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ATTE: ICLV






GUERRERO ESPIRITUAL parte 6

PACTOS DE VIDA PROMESAS DE MUERTE





Ananías y Safira fueron tentados por el diablo, hicieron pacto de vida, pero por el engaño de satanás, lo convirtieron en pacto de muerte, y cayeron en su trampa.

Hechos 5
1 Pero cierto hombre llamado Ananías, con Safira su mujer, vendió una heredad,
2 y sustrajo del precio, sabiéndolo también su mujer; y trayendo sólo una parte, la puso a los pies de los apóstoles.
3 Y dijo Pedro: Ananías, ¿por qué llenó Satanás tu corazón para que mintieses al Espíritu Santo, y sustrajeses del precio de la heredad?

Es delicado lo que vas a contestar, lo que vas a hablar, cuando prometes o has prometido.
Pedro dijo que Simón perecería con su dinero, pero él no murió en ese instante, como Ananías y Safira.

¿Qué espíritus intervienen para que tu no cumplas una promesa?

• Espíritus de mentira.
• Espíritus de adivinación.
• Espíritus inmundos perversos o de ruina.

Y todo esto llega porque estos espíritus trabajan con:
• Con Persecución
• Con Ataques contra nuestro cuerpo y mente, enfermedad, cansancio excesivo, etc.
• Con Desgracias.

Hechos 5:1 Pero cierto hombre llamado Ananías, con Safira su mujer, vendió una heredad,

Hechos 4
36 Entonces José, a quien los apóstoles pusieron por sobrenombre Bernabé (que traducido es, Hijo de consolación), levita, natural de Chipre,
37 como tenía una heredad, la vendió y trajo el precio y lo puso a los pies de los apóstoles.

Aquí se ve el contraste entre Bernabé y Ananías,
Cuando el hijo de Dios siembra la buena semilla, y cuando el hijo del diablo siembra cizaña.

La hipocresía, es la imitación de la piedad; es como un billete falso. Esta pareja aparentaba generosidad para compartir, pero no eran generosos, sino ambiciosos.

Isaías 1
10 Príncipes de Sodoma, oíd la palabra de Jehová; escuchad la ley de nuestro Dios, pueblo de Gomorra.
11 Para qué me sirve, dice Jehová, la multitud de vuestros sacrificios? Hastiado estoy de holocaustos de carneros y de sebo de animales gordos; no quiero sangre de bueyes, ni de ovejas, ni de machos cabríos.
12 Quién demanda esto de vuestras manos, cuando venís a presentaros delante de mí para hollar mis atrios?
13 No me traigáis más vana ofrenda; el incienso me es abominación; luna nueva y día de reposo, el convocar asambleas, no lo puedo sufrir; son iniquidad vuestras fiestas solemnes.
14 Vuestras lunas nuevas y vuestras fiestas solemnes las tiene aborrecidas mi alma; me son gravosas; cansado estoy de soportarlas.
15 Cuando extendáis vuestras manos, yo esconderé de vosotros mis ojos; asimismo cuando multipliquéis la oración, yo no oiré; llenas están de sangre vuestras manos.
16 Lavaos y limpiaos; quitad la iniquidad de vuestras obras de delante de mis ojos; dejad de hacer lo malo;
17 aprended a hacer el bien; buscad el juicio, restituid al agraviado, haced justicia al huérfano, amparad a la viuda.
18 Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana.
19 Si quisiereis y oyereis, comeréis el bien de la tierra;
20 si no quisiereis y fuereis rebeldes, seréis consumidos a espada; porque la boca de Jehová lo ha dicho.

Desde aquellos primeros días de la iglesia y hasta el día de hoy, los nombres de Bernabé y Ananías se han recordado y serán recordados. Bernabé es recordado por cumplir lo que prometió, y Ananías es recordado por no dar lo que prometió. Bernabé quería glorificar a Dios, y Ananías quería la gloria para él.

1 Timoteo 1
9 conociendo esto, que la ley no fue dada para el justo, sino para los transgresores y desobedientes, para los impíos y pecadores, para los irreverentes y profanos, para los parricidas y matricidas, para los homicidas,
10 para los fornicarios, para los sodomitas, para los secuestradores, para los mentirosos y perjuros, y para cuanto se oponga a la sana doctrina,
11 según el glorioso evangelio del Dios bendito, que a mí me ha sido encomendado.


Hechos 5:2 -- y sustrajo del precio se quedó con parte del precio.
Por eso Ananías y Safira buscaron solamente una palabra y no entendieron la realidad del evangelio.

Sabiéndolo también su mujer; Safira estaba de acuerdo con Ananías.
Era cómplice de con su marido de un engaño: "sabiéndolo también tu mujer"

Dice lo pensaban, lo platicaban, tenían un plan, un acuerdo.

El papel de la mujer -- según el plan de Dios -- se describe en Génesis. 2:18; no debe ser "cómplice" del marido en el mal, sino una "ayuda idónea".

Cuántas mujeres hacen pacto con sus maridos en lo malo.

La Biblia enseña; que la mujer debe estar sujeta al marido pero primero debe estar sujeta e Dios, pues la palabra dice que él es el esposo de una novia perfecta.

Efesios. 5:
22 Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor;
23 porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador.
24 Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo.

Pero cuando ella se da cuenta que su marido anda mal, o la quiere llevar en contra de la palabra de Dios, debe protestar; no discutiendo; sino solo haciendo ella misma lo que Dios le pide y no lo que su marido le obliga o exige; porque si lo hace; el primer lugar lo tiene él y no Dios.

