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ATTE: ICLV






DIOS NO QUITARA EL BIEN A QUIEN ANDA EN INTEGRIDAD


DIOS NO QUITARA EL BIEN A QUIEN ANDA EN INTEGRIDAD








SALMOS 84
11 Porque sol y escudo es Jehová Dios; Gracia y gloria dará Jehová. No quitará el bien a los que andan en integridad.
12 Jehová de los ejércitos, Dichoso el hombre que en ti confía.


Nuestra vida debe reflejar la integridad que el Señor.
Se debe entender que la integridad debe estar completamente en nuestro espíritu, alma y cuerpo para que seamos irreprensibles y santos.

1. Hemos sido creados como vencedores y ser vencedor es ser íntegro pero debemos demostrarlo siempre, para decir como el apóstol Pablo: “He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe”.

Estas palabras reflejan la integridad necesaria para vencer, porque no basta con llegar a la meta, ya que también es necesario hacerlo bien, superando los obstáculos con la actitud correcta.
Así que, en todo momento, debemos aprender a guardar nuestro corazón. Ya que nosotros somos nuestro enemigo si le abrimos las puertas a aquel que quiere entrar por medio de la tentación.

Por eso, Pablo le dijo a su discípulo Timoteo: “Ten cuidado de ti mismo”, porque somos nosotros quienes podemos cerrar las puertas al pecado y abrírselas a la gracia del Señor.

Que es andar en integridad
NO SER ALTIVO
RECONOCER QUE DIOS ES SOBERANO
HABITAR COMO FORASTERO
NO DEPENDER DE SITUACIONES EXTERNA SINO DE LA PALABRA PARA PROSEGUIR A LA META

El Señor, otorga bien a quienes andan en integridad.

Pero la mayoría de veces no entendemos este principio y terminamos por perderlo todo tal como sucedió en Gadara, donde EL SEÑOR Jesús liberó a un endemoniado, haciendo que los demonios se trasladaran a unos cerdos.

Entonces, los habitantes de aquella provincia lo primero que hacen es no ver el milagro sino ver los cerdos de los cuales ellos dependían para su sustento, entonces echaron al señor Jesús por amor a esos cerdos porque ellos necesitaban más sus cerdos que al señor. A pesar de que ni robaban ni eran holgazanes ya que tenían muchos cerdos

No cabe duda que la insensatez puede robarnos todo lo que deseamos alcanzar y aun lo que hemos alcanzado.
Por eso, debemos aprender a andar en integridad.

Andar en integridad es prioridad en todas las áreas de nuestra vida y una de ellas es el alma.
Integridad en tu alma es aprender a ser victorioso de todas las batallas a si pierdas algunas de las que se libran en tu mente.
Lleva todo pensamiento cautivo a la obediencia a Cristo Jesús.

Trata con tus emociones, desecha la ira y pídele al Señor de su amor, gozo, paz, fe, bondad, paciencia, mansedumbre y benignidad.
Pon tu voluntad delante de Dios y pídele que se haga no la tuya sino la de el en tu vida.

Cuando le pidas como David que Su Espíritu te sustente, la integridad tomará su lugar en tu corazón.

Salmos 51
12 Vuélveme el gozo de tu salvación, Y espíritu noble me sustente.
13 Entonces enseñaré a los transgresores tus caminos, Y los pecadores se convertirán a ti.

Porque es la única manera de enseñar integridad y no codicia.

Romanos 13
7 Pagad a todos lo que debéis: al que tributo, tributo; al que impuesto, impuesto; al que respeto, respeto; al que honra, honra.
8 No debáis a nadie nada, sino el amaros unos a otros; porque el que ama al prójimo, ha cumplido la ley.

La codicia no está en querer tener sino en la falta de entendimiento en lo que se quiere.
La codicia nace de una carencia. Y la carencia viene cuando entra en mí la desobediencia.

1 corintios 11
23 Porque yo recibí del Señor lo que también os he enseñado: Que el Señor Jesús, la noche que fue entregado, tomó pan;
24 y habiendo dado gracias, lo partió, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo que por vosotros es partido; haced esto en memoria de mí.
25 Asimismo tomó también la copa, después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; haced esto todas las veces que la bebiereis, en memoria de mí.
26 Así, pues, todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que él venga.
27 De manera que cualquiera que comiere este pan o bebiere esta copa del Señor indignamente, será culpado del cuerpo y de la sangre del Señor.
28 Por tanto, pruébese cada uno a sí mismo, y coma así del pan, y beba de la copa.
29 Porque el que come y bebe indignamente, sin discernir el cuerpo del Señor, juicio come y bebe para sí.
30 Por lo cual hay muchos enfermos y debilitados entre vosotros, y muchos duermen.
31 Si, pues, nos examinásemos a nosotros mismos, no seríamos juzgados;
32 mas siendo juzgados, somos castigados por el Señor, para que no seamos condenados con el mundo.