierra?


Éxodo 33
15 Y Moisés respondió: Si tu presencia no ha de ir conmigo, no nos saques de aquí.

Desde antes de nuestra concepción, hasta el último día de nuestras vidas, los seres humanos libramos una batalla contra espíritus inmundos.
Pero a causa de nuestra ignorancia sufrimos y padecemos muchas veces innecesariamente.
Y peor aún, cuando decidimos pelear nos encontramos peleando con el enemigo equivocadamente, sin unción, y sin el respaldo de Dios, y muchas veces destruyendo o guerreando una batalla en la que no deberíamos estar.

Moisés entendió y conoció que lo que Dios le pedía era demasiado.
Y comprendía que su enemigo ara más poderoso que él, pero también tenía muy claro que no era más poderoso que Dios.
Y sabía que si Dios iba con él, él mismo seria más grande y poderoso que su enemigo.

Si tú ves que tu enemigo es más poderoso, e inmenso que tú, es porque:

Dios no va contigo; y si no va contigo es por dos razones:

Dios te dejo por causa de tu pecado.
O que tomaste un camino diferente al de Él.

Por eso cualquier enemigo será más grande que tu.

Levíticos 26
21 Si anduviereis conmigo en oposición, y no me quisiereis oír, yo añadiré sobre vosotros siete veces más plagas según vuestros pecados.
22 Enviaré también contra vosotros bestias fieras que os arrebaten vuestros hijos, y destruyan vuestro ganado, y os reduzcan en número, y vuestros caminos sean desiertos.
23 Y si con estas cosas no fuereis corregidos, sino que anduviereis conmigo en oposición,
24 yo también procederé en contra de vosotros, y os heriré aún siete veces por vuestros pecados.

Y la otra es porque te adelantaste a Él.

Es cuando comenzamos sin la unción y la dirección del Espíritu Santo.

Y Nosotros, como Moisés, terminaremos fallando.

Éxodo 2
11 En aquellos días sucedió que crecido ya Moisés, salió a sus hermanos, y los vio en sus duras tareas, y observó a un egipcio que golpeaba a uno de los hebreos, sus hermanos.
12 Entonces miró a todas partes, y viendo que no parecía nadie, mató al egipcio y lo escondió en la arena.
13 Al día siguiente salió y vio a dos hebreos que reñían; entonces dijo al que maltrataba al otro: ¿Por qué golpeas a tu prójimo?
14 Y él respondió: ¿Quién te ha puesto a ti por príncipe y juez sobre nosotros? ¿Piensas matarme como mataste al egipcio? Entonces Moisés tuvo miedo, y dijo: Ciertamente esto ha sido descubierto.

Moisés quiso liberar antes de tiempo a uno solo, nada más, y ni aun así pudo; por cuanto se había adelantado a Dios.

Entonces: te adelantas a Dios, es cuando tú no esperas ser ungido para la guerra, y confías:
En tus propias fuerzas.
En tu propia sabiduría.
Y en tu propia inteligencia.

Moisés lo supo de primera mano, ya que él había pasado por ese proceso, y por eso le dijo a Dios; que si Dios no iba con él, que no lo sacara a una guerra que sabía que perdería si iba solo.

Por eso primero tienes que ser ungido para conquistar, libertar, transformar, y tomar posesión de un lugar.

Debemos ser cuidadosos de ese afán que a veces sentimos por lo que Dios nos ha prometido o que nos inculcan en la iglesia.

Pero cuando eres ungido para ganar; todo te saldrá bien, conforme Dios te ha ungido.

2 Samuel 5
9 Y David moró en la fortaleza, y le puso por nombre la Ciudad de David; y edificó alrededor desde Milo hacia adentro.
10 Y David iba adelantando y engrandeciéndose, y Jehová Dios de los ejércitos estaba con él.




Por eso, tienes que buscar es tu propia unción (la que Dios preparo específicamente para ti) y no la del pastor, u otro ungido de Dios; ya que tu vida se volverá un sube y baja, ya que la unción de él te funcionara cuando él ora por ti, pero cuando no lo hace, tu vida decae y dices es que no siento nada.

Por eso, para vencer las fortalezas del enemigo, tienes que andar en la unción que Dios te dio a ti, y no en la unción de otro.
Y todo esto es para vencer.

