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REYES SEÑORES Y SACERDOTES p26

REYES SEÑORES Y SACERDOTES p26
Características individuales de los reyes




Gedeón; el principio de la dirección

El libro de Jueces ha sido llamado el libro de la tercera generación.

Trata de la Edad del Oscurantismo en Israel, trazando un espiral de descenso espiritual.

Cuando comienza el relato, Israel estaba en la cumbre del triunfo donde la obra de Josué le había conducido.
Al final, su condición es una de anarquía política y religiosa.

Cada cual hacía según le parecía; no había rey en Israel. Se relata siete vueltas de la espiral, cada una identificada con las palabras, “los hijos de Israel hicieron lo malo ante los ojos de Jehová”.

Pero en el debido tiempo Dios levantaba un libertador, un “juez”, para conducir al pueblo de nuevo a Él.
Algunos tuvieron más éxito que otros. Algunos, como Sansón, fracasaron tristemente la mayor parte del tiempo.

La historia de Gedeón es la más detallada.
Samgar cuenta con solo tres versículos, pero se dedican tres capítulos a la vida de Gedeón.

Jueces 5
6 En los días de Samgar hijo de Anat, En los días de Jael, quedaron abandonados los caminos, Y los que andaban por las sendas se apartaban por senderos torcidos.

De Gedeón se habla de su hogar en el capítulo 6, el campo de batalla en el 7 y su relación con sus hermanos en el 8.

Él triunfó holgadamente en las primeras dos y fracasó trágicamente en la tercera esfera.
La condición de Israel
Su pecado era el de la idolatría. Ellos se dedicaban a la sucia adoración de Baal y Asta-rot.

Una sola generación bastó para que volviesen a ese fango de paganismo. Dios en disciplina los entregó en manos de los madianitas y amalecitas. Madián significa contienda y Amalec la carne. Son pareja.

Jueces 2
10 Y toda aquella generación también fue reunida a sus padres. Y se levantó después de ellos otra generación que no conocía a Jehová, ni la obra que él había hecho por Israel.
11 Después los hijos de Israel hicieron lo malo ante los ojos de Jehová, y sirvieron a los baales.
12 Dejaron a Jehová el Dios de sus padres, que los había sacado de la tierra de Egipto, y se fueron tras otros dioses, los dioses de los pueblos que estaban en sus alrededores, a los cuales adoraron; y provocaron a ira a Jehová.
13 Y dejaron a Jehová, y adoraron a Baal y a Astarot.
14 Y se encendió contra Israel el furor de Jehová, el cual los entregó en manos de robadores que los despojaron, y los vendió en mano de sus enemigos de alrededor; y no pudieron ya hacer frente a sus enemigos.
15 Por dondequiera que salían, la mano de Jehová estaba contra ellos para mal, como Jehová había dicho, y como Jehová se lo había jurado; y tuvieron gran aflicción.
16 Y Jehová levantó jueces que los librasen de mano de los que les despojaban;
17 pero tampoco oyeron a sus jueces, sino que fueron tras dioses ajenos, a los cuales adoraron; se apartaron pronto del camino en que anduvieron sus padres obedeciendo a los mandamientos de Jehová; ellos no hicieron así.
18 Y cuando Jehová les levantaba jueces, Jehová estaba con el juez, y los libraba de mano de los enemigos todo el tiempo de aquel juez; porque Jehová era movido a misericordia por sus gemidos a causa de los que los oprimían y afligían.
19 Mas acontecía que al morir el juez, ellos volvían atrás, y se corrompían más que sus padres, siguiendo a dioses ajenos para servirles, e inclinándose delante de ellos; y no se apartaban de sus obras, ni de su obstinado camino.
20 Y la ira de Jehová se encendió contra Israel, y dijo: Por cuanto este pueblo traspasa mi pacto que ordené a sus padres, y no obedece a mi voz,


Estos invadieron la tierra y destruyeron los alimentos. Eran como saltamontes, cayendo sobre todo y dejando atrás un peladero. Llegaron con su ganado, tiendas y camellos, con el propósito de quedarse.

