REYES SEÑORES Y SACERDOTES p27
Características individuales de los reyes
Gedeón; el principio de la dirección
Sin instrucción no hay dirección.
Una sola generación bastó para que volviesen al de paganismo. Dios en disciplina los entregó en manos de los madianitas y amalecitas. Madián significa contienda y Amalec la carne. Son pareja.
Jueces 2
10 Y toda aquella generación también fue reunida a sus padres. Y se levantó después de ellos otra generación que no conocía a Jehová, ni la obra que él había hecho por Israel.
11 Después los hijos de Israel hicieron lo malo ante los ojos de Jehová, y sirvieron a los baales.
12 Dejaron a Jehová el Dios de sus padres, que los había sacado de la tierra de Egipto, y se fueron tras otros dioses, los dioses de los pueblos que estaban en sus alrededores, a los cuales adoraron; y provocaron a ira a Jehová.
13 Y dejaron a Jehová, y adoraron a Baal y a Astarot.
14 Y se encendió contra Israel el furor de Jehová, el cual los entregó en manos de robadores que los despojaron, y los vendió en mano de sus enemigos de alrededor; y no pudieron ya hacer frente a sus enemigos.
15 Por dondequiera que salían, la mano de Jehová estaba contra ellos para mal, como Jehová había dicho, y como Jehová se lo había jurado; y tuvieron gran aflicción.
16 Y Jehová levantó jueces que los librasen de mano de los que les despojaban;
17 pero tampoco oyeron a sus jueces, sino que fueron tras dioses ajenos, a los cuales adoraron; se apartaron pronto del camino en que anduvieron sus padres obedeciendo a los mandamientos de Jehová; ellos no hicieron así.
18 Y cuando Jehová les levantaba jueces, Jehová estaba con el juez, y los libraba de mano de los enemigos todo el tiempo de aquel juez; porque Jehová era movido a misericordia por sus gemidos a causa de los que los oprimían y afligían.
19 Mas acontecía que al morir el juez, ellos volvían atrás, y se corrompían más que sus padres, siguiendo a dioses ajenos para servirles, e inclinándose delante de ellos; y no se apartaban de sus obras, ni de su obstinado camino.
20 Y la ira de Jehová se encendió contra Israel, y dijo: Por cuanto este pueblo traspasa mi pacto que ordené a sus padres, y no obedece a mi voz,
21 tampoco yo volveré más a arrojar de delante de ellos a ninguna de las naciones que dejó Josué cuando murió;
22 para probar con ellas a Israel, si procurarían o no seguir el camino de Jehová, andando en él, como lo siguieron sus padres.
23 Por esto dejó Jehová a aquellas naciones, sin arrojarlas de una vez, y no las entregó en mano de Josué.
Al estar Madián y Amalec en el mando, este es siempre el resultado.
Estos invadieron la tierra y destruyeron los alimentos. Eran como saltamontes, cayendo sobre todo y dejando atrás un peladero. Llegaron con su ganado, tiendas y camellos, con el propósito de quedarse.
En efecto, su ocupación duró siete años y para Israel eso quería decir hambre de inmediato.
El llamamiento de Gedeón
En condiciones de alejamiento y opresión, Dios siempre busca a un hombre. En este caso lo encontró en Gedeón, quien no sacudía su escuálida cosecha de trigo al aire libre, sino secretamente en el lagar excavado en la tierra, para no ser visto de los madianitas.
Jueces 6
11 Y vino el ángel de Jehová, y se sentó debajo de la encina que está en Ofra, la cual era de Joás abiezerita; y su hijo Gedeón estaba sacudiendo el trigo en el lagar, para esconderlo de los madianitas.
12 Y el ángel de Jehová se le apareció, y le dijo: Jehová está contigo, varón esforzado y valiente.
Él representa la fuerza subterránea de Israel, opuesto al poderoso invasor.
Obsérve tres cosas en cuanto a este hombre:
• Estaba resuelto que él y su familia no iban a pasar hambre, no obstante el madianita.
• Le pesaba la condición espiritual y material de la nación; 6.13.
• Tenía un concepto humilde de sí mismo.