2 Samuel 22 (salmos 18: 31-40) (Habacuc 3:19)
32 Porque ¿quién es Dios, sino sólo Jehová? ¿Y qué roca hay fuera de nuestro Dios?
33 Dios es el que me ciñe de fuerza, Y quien despeja mi camino;
34 Quien hace mis pies como de ciervas, Y me hace estar firme sobre mis alturas;
35 Quien adiestra mis manos para la batalla, De manera que se doble el arco de bronce con mis brazos.
36 Me diste asimismo el escudo de tu salvación, Y tu benignidad me ha engrandecido.
37 Tú ensanchaste mis pasos debajo de mí, Y mis pies no han resbalado.
38 Perseguiré a mis enemigos, y los destruiré, Y no volveré hasta acabarlos.
39 Los consumiré y los heriré, de modo que no se levanten; Caerán debajo de mis pies.
40 Pues me ceñiste de fuerzas para la pelea; Has humillado a mis enemigos debajo de mí,
41 Y has hecho que mis enemigos me vuelvan las espaldas, Para que yo destruyese a los que me aborrecen.

1 Samuel 2
21 Y visitó Jehová a Ana, y ella concibió, y dio a luz tres hijos y dos hijas. Y el joven Samuel crecía delante de Jehová.

Tenemos que aprender; a orar, y a vivir en la unción de Dios solamente.
Isaías 61
1 El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel;
2 a proclamar el año de la buena voluntad de Jehová, y el día de venganza del Dios nuestro; a consolar a todos los enlutados;
3 a ordenar que a los afligidos de Sion se les dé gloria en lugar de ceniza, óleo de gozo en lugar de luto, manto de alegría en lugar del espíritu angustiado; y serán llamados árboles de justicia, plantío de Jehová, para gloria suya.
4 Reedificarán las ruinas antiguas, y levantarán los asolamientos primeros, y restaurarán las ciudades arruinadas, los escombros de muchas generaciones.
5 Y extranjeros apacentarán vuestras ovejas, y los extraños serán vuestros labradores y vuestros viñadores.
6 Y vosotros seréis llamados sacerdotes de Jehová, ministros de nuestro Dios seréis llamados; comeréis las riquezas de las naciones, y con su gloria seréis sublimes.

El Señor Jesús nos da la libertad, nos unge, y se Pudre el yugo que nos ata.

Isaías 10
27 Acontecerá en aquel tiempo que su carga será quitada de tu hombro, y su yugo de tu cerviz, y el yugo se pudrirá a causa de la unción.

Pero está en nosotros el querer o desear salir de la cárcel.
Pero hay muchos que se acostumbraron a vivir en esa cárcel, y muchas veces hasta la disfrutan, y es la cárcel del enojo, el odio, la seducción, la bebida, el chisme, la inmoralidad, en pasiones desordenadas, en las novelas llenas de inmoralidad y pura intriga, en la música con mensajes sucios e inmorales, en la pornografía, en los afanes monetarios de este mundo, en la envidia, en las codicias, etc.

Y no quieren dejar esas cosas. Quieren ser libres, ungidos, que todo les salga perfecto, pero seguir viviendo con las cosas que su carcelero el diablo les dio.
Tú eres libertado por Cristo, y dejas de ser prisionero de satanás, pero a veces se continua extrañando o anhelando ese espíritu inmundo dándole la oportunidad de tomar tu vida, y de entristecer y alejar al Espíritu Santo.

Pero ser ungidos, no solamente es para destruir las fortalezas del enemigo con guerra directa contra él; sino que:

Te unge para amar a tus hijos, a tu conyugue, a tus hermanos en la fe, a tus padres, aun a los que te hacen mal.

Te unge, para dar de ti al abatido, al triste, al enfermo, al desanimado, al cansado.

Te unge, para apreciar todas las cosas que te ha dado el Señor. En lugar de vivir en la desesperación de lo que no te ha dado.

Te unge, para desear adornar tú casa nueva con las cosas celestiales, y no solo las terrenales. Como con Su Santo Espíritu dentro de ti, palabra de bendición para los que están alrededor tuyo, Los dones y los frutos del Espíritu Santo.

Efesios 2
21 en quien todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor;
22 en quien vosotros también sois juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu.

Juan 14
23 Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él.
24 El que no me ama, no guarda mis palabras; y la palabra que habéis oído no es mía, sino del Padre que me envió.

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