En efecto, su ocupación duró siete años y para Israel eso quería decir hambre de inmediato.

Al estar Madián y Amalec en el mando, este es siempre el resultado.

El llamamiento de Gedeón
En condiciones de alejamiento y opresión, Dios siempre busca a un hombre. En este caso lo encontró en Gedeón, quien no sacudía su escuálida cosecha de trigo al aire libre, sino secretamente en el lagar excavado en la tierra, para no ser visto de los madianitas.

Él representa la fuerza subterránea de Israel, opuesto al poderoso invasor.

Obsérvese tres cosas en cuanto a este hombre:
• Estaba resuelto que él y su familia no iban a pasar hambre, no obstante el madianita.
• Le pesaba la condición espiritual y material de la nación; 6.13.
• Tenía un concepto humilde de sí mismo.

Jueces 6
12 Y el ángel de Jehová se le apareció, y le dijo: Jehová está contigo, varón esforzado y valiente.
13 Y Gedeón le respondió: Ah, señor mío, si Jehová está con nosotros, ¿por qué nos ha sobrevenido todo esto? ¿Y dónde están todas sus maravillas, que nuestros padres nos han contado, diciendo: ¿No nos sacó Jehová de Egipto? Y ahora Jehová nos ha desamparado, y nos ha entregado en mano de los madianitas.


Tres pronunciamientos del Ángel comunicaron su llamamiento:
• Jehová está contigo, varón esforzado y valiente, versículo 12. Fue una promesa de la presencia del Señor.
• Vé con esta tu fuerza, versículo 14. Fue una orden a actuar.
• Ciertamente yo estaré contigo, versículo 16. Fue una promesa de triunfo.

Jueces 6
12 Y el ángel de Jehová se le apareció, y le dijo: Jehová está contigo, varón esforzado y valiente.
13 Y Gedeón le respondió: Ah, señor mío, si Jehová está con nosotros, ¿por qué nos ha sobrevenido todo esto? ¿Y dónde están todas sus maravillas, que nuestros padres nos han contado, diciendo: ¿No nos sacó Jehová de Egipto? Y ahora Jehová nos ha desamparado, y nos ha entregado en mano de los madianitas.
14 Y mirándole Jehová, le dijo: Vé con esta tu fuerza, y salvarás a Israel de la mano de los madianitas. ¿No te envío yo?
15 Entonces le respondió: Ah, señor mío, ¿con qué salvaré yo a Israel? He aquí que mi familia es pobre en Manasés, y yo el menor en la casa de mi padre.
16 Jehová le dijo: Ciertamente yo estaré contigo, y derrotarás a los madianitas como a un solo hombre.
**************
Tres señales confirmaron este llamado:
• Un sacrificio acepto, figura del Calvario. Fue una ofrenda de paz, una oblación y una libación.
• El rocío en el vellón, figura del rocío del Espíritu de Dios, primeramente sobre el pueblo de Dios y luego sobre el mundo seco en derredor.
• El sueño del pan de cebada, una señal no solicitada que confirmó su llamamiento. Es alimento para el hambriento que pone a los madianitas a huir, ¡y en la forma del pan de los pobres!

