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TUS RODILLAS NO SERVIRÁN SI PRIMERO TU CORAZÓN NO ESTÁ PERFECTO.

TUS RODILLAS NO SERVIRÁN SI PRIMERO TU CORAZÓN NO ESTÁ PERFECTO.



Un corazón perfecto es un corazón entendido, y el entendido es el que dejo de solo aprender y comienza actuar también, y el que actúa correctamente es el que ha madurado.

¿Qué es madures?
Una persona es emocionalmente madura, cuando ha desarrollado en su pensamiento y en su conducta, actitudes que la permiten superar los errores del pasado, y las aplica tanto hacia su persona como hacia el medio que la rodea.

Por eso una persona madura:
Nunca espera ser tratado con especial consideración por otras personas cuando las cosas le salen mal.

Sabe controlar sus arranques de mal genio por cuanto a entendido que no puede quedar atrapado en ese día ya que el enojo no lo dejara ver la esperanza de la siguiente mañana.

Se enfrenta a las emergencias con serenidad, por cuanto sabe en quien ha puesto su confianza.

No se deja herir ya que él sabe que su corazón está guardado en Dios, y por lo tanto el enemigo no lo puede tocar fácilmente en sus sentimientos.

Una de las más importantes es que acepta la responsabilidad de sus propios actos sin escudarse en excusas, ya que ha dejado el perfeccionismo por la perfección de Dios, y que cada día solo nos hace más sabios que el día anterior, pero que aún no somos tan sabios como lo seremos mañana.

No se impacienta ante equivocaciones de otros. Ya que ha aprendido que él no es el árbitro del universo y que frecuentemente tendrá que ajustar su voluntad a la conveniencia de otras personas.
Es buen perdedor porque él sabe que aun en la perdida hay ganancia ya que todas las cosas ayudan a bien. Por eso puede tolerar la derrota y la decepción sin quejas ni lloriqueos.

No busca continuamente los defectos de otras personas.
Siempre Planea con anticipación en vez de confiarse en la “inspiración” que más bien seria la irresponsabilidad de hacer todo en el último momento.

Entiende y aplica la esencia espiritual, que es la Regla de Oro: "Amarás a tu prójimo como a ti mismo".

Debemos tomar en cuenta que la madurez se forma conforme no a nuestras experiencias, sino conforme al conocimiento que maneja la información de esas experiencias. Nadie nace maduro.

La madurez reside en la habilidad de interactuar con base al amor espiritual. Somos fuertes pero no ásperos, resistentes pero no insensibles.

Madurez significa comprender lo profundo, y que aún hay cosas escondidas en cada uno pero que cada cosa ira saliendo poco a poco. Asta conocer nuestras fortalezas y debilidades y tratar con ellas.

De esta forma nuestras debilidades no se convierten en un impedimento o fuente de sufrimiento y excusa, y tampoco nuestras fortalezas no se convierten en una fuente de arrogancia.

La madurez se revela a través de las victorias que alcanzamos continuamente sobre lo que antes nos sometía. Ya que en Cristo somos más que vencedores.

Rasgos de la personalidad inmadura.
De la falta de valoración y aceptación, surgen las personalidades inmaduras. Todas ellas tienen en común la inseguridad. Esta inseguridad tiene los siguientes rasgos:

•Sentimiento de inferioridad. Esto hace que las personas se comparen con los demás y que tiendan a ver lo negativo.
•Angustia y nerviosismo.
•Perfeccionismo.
•Rigidez. La inseguridad lleva a aprender pocas cosas y a hacerlas constantemente, porque es lo que cada persona domina. Esta conducta puede provocar conflictos con los demás, ya que los demás tienen otras formas de actuar o de pensar.
•Pesimismo: Miedo a equivocarse.
•Inseguridad que conduce a la duda y a la indecisión. Los inmaduros dependen siempre de alguien o de las innumerables metas que se van marcando.
•Obsesivos. Como estas personas “no pueden cometer fallos”, lo planean todo.
•Elevada auto exigencia.
•Extroversión. Las personas inseguras se vuelven hacia los demás, pero no se conocen.
•Baja tolerancia a la frustración. El más mínimo contratiempo les hunde.
•Inestabilidad de ánimo.
•Respuestas emocionales desmesuradas.
•Susceptibilidad.
Como consecuencia de todo ello pueden aparecer obsesiones, depresiones, fobias y angustia.

