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LA PLENITUD DEL BAUTISMO

LA PLENITUD DEL BAUTISMO




Hechos 2
38 Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.
39 Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare.
40 Y con otras muchas palabras testificaba y les exhortaba, diciendo: Sed salvos de esta perversa generación.
41 Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas.
42 Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones.

Lucas 1
76 Y tú, niño, profeta del Altísimo serás llamado; Porque irás delante de la presencia del Señor, para preparar sus caminos;
77 Para dar conocimiento de salvación a su pueblo, Para perdón de sus pecados,
78 Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, Con que nos visitó desde lo alto la aurora,
79 Para dar luz a los que habitan en tinieblas y en sombra de muerte; Para encaminar nuestros pies por camino de paz.

EL BAUTISMO DEL SEÑOR JESÚS.
Cuando el señor Jesús fue bautizado por Juan no fue para dar ejemplo sino por cumplir con toda justicia a causa del hombre, pues si fuera solo un ejemplo se invalidaría el propósito y el hecho de que Jesús se bautizara, se convertiría en una acción que solo sería un ritual vacío.



La pregunta que debería hacerse, es esta: Dado que Jesús no tenía pecado, del cual ser perdonado, y no estaba perdido;

¿Cómo puede su bautismo ser un ejemplo de perdón para los pecadores perdidos? ¿Y si el señor Jesús era quien perdonaba, el tendría que perdonarse a sí mismo?

Mateo 9
5 Porque ¿qué es más fácil, decir: Los pecados te son perdonados, o decir: Levántate y anda?
6 Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados (dice entonces al paralítico): Levántate, toma tu cama, y vete a tu casa.
7 Entonces él se levantó y se fue a su casa.

El bautismo de Jesús es un buen ejemplo de obediencia, uno debe buscar en otro lugar para encontrar el ejemplo de un pecador perdonado

Aconteció en aquellos días, que Jesús vino de Nazaret de Galilea, y fue bautizado por Juan en el Jordán. Y luego, cuando subía del agua, vio abrirse los cielos, y al Espíritu como paloma que descendía sobre él. Y vino una voz de los cielos que decía: Tú eres mi Hijo amado; en ti tengo complacencia (Marcos 1.9–11).


Lucas 11
35 Mira pues, no suceda que la luz que en ti hay, sea tinieblas.
36 Así que, si todo tu cuerpo está lleno de luz, no teniendo parte alguna de tinieblas, será todo luminoso, como cuando una lámpara te alumbra con su resplandor.

EL BAUTISMO DE JESÚS ENTENDIDO DENTRO DEL CONTEXTO DEL MINISTERIO DE JUAN unido al de EL SEÑOR JESÚS.

El bautismo, en el cual el señor Jesús participo debe ser entendido desde dos conceptos, sin separarlos en ningún momento, para que no sea distorsionado el propósito, y la plenitud del bautismo.

Un concepto basado en el ministerio de Juan; cuando el Señor Jesús va a Juan para ser bautizado y que se cumpla toda justicia, pero termina cuando el Señor entra en las aguas del rio Jordán. Comienza el otro concepto vasado en un nuevo pacto hecho por Dios mismo desde los tiempos de Adán, redimiendo al HOMBRE A TRAVÉS DE CRISTO, y mostrándolo como el primogénito entre miles que vendrían después de él.

Juan 3
16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
17 Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él.
18 El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.

Por eso el propósito del ministerio de Juan fue el de preparar a la gente para la venida del Mesías a través del arrepentimiento para perdón de pecados

Esta preparación conllevó:
el traer al pueblo a un compromiso de bautizarse como evidencia de que ellos se estaban arrepintiendo, y de que estaban dispuestos a creer en el Mesías que estaba a punto de ser revelado.

Entonces ¿qué te motiva a bautizarse?
El simple hecho de obedecer a Dios, mostrar que te has arrepentido de todos tus pecados, o recibir el don del Espíritu Santo.

Hechos 2
38 Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.


Todos los que vinieron al bautismo de Juan, podrían haber tenido solo uno de los motivos que era solo el de arrepentimiento, o el de obedecer a Dios, pero el propósito de ellos no sería el mismo que Cristo le daría al bautismo.

Éste vino a cumplir toda justicia, mientras que aquéllos vinieron con el fin de llegar a ser justos a través del perdón de los pecados de ellos.

Los que se rehúsan a bautizarse, también se rehúsan a aceptar el testimonio que Jesús les dio, cuando él fue bautizado, y se rehúsan a someterse a un requerimiento justo de Dios.

El bautismo no es un acto de justicia humana
Tito 3.
5 nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo,
6 el cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador,
7 para que justificados por su gracia, viniésemos a ser herederos conforme a la esperanza de la vida eterna.
8 Palabra fiel es esta, y en estas cosas quiero que insistas con firmeza, para que los que creen en Dios procuren ocuparse en buenas obras. Estas cosas son buenas y útiles a los hombres.
9 Pero evita las cuestiones necias, y genealogías, y contenciones, y discusiones acerca de la ley; porque son vanas y sin provecho.
10 Al hombre que cause divisiones, después de una y otra amonestación deséchalo,
11 sabiendo que el tal se ha pervertido, y peca y está condenado por su propio juicio.

