NACÍ PARA TRIUNFAR
El día en que tú naciste ese día estaba determinado para ti lo mejor.
Pero si estaba determinado lo mejor para ti
¿qué paso?
Que naciste para Dios, pero te entregaron al mundo.
Lucas 18
16 Mas Jesús, llamándolos, dijo: Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de Dios.
Tristemente la mayoría de cosas que recibimos son las que nos entregan del mundo.
Nos entregan esfuerzo, pero sin fe.
Nos entregan esperanza, pero con miedo
Nos entregan riquezas, pero con dudas.
Pero se nos olvida que cada ser humano nace como alguien único, especial, como un ser dotado de todo lo necesario para triunfar en la vida.
Cada persona puede ver, oír, tocar, gustar y pensar por sí misma. Además cada una tiene sus propias potencialidades, sus capacidades y ninguna limitación.
Por derecho propio, cada uno puede ser una persona importante, pensante, consciente y productivamente creadora; en una palabra, posee las palabras, posee todos los atributos heredados de Dios, que son necesarios para ser triunfador.
Por eso dice que para poder recibir nuevamente algo del reino de Dios tenemos que ser como un niño, no que tenemos que hacerlo como un niño. Ya que el niño tiene fe, pero no tiene sabiduría, ni ha adquirido el conocimiento para administrar las cosas del reino.
Lucas 18
17 De cierto os digo, que el que no recibe el reino de Dios como un niño, no entrará en él.
Cuando una persona piensa que es vieja y que ya su tiempo paso; entonces todas las nuevas oportunidades que reciba siempre dirá; eso ya no es para mí, ya estoy muy viejo para empezar.
¿Quieres nacer para triunfar?
Cuando me refiero a un triunfador, no quiero decir que una persona vence a otra.
La palabra triunfador debe estar restringida solo a aquel individuo que responde auténticamente a cualquier situación por difícil que sea
Salmos 139
1 Oh Jehová, tú me has examinado y conocido.
2 Tú has conocido mi sentarme y mi levantarme; Has entendido desde lejos mis pensamientos.
3 Has escudriñado mi andar y mi reposo, Y todos mis caminos te son conocidos.
Nota que dice primero que él te ha examinado y conocido, porque es la única manera de entender la razón de tus pensamientos. El porqué de las pataletas, el porqué del comportamiento de los apóstoles, a pesar de que era el mismo señor quien les estaba enseñando el evangelio.
Salmo 139
4 Pues aún no está la palabra en mi lengua, Y he aquí, oh Jehová, tú la sabes toda.
¿Quieres nacer para triunfar?
No es tener éxito, sino es ser auténtico consigo mismo.
La persona auténtica tiene la experiencia diaria de saber cómo realmente es él, pero no solo eso, sino de que él sabe, comprende, y entiende que Dios sabe quién es él en ese momento.
La persona auténtica es la que realiza su propia unicidad, para saber cómo tiene que ser en cada situación, porque tú tienes que ser el mismo en las buenas y en las malas, y tienes que ser uno en las buenas y otro en las malas; porque en las buenas tienes que ser un adorador de primera, y en las malas tienes que ser un adorador, pero también tienes que ser un guerrero.
Juan 17
22 La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno.
23 Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado a ellos como también a mí me has amado.
24 Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo estoy, también ellos estén conmigo, para que vean mi gloria que me has dado; porque me has amado desde antes de la fundación del mundo.
El triunfador no consagra su vida al servicio de lo que imagina que debe ser, sino, por el contrario, se esfuerza por saber la verdad de quien es el, del por qué y para que esta en este mundo.
Salmos 139
5 Detrás y delante me rodeaste, Y sobre mí pusiste tu mano.
6 Tal conocimiento es demasiado maravilloso para mí; Alto es, no lo puedo comprender.
7 ¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia?
8 Si subiere a los cielos, allí estás tú; Y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás.
9 Si tomare las alas del alba Y habitare en el extremo del mar,
10 Aun allí me guiará tu mano, Y me asirá tu diestra.
11 Si dijere: Ciertamente las tinieblas me encubrirán; Aun la noche resplandecerá alrededor de mí.
12 Aun las tinieblas no encubren de ti, Y la noche resplandece como el día; Lo mismo te son las tinieblas que la luz.
¿Quieres nacer para triunfar?