INDICADORES DE LA MADUREZ DE LA PERSONALIDAD

En primer lugar, un indicador importante es el haber prosperado con un modelo de correcto de identidad.
En nuestra época carecemos de modelos, pues los que tenemos proceden de programas televisivos de personas carentes de ética, o de modelos de pasarela que carecen de fondo alguno.

Mateo 11
29 Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas;
30 porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga.

Otro indicador importante de madurez es el conocerse verdaderamente a sí mismo.


Génesis 1
26 Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra.
27 Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.
28 Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra.

Muchas personas a las que se les hace la pregunta ¿Cómo te defines?, no sabe que responder lo que en sí considera ya un indicativo de falta de madurez. Y yo te pregunto: ¿Tú ya sabes realmente quién eres?

Otro indicador es el equilibrio psicológico; haber encontrado el equilibrio entre lo emocional y lo racional. Como ejemplo de persona que no ha encontrado este equilibro pone a personas híper afectivas, patológicamente hipersensibles, con cierto grado de neurosis que sufren innecesariamente por cosas que en situación de equilibrio no llevarían al sufrimiento.

Al otro lado, se encuentran las personas que carecen de emociones o consciencia de ellas. En ambos casos nos encontramos habitualmente con este tipo de personas que manifiestan con su conducta una realidad de inmadurez emocional.

Un indicador muy fuerte de madures es la naturalidad, una persona que no necesita APARENTAR lo que no es, ya que es la base de la seguridad en uno mismo y por tanto de la claridad de objetivos los objetivos que nos trazamos a nosotros mismos.

Otro indicador es la autodisciplina. El asumir que para crecer debemos aceptar ciertos grados de autodisciplina. Precisamente los que creen que no es necesario llevar una autodisciplina seria, no podrán conseguir objetivos serios con su propio esfuerzo, sin aprovecharse del esfuerzo ajeno.

La temporalidad es otro indicador. Una persona madura vive instalada en el presente, tiene asumido el pasado, y vive empapada de porvenir.
Yo pregunto: ¿Cuántos de nosotros vivimos en el pasado o paralizados por el miedo al futuro?

Un indicador más: hacerse responsables desde nuestra libertad de elección, ya que el niño es el que siempre hay que estarle diciendo todo.

Es la capacidad de encauzar nuestra vida en la dirección correcta y en cómo seguirla con perseverancia y con la suficiente humildad (que aquí es inteligencia) para cumplir el propósito del porque Dios nos trajo a esta tierra

Una clave más para indicar una madurez emocional es la habilidad para convivir con otros. Una personas que sabe convivir, sabe empatizar con el otro, desdramatizar los problemas, ceder cuando es necesario, escuchar activamente, asumir que todos tienen algo importante que enseñarte.

Otro buen indicador, es el de tener un buen sentido del humor, que nos dota de recursos que nos permiten romper con los contratiempos, luchas y esfuerzos de la vida, ya que sin la alegría y el buen humor, destruiría nuestro equilibro psicológico.
Tenemos que aprender los diferentes estados de felicidad y las consecuencias en la vida de cada uno de nosotros.

Hoy se ha producido en el mundo moderno una socialización de la inmadurez y nos encontramos con masas de población adulta convertida en adolescente”.
Y es curioso, porque siempre he creído que conozco mucha gente con el porte de ser “personas mayores”, “adultas”, “responsables”, pero que cuando se tratan un poco me encuentro con seres indefensos, infantiles, temerosos, inseguros.

Esto se ve con bastante frecuencia. Son personas sin testimonio aunque con talentos, y muchas veces son personas que están dirigiendo los destinos de muchas vidas, y a veces situados en puestos claves como la televisión.

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