Jueces 6
12 Y el ángel de Jehová se le apareció, y le dijo: Jehová está contigo, varón esforzado y valiente.
13 Y Gedeón le respondió: Ah, señor mío, si Jehová está con nosotros, ¿por qué nos ha sobrevenido todo esto? ¿Y dónde están todas sus maravillas, que nuestros padres nos han contado, diciendo: ¿No nos sacó Jehová de Egipto? Y ahora Jehová nos ha desamparado, y nos ha entregado en mano de los madianitas.
Tres instrucciones del Ángel dieron su llamamiento:
• Jehová está contigo, varón esforzado y valiente, versículo 12. Fue una promesa de la presencia del Señor.
• Vé con esta tu fuerza, versículo 14. Fue una orden a actuar.
• Ciertamente yo estaré contigo, versículo 16. Fue una promesa de triunfo.
Jueces 6
12 Y el ángel de Jehová se le apareció, y le dijo: Jehová está contigo, varón esforzado y valiente.
13 Y Gedeón le respondió: Ah, señor mío, si Jehová está con nosotros, ¿por qué nos ha sobrevenido todo esto? ¿Y dónde están todas sus maravillas, que nuestros padres nos han contado, diciendo: ¿No nos sacó Jehová de Egipto? Y ahora Jehová nos ha desamparado, y nos ha entregado en mano de los madianitas.
14 Y mirándole Jehová, le dijo: Vé con esta tu fuerza, y salvarás a Israel de la mano de los madianitas. ¿No te envío yo?
15 Entonces le respondió: Ah, señor mío, ¿con qué salvaré yo a Israel? He aquí que mi familia es pobre en Manasés, y yo el menor en la casa de mi padre.
16 Jehová le dijo: Ciertamente yo estaré contigo, y derrotarás a los madianitas como a un solo hombre.
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Gedeón había edificado un altar para Dios, llamándolo Jehová-salom, “El Señor es paz”.
Pero había otro altar en su hogar, un altar a Baal, y tenía que ser quitado. Los dos no podían existir a la vez; él no podía atacar al enemigo hasta haber tratado el problema que estaba más cerca.
Temeroso de hacerlo de día, lo derribó en la noche y de esta manera puso su vida a riesgo.
Pero, inesperadamente, su padre le apoyó y al hacerlo salvó la situación. Su primer convertido fue uno de su propia familia.
Entonces recibió un nombre nuevo, Jerobaal, y una fuerza nueva. “El Espíritu de Jehová vino sobre Gedeón”.
Jueces 6
25 Aconteció que la misma noche le dijo Jehová: Toma un toro del hato de tu padre, el segundo toro de siete años, y derriba el altar de Baal que tu padre tiene, y corta también la imagen de Asera que está junto a él;
26 y edifica altar a Jehová tu Dios en la cumbre de este peñasco en lugar conveniente; y tomando el segundo toro, sacrifícalo en holocausto con la madera de la imagen de Asera que habrás cortado.
27 Entonces Gedeón tomó diez hombres de sus siervos, e hizo como Jehová le dijo. Mas temiendo hacerlo de día, por la familia de su padre y por los hombres de la ciudad, lo hizo de noche.
28 Por la mañana, cuando los de la ciudad se levantaron, he aquí que el altar de Baal estaba derribado, y cortada la imagen de Asera que estaba junto a él, y el segundo toro había sido ofrecido en holocausto sobre el altar edificado.
29 Y se dijeron unos a otros: ¿Quién ha hecho esto? Y buscando e inquiriendo, les dijeron: Gedeón hijo de Joás lo ha hecho. Entonces los hombres de la ciudad dijeron a Joás:
30 Saca a tu hijo para que muera, porque ha derribado el altar de Baal y ha cortado la imagen de Asera que estaba junto a él.
31 Y Joás respondió a todos los que estaban junto a él: ¿Contenderéis vosotros por Baal? ¿Defenderéis su causa? Cualquiera que contienda por él, que muera esta mañana. Si es un dios, contienda por sí mismo con el que derribó su altar.
