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LAS PROMESAS DE DIOS parte 1

LAS PROMESAS DE DIOS parte 1
EL PORQUE DE LAS PROMESAS



Hablamos a menudo de las promesas no solo de las que nos habla Dios, sino también de la que nos hacen otras personas, o las mismas circunstancias. Las cuales son nuestra forma de hablar en nuestra vida cotidiana.

Decimos, "Espero que pronto salgamos de esta situación," o "Esperamos ir de paseo este año," o "Espero que me paguen la próxima semana."

La misma palabra su lenguaje es basado en la esperanza, ya que desde el primer capítulo hasta el último es solo promesas.

¿Pero porque la palabra de Dios se centra en promesas?
¿Cuantos tipos de promesas existen?
¿Cómo cumple Dios Sus promesas?
¿Bajo qué condiciones?
¿A quiénes hizo las promesas?
¿Cómo se cumplen las promesas y mediante que métodos?
¿En qué tiempo se cumplen las promesas?


Nuestra manera de ver la vida y avanzar en ella es porque existe una promesa; promesa de alcanzar un título, fama, paz, honra. La vida sin esperanza sería muy desagradable. Incluso en lo peor de las circunstancias a la gente le agrada ver el lado bueno.
Un poeta escribió, "La esperanza brota eterna en el pecho humano." La esperanza puede dar a los hombres una extraordinaria tenacidad de espíritu.

Lamentablemente, algunas veces quedan desilusionados, porque la promesa no viene de alguien o algo verdadero. En este caso la promesa a la que se aferran no existe, y su esperanza es solo una ilusión.


¿Qué sucede cuando hemos cumplido con nuestra parte de «creer», pero no hemos visto ningún resultado? ¿Hay algo que no entendemos? ¿Hay algo más que necesitemos hacer para ver cumplidas las promesas de Dios? O ¿algo que estorba para ver las promesas cumplidas?
Si busca respuestas a preguntas como estas, es porque estás listo para empezar a aprender.

Históricamente la promesa es un contrato autónomo, o si simplemente es un preparativo de lo que será un contrato definitivo.

Expresión de la voluntad de dar o hacer algo por él una cosa.
Persona que tiene posibilidades de triunfar para alcanzar un premio.

Números 23
19 Dios no es hombre, para que mienta, Ni hijo de hombre para que se arrepienta. El dijo, ¿y no hará? Habló, ¿y no lo ejecutará?
20 He aquí, he recibido orden de bendecir; El dio bendición y no podré revocarla.

Cuando Dios promete algo. ¡Está dando Su palabra, que es absolutamente fiel!

El idioma original del Antiguo Testamento no tiene una palabra específica para el concepto de promesa, pero eso no significa que la idea no esté presente.

Las palabras hebreas (amar, dabar) que se traducen con la palabra castellana promesa, significan «decir» o «hablar». En la Biblia, cuando Dios y otros hablan de lo que van a hacer en el futuro, la palabra promesa encaja bien. En cada caso están en juego la palabra, el honor y la integridad del que habla.

El Nuevo Testamento sigue el mismo patrón del Antiguo: Dios respalda lo que dice. Por tanto, la idea viene naturalmente de la palabra griega angelia, que significa «anuncio» o «mensaje».
Las promesas de Dios son el corazón de la Biblia.
Todo lo que Él dijo, todo anuncio, todo mensaje, es realmente una promesa basada en el poder de él perfecto y confiable de Dios.

¿Pero porque la palabra de Dios se centra en promesas?

Levíticos 25
23 La tierra no se venderá a perpetuidad, porque la tierra mía es; pues vosotros forasteros y extranjeros sois para conmigo.

Éxodo 19
5 Ahora, pues, si diereis oído a mi voz, y guardareis mi pacto, vosotros seréis mi especial tesoro sobre todos los pueblos; porque mía es toda la tierra.
6 Y vosotros me seréis un reino de sacerdotes, y gente santa. Estas son las palabras que dirás a los hijos de Israel.

¿Porque la palabra de Dios se centra en promesas?

Es porque nada nos pertenece y solo se nos promete lo que no es nuestro y aun asi que aunque se nos dan, no son nuestras.
Porque aun nosotros le pertenecemos a él.


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