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TEMOR DE DIOS (Isaías 11)

TEMOR DE DIOS (Isaías 11)
COMO AQUEL QUE OS LLAMO ES SANTO; SED TAMBIÉN VOSOTROS
SANTOS EN TODA VUESTRA MANERA DE VIVIR; PORQUE ESCRITO ESTA:
SED SANTOS; PORQUE YO SOY SANTO
1 Pedro 1:15,16
Salmos 111
10 El principio de la sabiduría es el temor de Jehová; Buen entendimiento tienen todos los que practican sus mandamientos; Su loor permanece para siempre.

1- DONDE COMIENZA EL ESPÍRITU DE TEMOR DE DIOS
2- DONDE FUNCIONA EL ESPÍRITU DEL TEMOR DE DIOS
3- ADONDE TE LLEVA EL ESPÍRITU DE TEMOR DE DIOS
4- EL PELIGRO DE NO TENER EL ESPÍRITU DE TEMOR DE DIOS
5- RESULTADOS DEL ESPÍRITU DEL TEMOR DE DIOS EN TU VIDA.


1- DONDE COMIENZA EL ESPÍRITU DE TEMOR DE DIOS
Todas las cosas empiezan en Dios, y por Dios, y terminan para Dios
Pero para entender donde empieza el espíritu del temor de Dios. Primero debemos conocer como es la santidad y el poder de Dios que aunque es parecido al tema anterior sobre el espíritu de poder (Isaías 11) debemos aprender la diferencia.

Proverbios 9
10 El temor de Jehová es el principio de la sabiduría, Y el conocimiento del Santísimo es la inteligencia.
11 Porque por mí se aumentarán tus días, Y años de vida se te añadirán.

Entonces el principio del temor de Dios se basa en el hecho de conocer y entender que Dios mismo es santo Y todo poderoso.

Porque Dios es santo, exige que nosotros también seamos santos. Muchos cristianos tienen lo que podríamos llamar una “santidad cultural”.
¿Qué quiere decir “santidad cultural”? personas que se adaptan al carácter y al esquema de comportamiento de los creyentes que los rodean. Si la cultura cristiana que los rodea es más o menos santa, dichas personas son más o menos santas también, y si los creyentes que los rodean ponen más cargas de las que Dios a puesto entonces dichas personas se cansaran rápido de seguir a Dios. Pero Dios no nos ha llamado a ser como los que nos rodean. Nos ha llamado a ser como él es. La santidad consiste en el exclusivo carácter de Dios.




2- DONDE FUNCIONA EL ESPÍRITU DEL TEMOR DE DIOS

El espíritu de temor de Dios funciona solo con un corazón rendido por completo a él. Donde la conciencia aun no está cauterizada.
Tal como se la usa en las Escrituras, la palabra santidad describe tanto la majestad de Dios como la pureza y la perfección moral de su naturaleza. La cual debe ser una de las características de cada uno de nosotros.

Con el tiempo, a medida que vamos teniendo el espíritu de temor de Dios, vamos desarrollando EL carácter de Dios.
La santidad absoluta de Dios debe servimos de gran estímulo y seguridad para creer que llegaremos a efesios 4:13. Si Dios es perfectamente santo, luego podemos confiar en que sus acciones para nosotros han de ser siempre perfectas y justas.


3- ADONDE TE LLEVA EL ESPÍRITU DE TEMOR DE DIOS

Te lleva por medio del camino de la santificación y el entendimiento del poder de Dios a ver la gloria de Dios según Habacuc 3: 4 visto en el tema del espíritu de poder.

Te lleva a la perfección que el Padre exige, no que pide.

Te lleva aMejorar en aspectos tales como aprender a decir la verdad, como también en pureza y humildad y por consiguiente los frutos del Espíritu Santo comienzan a ser manifiestos en cada uno de nosotros.
Pero cuando no obramos en forma clara con el carácter de Dios. Decimos una mentira o nos dejamos llevar por una serie de pensamientos sucios. Luego nos sentimos afligidos con nosotros mismos por dichas acciones o pensamientos, porque son incompatibles con nuestro carácter. Esto es algo que nunca le ocurre a Dios. Dios obra invariablemente de conformidad con su carácter santo. Y es justamente a este nivel de santidad al que nos ha llamado Dios cuando dice: “Sed santos, porque yo soy santo.”

