CUANDO DIOS SUELTA UNA PALABRA
LUCAS 8
22 Aconteció un día, que entró en una barca con sus discípulos, y les dijo: Pasemos al otro lado del lago. Y partieron.
23 Pero mientras navegaban, él se durmió. Y se desencadenó una tempestad de viento en el lago; y se anegaban y peligraban.
24 Y vinieron a él y le despertaron, diciendo: ¡Maestro, Maestro, que perecemos! Despertando él, reprendió al viento y a las olas; y cesaron, y se hizo bonanza.
25 Y les dijo: ¿Dónde está vuestra fe? Y atemorizados, se maravillaban, y se decían unos a otros: ¿Quién es éste, que aun a los vientos y a las aguas manda, y le obedecen?
26 Y arribaron a la tierra de los gadarenos, que está en la ribera opuesta a Galilea.
27 Al llegar él a tierra, vino a su encuentro un hombre de la ciudad, endemoniado desde hacía mucho tiempo; y no vestía ropa, ni moraba en casa, sino en los sepulcros.
Lucas 5
3 Y entrando en una de aquellas barcas, la cual era de Simón, le rogó que la apartase de tierra un poco; y sentándose, enseñaba desde la barca a la multitud.
4 Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar.
Cuando el señor Jesús envía a alguien a una travesía es porque él ya ha preparado todo para que tengas el poder de sobrepasar cualquier obstáculo.
El señor Jesús le dijo a sus discípulos que fueran al otro lado del lago, pero en el camino se les levantaría una tormenta que prácticamente los podría destruir.
Pero lo que no entendieron los discípulos; era que no supieron quien fue quien dio esa orden.
Luego de que el señor Jesús da la palabra de lo que ellos tenían que hacer se fue a dormir.
Y luego a pesar de que se había levantado una tormenta, el seguía durmiendo.
¿Cuál fue la razón de que él no se despertara?
Porque al igual que la vida de Moisés Dios le había dado una orden de ir a faraón. Pero primero lo había envestido de poder
Dios nunca te va a ordenar hacer algo si primero no te da las herramientas necesarias para cumplir con el propósito y el plan que el determino para ti.
Cuando el señor Jesús les dio la orden de ir al otro lado es porque él les había dado el poder para llegar al otro lado.
Y vienen dos cosas prácticamente iguales en los dos textos anteriores leídos para los que llegan al otro lado.
Primero se enfrentan a todo lo que se opone a Dios en sus corazones. Y luego se enfrentan a todo lo que se opone Dios en el mundo espiritual.
Lucas 5
3 Y entrando en una de aquellas barcas, la cual era de Simón, le rogó que la apartase de tierra un poco; y sentándose, enseñaba desde la barca a la multitud.
4 Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar.
5 Respondiendo Simón, le dijo: Maestro, toda la noche hemos estado trabajando, y nada hemos pescado; mas en tu palabra echaré la red.
6 Y habiéndolo hecho, encerraron gran cantidad de peces, y su red se rompía.
Lucas 8
26 Y arribaron a la tierra de los gadarenos, que está en la ribera opuesta a Galilea.
27 Al llegar él a tierra, vino a su encuentro un hombre de la ciudad, endemoniado desde hacía mucho tiempo; y no vestía ropa, ni moraba en casa, sino en los sepulcros.
En los dos casos el señor Jesús les dio fuerza, habilidad, visión, por eso los reprende al final porque no creyeron y porque no entendieron que cuando el habla es porque él te está dando una orden que va acompañada de una promesa.
Pero tuvieron miedo de seguir.
¿Y que causa el miedo?
La falta de arrepentimiento y no entender lo que significa arrepentíos.
Es tener puesta la mirada en otra cosa, tener puesta la fe en tus fuerzas o los resultados de otro y querer seguir tu propio camino.
Y eso es lo que le sucede a muchos que no siguen el camino que DIOS les mostro porque tienen miedo de que les faltara de que fracasaran porque el camino es muy difícil, y porque creen que no tiene lo necesario para hacerlo bien.
Continuando con Lucas 5 después de que llegaron dice:
27 Al llegar él a tierra, vino a su encuentro un hombre de la ciudad, endemoniado desde hacía mucho tiempo; y no vestía ropa, ni moraba en casa, sino en los sepulcros.
28 Este, al ver a Jesús, lanzó un gran grito, y postrándose a sus pies exclamó a gran voz: ¿Qué tienes conmigo, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? Te ruego que no me atormentes.
29 (Porque mandaba al espíritu inmundo que saliese del hombre, pues hacía mucho tiempo que se había apoderado de él; y le ataban con cadenas y grillos, pero rompiendo las cadenas, era impelido por el demonio a los desiertos.)
30 Y le preguntó Jesús, diciendo: ¿Cómo te llamas? Y él dijo: Legión. Porque muchos demonios habían entrado en él.
31 Y le rogaban que no los mandase ir al abismo.
32 Había allí un hato de muchos cerdos que pacían en el monte; y le rogaron que los dejase entrar en ellos; y les dio permiso.
33 Y los demonios, salidos del hombre, entraron en los cerdos; y el hato se precipitó por un despeñadero al lago, y se ahogó.
Mira lo que dice.
Había allí un hato de muchos cerdos que pacían en el monte; y le rogaron que los dejase entrar en ellos; y les dio permiso.
Los demonios también ruegan, pero a diferencia de nosotros; es que cuando una persona se mueve en la voluntad de Dios. Va con el respaldo de Dios. Más cuando va en su propia necedad terminara ahogado.
A pesar de que en los dos casos se da el permiso
Esto es el arrepentimiento. Una persona que aprende a moverse en la voluntad de Dios y no en su propia necedad o terquedad.
Si Dios te dio una palabra. Él te ha dado también lo necesario para lograr llegar al lugar que te prometió.
Y esta es la otra parte importante que vemos en los dos casos.
Que en los dos dice muy claro el rumbo y el lugar donde tenían que llegar.
El evangelio no es una pelota que revota sin sentido ni dirección.
Porque si no entiendes el propósito y el sentido del porque él te llamo y adonde tienes que ir. Tu evangelio está mal.
Por eso dice.
1 Timoteo 1
9 quien nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según el propósito suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos,
10 pero que ahora ha sido manifestada por la aparición de nuestro Salvador Jesucristo, el cual quitó la muerte y sacó a luz la vida y la inmortalidad por el evangelio,
11 del cual yo fui constituido predicador, apóstol y maestro de los gentiles.
12 Por lo cual asimismo padezco esto; pero no me avergüenzo, porque yo sé a quién he creído, y estoy seguro que es poderoso para guardar mi depósito para aquel día.
Y si Dios no te ha dicho nada entonces tampoco te quedes esperando sin hacer nada.
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