Preparación, prueba y pertrechos
Gedeón había edificado un altar para Dios, llamándolo Jehová-salom, “El Señor es paz”. Pero había otro altar en su hogar, un altar a Baal, y tenía que ser quitado. Los dos no podían existir a la vez; él no podía atacar al enemigo hasta haber tratado el problema que estaba más cerca. Temeroso de hacerlo de día, lo derribó en la noche y de esta ma-nera puso su vida a riesgo. Pero, inesperadamente, su padre le apoyó y al hacerlo salvó la situación. Su primer convertido fue uno de su propia familia.
Entonces recibió un nombre nuevo, Jerobaal, y una fuerza nueva. “El Espíritu de Jehová vino sobre Gedeón”. Esta maravillosa declaración figura en Jueces 6.34, 1 Crónicas 12.18 (Amasai) y 2 Crónicas 24.20 (Zacarías), cual señal de fortalecimiento para la tarea por delante.
Gedeón tocó trompeta y pronto 32.000 hombres se presentaron a seguirle. Pero en la estima de Dios el número era exagerado; Él no siempre está al lado de los grandes bata-llones. La gente puede afirmar que puede lograr cualquier cosa con dinero, hombres y metodología, pero así no es en lo espiritual. No pocas veces la mayoría está equivocada.
La multitud mixta fue puesta a prueba doble: primeramente su coraje y luego su carácter.
Se mandaron a casa de una vez aquellos que tenían miedo, de manera que 22.000 se aprovecharon de la oportunidad, dejando un tropa de 10.000 verdaderos guerreros. Pero todavía sobraban, así que fueron llevados al arroyo con la orden de beber. La prueba fue sencilla pero fecunda en su moraleja. Los avisados se quedaron de pie y tomaron el agua en las manos cerradas como vaso. Otros se agacharon sobre rodillas y manos para beber, y fueron rechazados. De los 32.000, resultó que sólo 300 estaban en condiciones de en-frentar al enemigo.
Una tea, una trompeta y un cántaro. Una trompeta a sonar, una tea a brillar y un cántaro a quebrar.
Parecen armas ridículas con que enfrentar un ejército de 135.000 hombres, pero fue con ellas que Dios iba a ganar la victoria, y es así todavía. La trompeta de plata es el mensaje del evangelio, una necedad en la estima de hombres pero poderoso en Dios para la des-10

trucción de fortalezas. La tea es el testimonio que brilla en la oscuridad del desierto que es este mundo. Y, el cántaro roto es el cuerpo humano del siervo, presentado cual sacri-ficio vivo, santo y agradable a Dios al decir de Romanos 12.1,2.
Estas armas extraordinarias, empleadas conforme a las instrucciones de Dios y bajo su dirección, resultaron en una desbandada entre los madianitas. La lección para nosotros es tan clara como el sol al mediodía: “un hombre más Dios es mayoría”.
El triste fracaso de Gedeón
El libro de Jueces ilustra el principio del liderazgo en tiempos adversos. Pero muchas veces vemos fracaso en el hombre que Dios ha usado en una gran obra de avivamiento. Así como Noé, Salomón y Uzías, Gedeón cayó en una trampa al final de su vida.
El rechazó ser rey, pero guardaban la ambición de ser sacerdote. Destruyó una forma crasa de idolatría, pero estableció una forma modificada en su comunidad. Gedeón ha podido razonar que el efod es una vestimenta enteramente bíblica, ordenada de Dios para simbolizar la adoración, pero este efod constituyó un tropiezo para él y su nación. Como sucede tan a menudo en la historia humana, es posible ganar la guerra y perder la paz. Rogaba George Müller, aquel hombre de fe y oración que vivió 93 años: “Señor, ¡sálvame de ser vil en la vejez!”
El principio de la dirección
Gedeón fue llamado, capacitado y guiado por Dios en su servicio. Pidió señales para asegurarse que estaba en el camino acertado. Dios confirmó su presencia por medio del sacrificio acepto, el vellón y rocío, y el sueño del pan de cebada.
¿En estos tiempos debe uno pedir la confirmación de un llamado a un servicio especial? Se oye con frecuencia de “colocar el vellón en la era”. A menudo Dios, en su gracia pro-videncial, sí envía señales visibles de que Él nos está guiando, pero el principio funda-mental en esta época de la gracia es que andamos por fe y no por vista. Él nos guía en la actualidad por medio de su Palabra aplicada en el poder del Espíritu Santo, y no pocas veces por las circunstancias.
Dios todavía abre y cierra portones de hierro. No debemos buscar un atajo al consejo de creyentes espirituales, gente piadosa que están en contacto con Él y conocen su Palabra. Nuestra responsabilidad es ser sensibles a la dirección del Espíritu Santo en toda decisión que tomemos en nuestra vida y servicio por el Señor.

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