Nosotros mismos no siempre sabemos lo que es recto, lo que es justo y bueno. Hay veces que nos resulta penoso resolver cuestiones que tienen connotaciones morales y espirituales debido a que confundimos nuestra moralidad con la santidad de Dios y creemos que es lo mismo.

a- TE LLEVA A TENER UN SOLO PENSAMIENTO CON EL PADRE
Génesis 11
6 Y dijo Jehová: He aquí el pueblo es uno, y todos estos tienen un sólo lenguaje; y han comenzado la obra, y nada les hará desistir ahora de lo que han pensado hacer.

Dios sabe que cuando eres uno en un sólo pensamiento en alma cuerpo y espíritu nada lo detendrá excepto Dios y lograra lo que se propone.
Lo mismo sucede cuando el hombre es uno en Dios con la misma forma de pensar. Nada le será imposible, pero para eso tiene que estar el temor de Dios en tu vida para que logres comprender el nivel de las promesas, y la certeza de que quien te está haciendo dichas promesas NO MIENTE

El hombre fue tristemente formado; educado por un pensamiento cultural dado por el entorno en el que se desarrolla sin Dios, y si con estructuras tradicionalistas. Por eso le cuesta pensar de la manera en que Dios piensa.
Las tradiciones vienen de la religión, Hay un poder que se ejerce al madurar en nuestras vidas y son los principios de Dios. La tradición es abortiva.
Dios en su palabra sólo me pide que constantemente reconozca que nosotros no somos nada separados de Él.

1 reyes 18: 21
21 Y acercándose Elías a todo el pueblo, dijo: ¿Hasta cuándo claudicaréis vosotros entre dos pensamientos? Si Jehová es Dios, seguidle; y si Baal, id en pos de él. Y el pueblo no respondió palabra.
Los seres humanos sólo vemos lo que estamos preparados para ver. y sólo escuchamos lo que hemos sido entrenados para escuchar (ej. idioma)
Números 23
19 Dios no es hombre, para que mienta, Ni hijo de hombre para que se arrepienta. El dijo, ¿y no hará? Habló, ¿y no lo ejecutará?

Salmos 89
34 No olvidaré mi pacto, Ni mudaré lo que ha salido de mis labios.
35 Una vez he jurado por mi santidad, Y no mentiré a David.
36 Su descendencia será para siempre, Y su trono como el sol delante de mí.
37 Como la luna será firme para siempre, Y como un testigo fiel en el cielo. Selah

Job 4
1 Entonces respondió Elifaz temanita, y dijo:
2 Si probáremos a hablarte, te será molesto; Pero ¿quién podrá detener las palabras?
3 He aquí, tú enseñabas a muchos, Y fortalecías las manos débiles;
4 Al que tropezaba enderezaban tus palabras, Y esforzabas las rodillas que decaían.
5 Mas ahora que el mal ha venido sobre ti, te desalientas; Y cuando ha llegado hasta ti, te turbas.
6 ¿No es tu temor a Dios tu confianza? ¿No es tu esperanza la integridad de tus caminos?
7 Recapacita ahora; ¿qué inocente se ha perdido? Y ¿en dónde han sido destruidos los rectos?

El espíritu de temor tuyo te lleva sólo a ser religiosamente santo pero no con entendimiento de reino y si con miedo en medio del fuego como lo que la sucedió a Job

A menudo nos sentimos tentados a cuestionar las acciones de Dios, y a quejarnos de que nos trata injustamente. Pero esta es una mentira del diablo, la misma que utilizó en el caso de Eva: “Dios te está tratando injustamente” (Génesis 3:4,5). Pero es imposible, por la propia naturaleza de Dios, que El alguna vez obre injustamente. Dado que es santo, todas sus acciones son santas.