Por lo tanto, cuando uno cumple un requerimiento justo de Dios, eso es algo que viene del cielo, de Dios. Esta es una de las razones por las cuales el señor Jesús se bautizo, pues el bautismo era uno de varios requerimientos de Dios.

EL BAUTISMO DE JUAN FUE DEL CIELO NO DE LOS HOMBRES
Cuando Jesús fue bautizado por Juan, él sabía que ese bautismo era del cielo



Lucas 20.
4 El bautismo de Juan, ¿era del cielo, o de los hombres?
5 Entonces ellos discutían entre sí, diciendo: Si decimos, del cielo, dirá: ¿Por qué, pues, no le creísteis?
6 Y si decimos, de los hombres, todo el pueblo nos apedreará; porque están persuadidos de que Juan era profeta.

Dios había enviado a Juan a bautizar. Por lo tanto es del cielo para perdón de pecados, por causa del arrepentimiento y la fe en que el señor Jesús, que le perdono al hombre en aquella demostración de arrepentimiento.

Si ellos decían que el bautismo de Juan era del cielo, entonces debieron haber recibido éste, y haber aceptado el testimonio de Juan, en el sentido de que Jesús es el Mesías.
El no someterse al bautismo de Juan, daba a entender que para ellos, tal bautismo era de los hombres, y que no aceptaban el testimonio de Juan, acerca de Jesús.
Estos líderes desecharon los designios de Dios respecto de sí mismos, no siendo bautizados por Juan, a la vez que aquellos que sí aceptaron tal bautismo, “justificaron a Dios”, o sea que juzgaron correcta la voluntad de Dios al ser bautizados

(Lucas 7.30).
El Señor Jesús Sabía que el mensaje de Juan, el cual era acerca de uno mayor que Juan mismo, constituía un testimonio acerca de él.

Siendo bautizado, Jesús no sólo probó la obra de Juan, sino que también dio testimonio de la validez del mensaje de éste.
Si Jesús se hubiera rehusado a ser bautizado por Juan, hubiera indicado con ello, que lo de Juan era un fraude, lo cual lo hacía un impostor. Siendo bautizado, Jesús dio testimonio de que Juan era todo lo que él decía ser.




Mateo 3

1 En aquellos días vino Juan el Bautista predicando en el desierto de Judea,
2 y diciendo: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado.
3 Pues éste es aquel de quien habló el profeta Isaías, cuando dijo: Voz del que clama en el desierto: Preparad el camino del Señor, Enderezad sus sendas.


Juan sabía que su bautismo era del cielo, pues él declaró que Dios lo envió a bautizar, y que por medio de este acto, el Mesías le sería dado a conocer

Juan 1.
29 El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.
30 Este es aquel de quien yo dije: Después de mí viene un varón, el cual es antes de mí; porque era primero que yo.
31 Y yo no le conocía; mas para que fuese manifestado a Israel, por esto vine yo bautizando con agua.
32 También dio Juan testimonio, diciendo: Vi al Espíritu que descendía del cielo como paloma, y permaneció sobre él.
33 Y yo no le conocía; pero el que me envió a bautizar con agua, aquél me dijo: Sobre quien veas descender el Espíritu y que permanece sobre él, ése es el que bautiza con el Espíritu Santo.
34 Y yo le vi, y he dado testimonio de que éste es el Hijo de Dios.
33–34). Jesús vino para ser bautizado, no solo para declarar que Juan era un profeta de Dios, verdadero, sino también para darse a conocer a Juan por medio de su bautismo, pudiendo Juan así, testificarle a Israel, de que Jesús es el Hijo de Dios (Juan 1.31–33). Por esta razón debe dársele una gran importancia al hecho de que Jesús viniera para ser bautizado.

Jesús fue bautizado con el fin de dársele a conocer a Israel (Juan 1.31), pero fueron pocas las personas de esa nación, las que vieron a Jesús sometiéndose a tal acto. El que primero vio este bautismo fue Juan mismo. Esto era importante, pues cuando el Espíritu Santo vino sobre Jesús, después de su bautismo, Juan presenció el testimonio de Dios, en el sentido de que Jesús es el Mesías. Lo que ocurrió inmediatamente después del bautismo de Jesús, fue la manifestación del testimonio de Dios para Juan, cuando envió al Espíritu Santo a aquél; el resultado final fue el testimonio de Juan para Israel, de que
Jesús es el Hijo de Dios (Juan 1.32–34).



Lucas3
21 Aconteció que cuando todo el pueblo se bautizaba, también Jesús fue bautizado; y orando, el cielo se abrió,
22 y descendió el Espíritu Santo sobre él en forma corporal, como paloma, y vino una voz del cielo que decía: Tú eres mi Hijo amado; en ti tengo complacencia.
23 Jesús mismo al comenzar su ministerio era como de treinta años, hijo, según se creía, de José, hijo de Elí,

El bautismo por lo tanto es dar comienzo a una vida espiritual en plenitud. Y dar comienzo a un gran ministerio y una gran vida para Dios.

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