32 Aquel día Gedeón fue llamado Jerobaal, esto es: Contienda Baal contra él, por cuanto derribó su altar.
Esta maravillosa declaración figura en Jueces 6.34, 1 Crónicas 12.18 (Amasai) y 2 Crónicas 24.20 (Zacarías), cual señal de fortalecimiento para la tarea por delante.
Gedeón tocó trompeta y pronto 32.000 hombres se presentaron a seguirle. Pero en la estima de Dios el número era exagerado; Él no siempre está al lado de los grandes batallones.
La gente puede afirmar que puede lograr cualquier cosa con dinero, hombres y metodología, pero así no es en lo espiritual. No pocas veces la mayoría está equivocada.
La multitud mixta fue puesta a prueba doble: primeramente su coraje y luego su carácter.
Se mandaron a casa de una vez aquellos que tenían miedo, de manera que 22.000 se aprovecharon de la oportunidad, dejando un tropa de 10.000 verdaderos guerreros. Pero todavía sobraban, así que fueron llevados al arroyo con la orden de beber. La prueba fue sencilla pero fecunda en su moraleja. Los avisados se quedaron de pie y tomaron el agua en las manos cerradas como vaso. Otros se agacharon sobre rodillas y manos para beber, y fueron rechazados. De los 32.000, resultó que sólo 300 estaban en condiciones de en-frentar al enemigo.
Una tea, una trompeta y un cántaro. Una trompeta a sonar, una tea a brillar y un cántaro a quebrar.
Parecen armas ridículas con que enfrentar un ejército de 135.000 hombres, pero fue con ellas que Dios iba a ganar la victoria, y es así todavía. La trompeta de plata es el mensaje del evangelio, una necedad en la estima de hombres pero poderoso en Dios para la des-10
trucción de fortalezas. La tea es el testimonio que brilla en la oscuridad del desierto que es este mundo. Y, el cántaro roto es el cuerpo humano del siervo, presentado cual sacri-ficio vivo, santo y agradable a Dios al decir de Romanos 12.1,2.
Estas armas extraordinarias, empleadas conforme a las instrucciones de Dios y bajo su dirección, resultaron en una desbandada entre los madianitas. La lección para nosotros es tan clara como el sol al mediodía: “un hombre más Dios es mayoría”.
El triste fracaso de Gedeón
El libro de Jueces ilustra el principio del liderazgo en tiempos adversos. Pero muchas veces vemos fracaso en el hombre que Dios ha usado en una gran obra de avivamiento. Así como Noé, Salomón y Uzías, Gedeón cayó en una trampa al final de su vida.
El rechazó ser rey, pero guardaban la ambición de ser sacerdote. Destruyó una forma crasa de idolatría, pero estableció una forma modificada en su comunidad. Gedeón ha podido razonar que el efod es una vestimenta enteramente bíblica, ordenada de Dios para simbolizar la adoración, pero este efod constituyó un tropiezo para él y su nación. Como sucede tan a menudo en la historia humana, es posible ganar la guerra y perder la paz. Rogaba George Müller, aquel hombre de fe y oración que vivió 93 años: “Señor, ¡sálvame de ser vil en la vejez!”
El principio de la dirección
Gedeón fue llamado, capacitado y guiado por Dios en su servicio. Pidió señales para asegurarse que estaba en el camino acertado. Dios confirmó su presencia por medio del sacrificio acepto, el vellón y rocío, y el sueño del pan de cebada.
¿En estos tiempos debe uno pedir la confirmación de un llamado a un servicio especial? Se oye con frecuencia de “colocar el vellón en la era”. A menudo Dios, en su gracia pro-videncial, sí envía señales visibles de que Él nos está guiando, pero el principio funda-mental en esta época de la gracia es que andamos por fe y no por vista. Él nos guía en la actualidad por medio de su Palabra aplicada en el poder del Espíritu Santo, y no pocas veces por las circunstancias.
Dios todavía abre y cierra portones de hierro. No debemos buscar un atajo al consejo de creyentes espirituales, gente piadosa que están en contacto con Él y conocen su Palabra. Nuestra responsabilidad es ser sensibles a la dirección del Espíritu Santo en toda decisión que tomemos en nuestra vida y servicio por el Señor.
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