Tenemos que aceptar por fe el hecho de que Dios es santo, aun cuando las circunstancias adversas pudieran sugerir lo contrario. Quejarnos contra Dios es, negar su santidad y afirmar que Dios es injusto.

Es menos cruel negar la existencia de Dios, que negar la pureza de su santidad; lo convierte en un Dios deformado, carente de amor y detestable. El que dice que Dios no es santo, dice algo mucho peor que el que dice que no hay Dios.

Una de las formas en que hemos de alabar a Dios es reconociendo su santidad. Según la visión del cielo que tuvo Juan y que se describe en Apocalipsis 4, los cuatro seres vivientes que rodean el trono de Dios jamás cesan de exclamar: “Santo, santo, santo es el Señor Dios Todopoderoso, el que era, el que es, y el que ha de venir” (Apocalipsis 4:8). Los serafines en la visión que tuvo Isaías de la gloria de Dios también expresaron esta triple atribución de santidad a Dios (Isaías 6:3). Cuando Moisés elevó una oración de alabanza a Dios por la liberación de los israelitas frente al ejército de Faraón, también cantó a la santidad divina:
“¿Quién como tú, oh Jehová, entre los dioses?
¿Quién como tú, magnífico en santidad, Terrible en maravillosas hazañas, hacedor de prodigios?”
(Éxodo 15:11)

b- EL ESPÍRITU DE TEMOR DE DIOS TE LLEVA A CONOCER Y ENTENDER LA OMNIPOTENCIA OMNISCIENCIA Y OMNIPRESENCIA
Jeremías 9
24 Más alábese en esto el que se hubiere de alabar: en entenderme y conocerme, que yo soy Jehová, que hago misericordia, juicio y justicia en la tierra; porque estas cosas quiero, dice Jehová.

Por eso El Señor Jesús dijo yo hago lo que veo a mi Padre hacer

Salmos 111
10 El principio de la sabiduría es el temor de Jehová; Buen entendimiento tienen todos los que practican sus mandamientos; Su loor permanece para siempre.

c- EL ESPÍRITU DE TEMOR DE DIOS TE LLEVA A ABORRECER EL PECADO

Por cuanto Dios es santo, aborrece el pecado. La palabra aborrecer es tan fuerte que no nos gusta usarla. Reprendemos a los chicos cuando nos dicen que odian a alguien. Más cuando se trata de la actitud de Dios hacia el pecado, sólo una palabra fuerte como ésta trasmite adecuadamente el concepto correspondiente.
Refiriéndose a diversos pecados de Israel, Dios dice: “Porque todas estas son cosas que aborrezco” (Zacarías 8:17). El odio o aborrecimiento es una emoción legítima cuando se refiere al pecado. De hecho, cuanto más santos nos volvemos, tanto más aborrecemos el pecado.
David dijo: “De tus mandamientos he adquirido inteligencia; por tanto, he aborrecido todo camino de mentira” (Salmo 119:104). Ahora bien, si esto es cierto en cuanto a un hombre, cuánto más referente a Dios. Al ir adquiriendo mayor santidad, va aumentando nuestro aborrecimiento hacia el pecado; y Dios, que es infinitamente santo, siente un aborrecimiento infinito hacia el pecado.

4- EL PELIGRO DE NO TENER EL ESPÍRITU DE TEMOR DE DIOS

Una de las características de las promesas de Dios es que siempre son grandes, pero se manejan y se alcanzan con un proceso en el tiempo, madurez o estatura espiritual bien definida de acuerdo plenamente a la palabra no a una doctrina, dogma o religión. Y una actitud de guerrero, para tomarlas como lo dijo caleb (Entonces Caleb hizo callar al pueblo delante de Moisés, y dijo: Subamos luego, y tomemos posesión de ella; porque más podremos nosotros que ellos. Números 13:30)
Pero si no tienes la actitud correcta; no sólo en ser optimista, sino también en la responsabilidad que pongas para estar preparado y administrar con inteligencia, y dar cuentas claras de lo que hiciste con lo que se te ha entregado (Mateo 25:14-30) entonces correrás el riesgo de perderlo todo. Por eso la importancia del temor de Dios, por que el temor de Dios no sólo te lleva a respetar a Dios, sino que te lleva a ser responsable con lo que se te entrega por respeto de aquel quien te llamo como hijo.

