LA HABITACIÓN DEL HOMBRE DE DIOS

LA HABITACIÓN DEL HOMBRE DE DIOS




1 Samuel 23
14 Y David se quedó en el desierto en lugares fuertes, y habitaba en un monte en el desierto de Zif; y lo buscaba Saúl todos los días, pero Dios no lo entregó en sus manos.

Después de salir de Keila, allí en el desierto compuso el Salmo 11.

Los que han sido ungidos por Dios, buscarán siempre los “lugares fuertes” para protegerse.

¿Cuáles son esos lugares fuertes?

La oración es un “lugar fuerte” pero solo funciona, cuando tu espíritu es el que ora, ya que tu alma SOLO SE BASA EN LAS EMOCIONES, tu espíritu en el entendimiento de la realidad espiritual.

La verdadera oración es: entregar la carga, luego puedes descansar en Dios.

El ayuno es otro “lugar fuerte”, donde los ungidos se refugiarán, para fortalecerse y resistir en las batallas espirituales.

La lectura de la palabra, es otro “lugar fuerte”, donde los ungidos se alimentan a diario para fortalecerse, y lo más importante; encontrar las armas para la guerra, que de continuo se vive y resistir en las batallas espirituales.

Pero esas armas, no las puede tomar el hombre natural, sino solo el espiritual.

Mateo 19
29 Y cualquiera que haya dejado casas, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras, por mi nombre, recibirá cien veces más, y heredará la vida eterna.

Cualquiera que deje de perseguir las riquezas y el poder de este mundo entenderá la palabra y recibirá el poder espiritual que maneja la verdadera vida.



Lucas 18
18 Un hombre principal le preguntó, diciendo: Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna?

Juan 5
37 También el Padre que me envió ha dado testimonio de mí. Nunca habéis oído su voz, ni habéis visto su aspecto,
38 ni tenéis su palabra morando en vosotros; porque a quien él envió, vosotros no creéis.
39 Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí;
40 y no queréis venir a mí para que tengáis vida.

Mientras que tú no veas la palabra como importante, jamás tendrás armas para vencer al enemigo.

Recuerda, el Señor Jesús venció al enemigo, primero con la palabra, luego con los hechos; demostrando que la palabra estaba en él.


La alabanza, es otro “lugar fuerte”, donde los ungidos se ejercitarán en el poder de Dios.

La alabanza manifiesta la presencia de Dios.
En el desierto de Zif, David cantaba el Salmo 11 como un cántico de victoria espiritual.

Salmos 11
1 En Jehová he confiado; ¿Cómo decís a mi alma, Que escape al monte cual ave?
2 Porque he aquí, los malos tienden el arco, Disponen sus saetas sobre la cuerda, Para asaetear en oculto a los rectos de corazón.
3 Si fueren destruidos los fundamentos, ¿Qué ha de hacer el justo?
4 Jehová está en su santo templo; Jehová tiene en el cielo su trono; Sus ojos ven, sus párpados examinan a los hijos de los hombres.
5 Jehová prueba al justo; Pero al malo y al que ama la violencia, su alma los aborrece.
6 Sobre los malos hará llover calamidades; Fuego, azufre y viento abrasador será la porción del cáliz de ellos.
7 Porque Jehová es justo, y ama la justicia; El hombre recto mirará su rostro.

1 Samuel 23
24Los ungidos prevén las situaciones y no se dejan atrapar por las mismas.

Luego de que te ubiques en los lugares fuertes; es cuan Dios te puede proteger, prosperar, levantar, conforme lo dice:

3 Juan 1
2 Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma.
3 Pues mucho me regocijé cuando vinieron los hermanos y dieron testimonio de tu verdad, de cómo andas en la verdad.

“… pero Dios no lo entrego en sus manos…” (23:14).

Para que Saúl tocara a David, Dios se lo tenía que entregar en sus manos.

Los enemigos de los ungidos, solo tendrán acceso y poder sobre ellos, si Dios les da permiso. Pero recuerda solo los ungidos, no los que se salen de la palabra y salirse es solo dejar de alimentarse de ella a diario, satanás no necesita hacerte pecar para apartarte de Dios, solo hacer que tú no entiendas el poder de Dios por medio de la palabra.

Job 2:
6Y Jehová dijo a Satanás: He aquí, él está en tu mano; mas guarda su vida”.

Hasta que Dios no le dio permiso a Satanás, este no pudo tocar a Job.

David gozaba de la protección y del respaldo de Dios. La cobertura espiritual de Dios estaba sobre él. Dios vela y cuida de sus ungidos. Le pone cerco de protección espiritual.

El diablo y sus demonios, podrán perseguir, molestar, afligir, acorralar, asediar
Pero dice


Salmos 105
14 No consintió que nadie los agraviase, Y por causa de ellos castigó a los reyes.
15 No toquéis, dijo, a mis ungidos, Ni hagáis mal a mis profetas.

¿Tú eres un ungido de Dios?

Esa unción te da garantía espiritual de las promesas de la palabra de Dios.

El enemigo tendrá que respetar esa garantía. Te podrá ensuciar, empujar, criticar, acusarte…, pero no podrá romperte. Tienes la garantía, a prueba de fuego y destrucción.

Nunca subestimes la unción de Dios en tu vida. La unción es la que te levanta.

Pero, El enemigo, no te respetará si tú no permaneces en Dios y no entregas tus debilidades a Él.

El conocerá tus debilidades; sabrá qué temperamento te domina; te podrá enumerar muchas faltas y deficiencias, pero jamás podrá negar la unción del Espíritu Santo que esta fluyendo a través de ti.
Esa unción te da a respetar y te da investidura en el mundo espiritual.

En Hechos 10:38 dicen las Escrituras: “Como Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret, y como éste anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él”.

La unción daba a conocer a Jesús de Nazaret. Esa unción era el Espíritu Santo en Él.

Mateo 3:16
Esa unción le dio poder para obrar, sanar y libertar a los oprimidos.

La unción pudre yugos.

Isaías 10
27 Acontecerá en aquel tiempo que su carga será quitada de tu hombro, y su yugo de tu cerviz, y el yugo se pudrirá a causa de la unción

La unción trae liberación. Esos yugos de maldición, de timidez, de complejos, de heridas emocionales, de culpas pasadas, de rechazos, de inferioridad, la unción los pudre. Porque tú habitas en lugares fuertes.