Trayendo sólo una parte, lo puso a los pies de los apóstoles. -- Ananías no pecó al vender la propiedad y quedarse con una parte del dinero, sino al mentir, diciendo que lo que dio era todo el precio del pacto de lo que había prometido. La avaricia no les dejaba dar todo el precio.

1 Timoteo. 6:10.
9 Porque los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo, y en muchas codicias necias y dañosas, que hunden a los hombres en destrucción y perdición;
10 porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores.
11 Mas tú, oh hombre de Dios, huye de estas cosas, y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre.
12 Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, a la cual asimismo fuiste llamado, habiendo hecho la buena profesión delante de muchos testigos.

Tristemente nosotros hacemos pactos muchas veces como Ananías y Safira, no solamente con respecto a la promesa de una ofrenda, sino también con respecto al tiempo, talento, a la santidad que prometemos etc.

Podemos profesar que damos lo mejor a Dios, cuando en realidad estamos "quedándonos" con una gran parte de estas cosas, para nuestro propio beneficio.
Le decimos a Dios que prometemos entregar nuestra vida a Él, pero cuando nos damos cuenta solo entregamos lo que nos conviene; o sea:

• Lo que está enfermo; para que él lo sane.
• Lo que está en ruina para que él prospere.
• Lo inútil para que él lo haga famoso.

Pero lo mejor, lo guardamos para nuestros deleites

El corazón de Ananías no pertenecía a Cristo sino a Satanás. Voluntariamente lo abrió para que lo llenara con avaricia y engaño.


Santiago. 1
13 Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie;
14 sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido.

El pacto que Ananías y Safira le ofrecieron a Dios era la obra de Satanás ya que ellos no entregaron lo que prometieron. Si no que entregaban, era el engaño de sus mentiras, YA QUE DIOS MIRA; LA VERDAD DE LA OBRA Y NO LA OBRA EN SI MISMA. Lo vemos en la ofrenda de la viuda.

Por eso, no esperes, a que el señor actué, como lo hizo, en Ananías y Safira.

Si el pecado de Ananías y Safira no se hubiera expuesto inmediatamente se habría dejado la impresión que el Espíritu Santo puede ser engañado.

1 Pedro. 4:
17 Porque es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios; y si primero comienza por nosotros, ¿cuál será el fin de aquellos que no obedecen al evangelio de Dios?
18 Y: Si el justo con dificultad se salva, ¿En dónde aparecerá el impío y el pecador?

Ananías y Safira se unieron en el matrimonio, en la religión, en el pecado, en la muerte, en la sepultura y en la eternidad.
¿A QUIEN ESTAS UNIDO?
¿ESTAS DISPUESTO A PAGAR ESE PRECIO?

Salmos. 5
4 Porque tú no eres un Dios que se complace en la maldad; El malo no habitará junto a ti.
5 Los insensatos no estarán delante de tus ojos; Aborreces a todos los que hacen iniquidad.
6 Destruirás a los que hablan mentira; Al hombre sanguinario y engañador abominará Jehová.
7 Más yo por la abundancia de tu misericordia entraré en tu casa; Adoraré hacia tu santo templo en tu temor.

Dios todavía conoce el corazón de sus hijos. Dios no a todos castiga ahora, como castigó a Ananías y Safira, pero El se fija en todo LO QUE TU PROMETES y en el día final todos tus hechos serán manifiestos, TANTO BUENOS COMO MALOS, sino te arrepientes.

¿QUÉ DEBEMOS HACER NOSOTROS PARA SALIR VICTORIOSOS, Y NO DEJARNOS ENGAÑAR POR ESTOS ESPÍRITUS?


CONOZCA A DIOS
Jeremías 9
23 Así dijo Jehová: No se alabe el sabio en su sabiduría, ni en su valentía se alabe el valiente, ni el rico se alabe en sus riquezas.
24 Más alábese en esto el que se hubiere de alabar: en entenderme y conocerme, que yo soy Jehová, que hago misericordia, juicio y justicia en la tierra; porque estas cosas quiero, dice Jehová.

Cuando el hombre no tiene una imagen correcta del verdadero Dios, crea una, la suya propia del Dios verdadero, pero distorsionada.
El correcto conocimiento de Dios y de Su carácter influye grandemente en las decisiones que tomamos y en las promesas que cumplimos.

USE LA ESPADA
La espada del Espíritu es la Palabra de Dios y debemos aprender a usarla; y para usarla tenemos que memorizarla, para que sea un arma poderosa, en los ataques del enemigo

ORE PERO EN EL ESPÍRITU, Y NO EN LA CARNE, Y ESTÉ ATENTO A LOS PELIGROS

TRABAJE EN SER Y EN CUMPLIR LO QUE SE HA PROMETIDO Y LO QUE HA PROMETIDO
La pasividad le da muchas oportunidades al diablo.

Proverbios.24
30 Pasé junto al campo del hombre perezoso, Y junto a la viña del hombre falto de entendimiento;
31 Y he aquí que por toda ella habían crecido los espinos, Ortigas habían ya cubierto su faz, Y su cerca de piedra estaba ya destruida.
32 Miré, y lo puse en mi corazón; Lo vi, y tomé consejo.
33 Un poco de sueño, cabeceando otro poco, Poniendo mano sobre mano otro poco para dormir;
34 Así vendrá como caminante tu necesidad, Y tu pobreza como hombre armado.

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