Deuteronomio 7
21 No desmayes delante de ellos, porque Jehová tu Dios está en medio de ti, Dios grande y temible.
22 Y Jehová tu Dios echará a estas naciones de delante de ti poco a poco; no podrás acabar con ellas en seguida, para que las fieras del campo no se aumenten contra ti.
23 Mas Jehová tu Dios las entregará delante de ti, y él las quebrantará con grande destrozo, hasta que sean destruidas.
24 El entregará sus reyes en tu mano, y tú destruirás el nombre de ellos de debajo del cielo; nadie te hará frente hasta que los destruyas.
25 Las esculturas de sus dioses quemarás en el fuego; no codiciarás plata ni oro de ellas para tomarlo para ti, para que no tropieces en ello, pues es abominación a Jehová tu Dios;

Pero entonces si tú no tomas responsabilidad de las promesas que Dios te da. Dios mismo te entregara a lo que más temes.

Deuteronomio 28
58 Si no cuidares de poner por obra todas las palabras de esta ley que están escritas en este libro, TEMIENDO este nombre GLORIOSO Y TEMIBLE: JEHOVÁ TU DIOS,
59 entonces Jehová aumentará maravillosamente tus plagas y las plagas de tu descendencia, plagas grandes y permanentes, y enfermedades malignas y duraderas;
60 y traerá sobre ti todos los males de Egipto, delante de los cuales temiste, y no te dejarán.
61 Asimismo toda enfermedad y toda plaga que no está escrita en el libro de esta ley, Jehová la enviará sobre ti, hasta que seas destruido.
62 Y quedaréis pocos en número, en lugar de haber sido como las estrellas del cielo en multitud, por cuanto no obedecisteis a la voz de Jehová tu Dios.
63 Así como Jehová se gozaba en haceros bien y en multiplicaros, así se gozará Jehová en arruinaros y en destruiros; y seréis arrancados de sobre la tierra a la cual entráis para tomar posesión de ella.
64 Y Jehová te esparcirá por todos los pueblos, desde un extremo de la tierra hasta el otro extremo; y allí servirás a dioses ajenos que no conociste tú ni tus padres, al leño y a la piedra.
65 Y ni aun entre estas naciones descansarás, ni la planta de tu pie tendrá reposo; pues allí te dará Jehová corazón temeroso, y desfallecimiento de ojos, y tristeza de alma;
66 y tendrás tu vida como algo que pende delante de ti, y estarás temeroso de noche y de día, y no tendrás seguridad de tu vida.
67 Por la mañana dirás: ¡Quién diera que fuese la tarde! y a la tarde dirás: ¡Quién diera que fuese la mañana! por el miedo de tu corazón con que estarás amedrentado, y por lo que verán tus ojos.
68 Y Jehová te hará volver a Egipto en naves, por el camino del cual te ha dicho: Nunca más volverás; y allí seréis vendidos a vuestros enemigos por esclavos y por esclavas, y no habrá quien os compre.

5- RESULTADOS DEL ESPÍRITU DEL TEMOR DE DIOS EN TU VIDA.

El espíritu del temor de Dios produce la capacidad de asimilar entender y ejecutar el poder de la palabra en la oración constante para vivir en la paz de él.

