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ATTE: ICLV






PASTOR DE PASTORES

PASTOR DE PASTORES




Salmos 23
1 Jehová es mi pastor; nada me faltará.
2 En lugares de delicados pastos me hará descansar; Junto a aguas de reposo me pastoreará.
3 Confortará mi alma; Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre.
4 Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; Tu vara y tu cayado me infundirán aliento.
5 Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores; Unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando.
6 Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, Y en la casa de Jehová moraré por largos días.

JUAN 10
11 Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas.
12 Mas el asalariado, y que no es el pastor, de quien no son propias las ovejas, ve venir al lobo y deja las ovejas y huye, y el lobo arrebata las ovejas y las dispersa.
13 Así que el asalariado huye, porque es asalariado, y no le importan las ovejas.
14 Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen,
15 así como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; y pongo mi vida por las ovejas.
16 También tengo otras ovejas que no son de este redil; aquéllas también debo traer, y oirán mi voz; y habrá un rebaño, y un pastor.


Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas."
El señor Jesús dijo dar la vida por las ovejas, no trasquilar las ovejas.

El fue claro con el compromiso de ser pastor.

Esto incluye como requisito básico la disposición de dar la vida por la congregación, por el pueblo de Dios.
No se trata de administrar rituales o de ser estrella del mundo religioso, sino de dar la vida.
Los que se niegan a seguir este camino, no son pastores, son ladrones y bandidos.

En la actualidad, en muchas iglesias se nos presenta es una corporación transnacional, y los templos se han transformado en gigantescos estadios donde se presentan, con luces y sonidos refulgentes, espectáculos religiosos.
Ya es muy difícil ver seguidores del señor Jesús, llevando a la práctica un mensaje de liberación, sino pasivos espectadores, fans de predicadores, consumidores religiosos.

El que murió en la cruz y el que resucitó decidió ser pastor. Jesús de Nazaret.

El pudo pero no quiso ser rey, ni sacerdote, ni doctor de teología, ni estrella de los judíos, ni dueño de circo, ni presidente de banco, ni empresario, El señor Jesús decidió ser pastor.
Por eso ¿Te has preguntado por qué Dios da tanto?

Podríamos existir con mucho menos de lo que tenemos. Pudo habernos dejado en un mundo sin color ni luz; no conoceríamos la diferencia. Pero no lo hizo así:

Él hizo en el amanecer las mejores cosas
Limpió el cielo para que luciera azul.

¿Se vio obligado a hacer que los pajaritos cantaran?
¿Y la forma divertida en que las gallinas corren
¿O la majestad del trueno que retumba?
¿Por qué dar a las flores aroma? ¿Por qué dar sabor a las comidas?
¿Podría ser que Él quiere ver todo eso reflejado en ti?
Si nosotros hacemos regalos para demostrar nuestro amor,
¿Cuánto más no querría hacer Él?
Si a nosotros -salpicados de flaquezas y orgullo- nos agrada dar regalos,
¿Cuánto más Dios, puro y perfecto, disfrutará dándonos regalos a nosotros?

Jesús preguntó: «Si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le piden?

Mateo 7
9 Qué hombre hay de vosotros, que si su hijo le pide pan, le dará una piedra?
10 O si le pide un pescado, le dará una serpiente?
11 Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?

Los regalos de Dios muestran la luz en su corazón, el corazón bueno y generoso de Dios.
Santiago, el hermano de Jesús, dice:


Santiago 1.
17 Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación.
18 El, de su voluntad, nos hizo nacer por la palabra de verdad, para que seamos primicias de sus criaturas.
19 Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse;
20 porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios.

Cada regalo revela el amor de Dios… pero ningún regalo revela su amor más que los regalos de la cruz. Estos venían, no envueltos en papel, sino en pasión. No estaban alrededor del arbolito, sino en una cruz. Sin cintas de colores, sino salpicados con sangre.
Los regalos de la cruz.

Mucho se ha dicho sobre el regalo de la cruz,
¿Pero, y los demás regalos?
¿Los clavos?
¿La corona de espinas?
¿El manto que se apropiaron los soldados?
¿Las ropas fúnebres?
¿Te has dado el tiempo de abrir estos regalos?

Tú sabes que no tenía ninguna obligación de dárnoslos. El único acto, lo único que se requería para nuestra salvación era el derramamiento de sangre, pero Él hizo mucho más que eso.
Muchísimo más. Examina la escena de la cruz. ¿Qué encuentras?
Una esponja empapada en vinagre.
Un letrero.
Dos cruces a ambos lados de Cristo.
Dios quiere oírte susurrando: «¿Tú hiciste esto por mí?» pero con pasión y amor


Entiendo la necesidad de la sangre.

¿Pero la esponja amarga, la lanza cortante, la escupida en tu rostro?
¿Tenía que ocurrir eso en la cruz?
No hubo una muerte apacible sino seis horas entre la vida y la muerte, todo estimulado por un beso de traición.
«Oh Padre», tú insistes, corazón silencioso a lo que habría de ocurrir, Siento preguntar, pero necesito saber:
«¿Tú hiciste esto por mí?»

¿Estaríamos dispuestos a hacer esta oración?
¿A tener tales pensamientos?
¿Será posible que el cerro de la cruz esté lleno de regalos de Dios?
¿Los deseas ver?
los regalos de gracia que nunca has destapado, y que por eso lloras.
Y mientras los tocas y sientes la madera de la cruz y sigues las marcas dejadas por la corona y palpas las puntas de los clavos, te detienes y escuchas. Quizás lo oigas susurrándote:

«Sí. Yo hice esto por ti».
Porque el buen pastor su vida da.

JUAN 10
11 Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas.
12 Mas el asalariado, y que no es el pastor, de quien no son propias las ovejas, ve venir al lobo y deja las ovejas y huye, y el lobo arrebata las ovejas y las dispersa.
13 Así que el asalariado huye, porque es asalariado, y no le importan las ovejas.
14 Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen,
15 así como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; y pongo mi vida por las ovejas.
16 También tengo otras ovejas que no son de este redil; aquéllas también debo traer, y oirán mi voz; y habrá un rebaño, y un pastor.

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