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ROMPIENDO LAS MALDICIONES parte 4

ROMPIENDO LAS MALDICIONES parte 4
Estableciendo las puertas




Pro 26:2
Como el gorrión en su vagar y la golondrina en su vuelo así la maldición no viene sin causa.

Siempre se nos ha enseñado a cerrarle las puertas al enemigo. Pero pocas veces se nos ha enseñado a tener ciertas puertas abiertas.

Apocalipsis 3
20 He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.

Deuteronomio 6
4 Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es.
5 Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas.
6 Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón;
7 y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes.
8 Y las atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos;
9 y las escribirás en los postes de tu casa, Y EN TUS PUERTAS.
10 Cuando Jehová tu Dios te haya introducido en la tierra que juró a tus padres Abraham, Isaac y Jacob que te daría, en ciudades grandes y buenas que tú no edificaste,
11 y casas llenas de todo bien, que tú no llenaste, y cisternas cavadas que tú no cavaste, viñas y olivares que no plantaste, y luego que comas y te sacies,
12 cuídate de no olvidarte de Jehová, que te sacó de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre.
13 A Jehová tu Dios temerás, y a él solo servirás, y por su nombre jurarás.

Pero en cuales puertas hay que escribir la palabra.

Primero que todo ¿cuantas puertas son?
¿Y cuáles son?

Ya que dice en Deuteronomio que debemos tener la palabra en esas puertas para poder no solo ver la bendición, sino también para poder resistir a las trampas del enemigo, ya que la tierra que fluye leche y miel el enemigo la tiene dominada.
Y cuando lleguemos a ella la opción es destruir todo anatema y no unirnos al enemigo, llevados por sus engaños y astucia.

¿Porque la palabra tiene que estar en cada puerta?
Porque al igual que sucedió con las tribus de Israel; una se corrompió que fue la tribu de benjamín

Jueces 21
1 Los varones de Israel habían jurado en Mizpa, diciendo: Ninguno de nosotros dará su hija a los de Benjamín por mujer.
2 Y vino el pueblo a la casa de Dios, y se estuvieron allí hasta la noche en presencia de Dios; y alzando su voz hicieron gran llanto, y dijeron:
3 Oh Jehová Dios de Israel, ¿por qué ha sucedido esto en Israel, que falte hoy de Israel una tribu?

Y así como salomón hizo un templo para Dios e hizo de oro los quiciales de las puertas.


Así mismo cuando Salomón se corrompió; las puertas por si solas no podían sostenerse.

2 de reyes 18
15 Dio, por tanto, Ezequías toda la plata que fue hallada en la casa de Jehová, y en los tesoros de la casa real.
16 Entonces Ezequías quitó el oro de las puertas del templo de Jehová y de los quiciales que el mismo rey Ezequías había cubierto de oro, y lo dio al rey de Asiria.

Por eso la importancia de saber que puertas tenemos abiertas en nuestra vida.

Ya que debemos entender el significado de lo que es abrirle puertas al enemigo.
Y abrirle puertas al enemigo no es que aparezcan puertas por donde él pueda entrar. Es solo que tu as descuidado las puertas que deben permanecer abiertas en tu vida. Como lo que le sucedió a Israel con la tribu de Benjamín y luego como se lamentaron por lo que esta tribu había hecho.

Entonces tenemos que aprender es a poner porteros en cada puerta para no permitir la entrada al enemigo y que esa puerta se convierta en una guarida para que entren demonios.