DEUTERONOMIO 6
1 Estos, pues, son los mandamientos, estatutos y decretos que Jehová vuestro Dios mandó que os enseñase, para que los pongáis por obra en la tierra a la cual pasáis vosotros para tomarla;
2 para que temas a Jehová tu Dios, guardando todos sus estatutos y sus mandamientos que yo te mando, tú, tu hijo, y el hijo de tu hijo, todos los días de tu vida, para que tus días sean prolongados.
3 Oye, pues, oh Israel, y cuida de ponerlos por obra, para que te vaya bien en la tierra que fluye leche y miel, y os multipliquéis, como te ha dicho Jehová el Dios de tus padres.
4 Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es.
5 Y amarás a Jehová tú Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas.
6 Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón;
7 y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes.
8 Y las atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos;
9 y las escribirás EN LOS POSTES de tu casa, y EN TUS PUERTAS.



La revelación del versículo “9” es muy grande. Y para entenderlo debo estar basado en la responsabilidad que conllevan los versículos anteriores. Y es que la palabra debe estar completa en ti cuando te acerques al Padre. Ya que en los versículos del uno al acho es la responsabilidad de una preparación para entrar en el secreto del Padre. Así como el sacerdote tenía que prepararse para entrar en el lugar santísimo, nosotros debemos estar listos para hablar en el idioma de Él (Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y CERRADA LA PUERTA, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público. Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos. Mateo 6:6-7).

- Entonces para entrar tienes que hacerlo por una puerta y esa puerta es la palabra que es en la que te vas a refugiar (aposento).
Lucas 11: 9 Y yo os digo: Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá.
10 Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.

- Y CERRADA LA PUERTA. Cierra la puerta para que no entren extraños. ¿Pero cuáles son los extraños? Son los problemas, enfermedades, crisis, maldiciones.
¿Pero como cerrar la puerta?
(9 y las escribirás en los postes de tu casa, y EN TUS PUERTAS.) La manera de cerrar la puerta es con la confesión de la PALABRA. Esa es la llave para cerrar la puerta o las puertas; (Y orando, no uséis vanas repeticiones (oh señor por qué no me escuchas o mira los problemas que tengo, o sea entraste con público)) pero recuerda no puedes volver a salir por esa mima puerta, porque son puertas que se cierran para siempre ya que usaste la palabra.
Apocalipsis 3:7 Escribe al ángel de la iglesia en Filadelfia: Esto dice el Santo, el Verdadero, el que tiene la llave de David, el que abre y ninguno cierra, y cierra y ninguno abre.

Después dice (ora a tu Padre que está en secreto) o sea descansa y espera en Él; escondido bajo sus alas, quieto, sólo fortaleciendo tu casa espiritual (9 y las escribirás EN LOS POSTES de tu casa) por que los postes son los que sostienen la casa. Y los postes son tu oración en intimidad, pero sólo conforme a la PALABRA.

Isaías26: 20 Anda, pueblo mío, entra en tus aposentos, cierra tras ti tus puertas; escóndete un poquito, por un momento, en tanto que pasa la indignación.

Y por ultimo ya no podrás salir de aquella habitación por donde entraste, ya que entraste por una puerta de petición, y tras de esta puerta es donde han quedado todas tus necesidades esperándote para que las sigas cargando, ya que ellas nunca podrán caminar si tu no las llevas en tu espalda.
Salmos 115: 4 Los ídolos de ellos son plata y oro, OBRA DE MANOS DE HOMBRES.
5 Tienen boca, mas no hablan; Tienen ojos, mas no ven;
6 Orejas tienen, más no oyen; Tienen narices, mas no huelen;
7 Manos tienen, mas no palpan; Tienen pies, mas no andan; No hablan con su garganta.
8 Semejantes a ellos son los que los hacen, Y cualquiera que confía en ellos.

En el plano de la revelación es que son muy grandes las obras que con tus manos has construido, y tienes que tener mucho valor para soportar la tentación de no volver a salir por la misma puerta por donde entraste, ya que si quieres salir por esa puerta y ceder a la tentación del llamado de estos espíritus inmundos que se te muestran como plata y oro siendo necesidad y miseria. Tienes que arrancar por obligación la palabra que pusiste sobre esa puerta y renunciar a la verdad de las promesas de Dios.