1 crónicas 9
17 Y los porteros: Salum, Acub, Talmón, Ahimán y sus hermanos. Salum era el jefe.
18 Hasta ahora entre las cuadrillas de los hijos de Leví han sido estos los porteros en la puerta del rey que está al oriente.
19 Salum hijo de Coré, hijo de Ebiasaf, hijo de Coré, y sus hermanos los coreítas por la casa de su padre, tuvieron a su cargo la obra del ministerio, guardando las puertas del tabernáculo, como sus padres guardaron la entrada del campamento de Jehová.
20 Y Finees hijo de Eleazar fue antes capitán sobre ellos; y Jehová estaba con él.
21 Zacarías hijo de Meselemías era portero de la puerta del tabernáculo de reunión.
22 Todos estos, escogidos para guardas en las puertas, eran doscientos doce cuando fueron contados por el orden de sus linajes en sus villas, a los cuales constituyó en su oficio David y Samuel el vidente.
23 Así ellos y sus hijos eran porteros por sus turnos a las puertas de la casa de Jehová, y de la casa del tabernáculo.
24 Y estaban los porteros a los cuatro lados; al oriente, al occidente, al norte y al sur.
25 Y sus hermanos que estaban en sus aldeas, venían cada siete días según su turno para estar con ellos.
26 Porque cuatro principales de los porteros levitas estaban en el oficio, y tenían a su cargo las cámaras y los tesoros de la casa de Dios.
27 Estos moraban alrededor de la casa de Dios, porque tenían el cargo de guardarla, y de abrirla todas las mañanas.
28 Algunos de éstos tenían a su cargo los utensilios para el ministerio, los cuales se metían por cuenta, y por cuenta se sacaban.

En el libro de Nehemías se indica de las puertas las cuales estaban abiertas para entrar a Jerusalén.

Nehemías 2:13, 14; 3:26, 28, 31; 12:39; 3:32, 3, 6; 2 Crónicas 25:23

La entrada a Jerusalén se efectuaba por medio de doce puertas, tres en cada lado, al sur, al este, al norte y al oeste.
Estaban ubicadas de la siguiente forma:

Al sur
La Puerta del Valle, la Puerta de los Montones de Ceniza y la Puerta de la Fuente.

Al este
La Puerta del Agua, la Puerta de los Caballos y la Puerta de la Inspección.

Al norte
La Puerta de la Guardia, la Puerta de las Ovejas y la Puerta del Pescado

Al oeste
La Puerta de la Vieja Ciudad, la Puerta de Efraín y la Puerta de la Esquina.

Iremos preparándonos en lo que significa la restauración de las puertas, ya que doce puertas se mencionan aun el libro de apocalipsis

Apocalipsis 21
9 Vino entonces a mí uno de los siete ángeles que tenían las siete copas llenas de las siete plagas postreras, y habló conmigo, diciendo: Ven acá, yo te mostraré la desposada, la esposa del Cordero.
10 Y me llevó en el Espíritu a un monte grande y alto, y me mostró la gran ciudad santa de Jerusalén, que descendía del cielo, de Dios,
11 teniendo la gloria de Dios. Y su fulgor era semejante al de una piedra preciosísima, como piedra de jaspe, diáfana como el cristal.
12 Tenía un muro grande y alto con doce puertas; y en las puertas, doce ángeles, y nombres inscritos, que son los de las doce tribus de los hijos de Israel;
13 al oriente tres puertas; al norte tres puertas; al sur tres puertas; al occidente tres puertas.

Apocalipsis 21
21 Las doce puertas eran doce perlas; cada una de las puertas era una perla. Y la calle de la ciudad era de oro puro, transparente como vidrio.
22 Y no vi en ella templo; porque el Señor Dios Todopoderoso es el templo de ella, y el Cordero.
23 La ciudad no tiene necesidad de sol ni de luna que brillen en ella; porque la gloria de Dios la ilumina, y el Cordero es su lumbrera.
24 Y las naciones que hubieren sido salvas andarán a la luz de ella; y los reyes de la tierra traerán su gloria y honor a ella.
25 Sus puertas nunca serán cerradas de día, pues allí no habrá noche.
26 Y llevarán la gloria y la honra de las naciones a ella.
27 No entrará en ella ninguna cosa inmunda, o que hace abominación y mentira, sino solamente los que están inscritos en el libro de la vida del Cordero.

Pero para que no pueda entrar nada inmundo, cada puerta tiene que tener una medida.

Apocalipsis 21
15 El que hablaba conmigo tenía una caña de medir, de oro, para medir la ciudad, sus puertas y su muro.

Apocalipsis 4
1 Después de esto miré, y he aquí una puerta abierta en el cielo; y la primera voz que oí, como de trompeta, hablando conmigo, dijo: Sube acá, y yo te mostraré las cosas que sucederán después de estas.
2 Y al instante yo estaba en el Espíritu; y he aquí, un trono establecido en el cielo, y en el trono, uno sentado.

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