Ahora para poder salir tienes que esperar pacientemente “por un momento, en tanto que pasa la indignación” mientras que EL PADRE TE ABRA UNA NUEVA PUERTA, la cual es una puerta de victoria (; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público) si es que tu primero no has salido por la puerta por donde entraste. Todo por falta de paciencia.

Hebreos 10
35 No perdáis, pues, vuestra confianza, que tiene grande galardón;
36 porque os es necesaria la paciencia, para que habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa.
37 Porque aún un poquito, Y el que ha de venir vendrá, y no tardará.
38 Mas el justo vivirá por fe; Y si retrocediere, no agradará a mi alma.
39 Pero nosotros no somos de los que retroceden para perdición, sino de los que tienen fe para preservación del alma.

Entiende entonces lo delicado de entrar en el secreto para orar a tu padre, y si entras no puedes retroceder, porque es salir por la puerta por donde entraste.

Colosenses 3:5 haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría.

El Nuevo Testamento no deja dudas de que la santidad es responsabilidad nuestra. Si hemos de buscar la santidad, tenemos que tomar decisiones concretas. En cierta ocasión analicé con una persona la cuestión de un pecado particular, y dicha persona me dijo: “Vengo orando para que Dios me motive para abandonarlo.” ¿Motivarlo para abandonar? Lo que esa persona estaba diciendo en realidad era que Dios no había hecho lo suficiente. Resulta tan fácil pedirle a Dios que haga algo más, porque al hacerlo postergamos la necesidad de enfrentar nuestra responsabilidad. Isaías26: 20 Mateo 6:6-7

La acción que debemos cumplir es la de hacer morir las obras malas de la carne (Romanos 8:13). Pablo se vale de la misma expresión en otro libro: “Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros” (Colosenses 3:5). ¿Qué significa la expresión hacer morir? Algunas versiones tienen mortificar. Según el diccionario, mortificar significa “destruir la fuerza, la vitalidad, o el funcionamiento de; dominar o amortiguar”. Hacer morir los actos malos del cuerpo, por lo tanto, es destruir la fortaleza y la vitalidad del pecado que trata de reinar en nuestro cuerpo.

La pregunta crucial es ésta: “¿Cómo podemos destruir la fuerza y la vitalidad del pecado?” Si hemos de ocuparnos de esta difícil tarea, antes tenemos que tener convicción (Deuteronomio 6:1al 9).
Tenemos que estar convencidos de que el hecho de que Dios quiera que todos los creyentes vivamos una vida santa y de victoria, es algo importante. Tenemos que creer que por la búsqueda de la santidad vale la pena hacer el esfuerzo que requiere mortificar las obras de la carne. (Leer tema la necesidad de morir) Debemos estar convencidos de que “sin la (santidad) nadie verá al Señor” (Hebreos 12:14).

No solamente tenemos que estar convencidos en cuanto a la necesidad de vivir una vida santa en general, sino que tenemos que convencernos de la misma necesidad con respecto a aspectos particulares, en los que debemos aprender a obedecer. Isaías26: 20 Mateo 6:6-7

Dichas convicciones nos vienen en la medida en que entramos en contacto con la Palabra de Dios. Nuestra mente se ha acostumbrado en medida excesiva a los valores del mundo. Incluso después de hacernos creyentes. El mundo que nos rodea procura constantemente moldearnos a su sistema de valores inclusive a la santidad cultural. Se nos bombardea desde todas partes con tentaciones para hacernos ceder a la naturaleza pecaminosa. Es por eso que Pablo dijo: “No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la re- novación de vuestro entendimiento” (Romanos 12:2).

Una de las formas más efectivas de transformar la mente es mediante el aprendizaje; memorizando las Escrituras. David dijo: “En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti” (Salmo 119:11). (Deuteronomio 6:1al 9).

La convicción que el Espíritu da es Haciendo que la Palabra de Dios se haga vida con relación a situaciones concretas que surgen en nuestro andar, resolviendo cuál es la voluntad de Dios en esas circunstancias basados únicamente en la Palabra. (Deuteronomio 6:1al 9).

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