Si para Dios es lo mismo la luz que las tinieblas, que aunque nosotros estemos llenos de tinieblas, él sabe realmente quienes somos, y que aunque mi estrado fuere en el Seol el nunca te ha dejado de amar, y estrado significa donde ponemos los pies, es lo mismo que aunque ande perdido y sin rumbo él siempre me amará, aunque no puedas disfrutar de ese amor.
El triunfador debe actuar como realmente es, en lugar de proyectar imágenes que agreden, inciten o seduzcan a los demás.
Lucas 6
45 El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo; porque de la abundancia del corazón habla la boca.
Isaías 5
20 ¡Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz; que ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo!
21 ¡Ay de los sabios en sus propios ojos, y de los que son prudentes delante de sí mismos!
22 ¡Ay de los que son valientes para beber vino, y hombres fuertes para mezclar bebida;
Por eso tienes que tener conciencia de que existe una importante diferencia entre ser cariñoso y actuar cariñosamente, entre ser estúpido y actuar estúpidamente, entre ser inteligente y actuar inteligentemente, el triunfador nunca se esconderá detrás de una máscara, se despoja de sus propias imágenes irreales de inferioridad o de superioridad y no se deja atemorizar, pero no vive bajo competencia, mirando quien es mejor que él, o humillando al que es peor que el.
Porque él entiende que a todos nos hizo Dios.
Salmos 139
13 Porque tú formaste mis entrañas; Tú me hiciste en el vientre de mi madre.
14 Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras; Estoy maravillado, Y mi alma lo sabe muy bien.
¿Quieres nacer para triunfar?
Un triunfador no practica el juego del “desamparado” como tampoco el de echar la culpa a otros, por el contrario, siempre asume la responsabilidad de su propia vida. No otorga al enemigo autoridad sobre si, porque sabe que él es una obra FORMIDABLE DE DIOS
¿Quieres nacer para triunfar?
Para un triunfador el tiempo es valioso, por consiguiente, no lo malgasta. Vive aquí y ahora para poder ubicarse perfectamente en el futuro.
SALMOS 139
15 No fue encubierto de ti mi cuerpo, Bien que en oculto fui formado, Y entretejido en lo más profundo de la tierra.
16 Mi embrión vieron tus ojos, Y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas Que fueron luego formadas, Sin faltar una de ellas.
Vivir el presente no quiere decir ignorar neciamente el pasado o desperdiciar la oportunidad de prepararse para el futuro, más bien como conoce su pasado, es consciente del presente y vive sabiendo el futuro que le espera cuando se nace como triunfador
Génesis 12
2 Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición.
3 Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra.
4 Y se fue Abram, como Jehová le dijo; y Lot fue con él. Y era Abram de edad de setenta y cinco años cuando salió de Harán.
¿Quieres nacer para triunfar?
El triunfador puede gozar libremente, pero sabe diferenciar entre disfrutar la vida y el placer que da la vida, por lo tanto sabe disciplinarse en el presente para gozar intensamente el futuro.
No teme buscar lo que desea, pero lo hace de una manera ordenada y apropiada, su seguridad no reside en el control que tiene sobre la situación, sino sobre el control que Dios tiene sobre él.
Salmos 139
17 ¡Cuán preciosos me son, oh Dios, tus pensamientos! ¡Cuán grande es la suma de ellos!
18 Si los enumero, se multiplican más que la arena; Despierto, y aún estoy contigo.
En resumen una persona que no tiene conocimiento de cómo actúa, o como actuar, siempre está empobrecida. Como carece de conocimiento de quien es él, no podrá tener confianza en nada, ni en Dios, ni en nadie.
Es una persona que lucha consigo mismo llevándolo a un conflicto interior, y todo por permitir dos verdades dentro de él, que son la verdad de Dios y la verdad de lo que el enemigo a hecho en su vida y con su vida.
¿Quieres nacer para triunfar?
Renuncia ahora a la “verdad,” retoma todo lo que Dios te entrego cuando naciste
Cuando una persona se hace consciente de sí misma y se encamina hacia la realización total, es cuando va camino a convertirse en:
Apocalipsis 1
6 y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, su Padre; a él sea gloria e imperio por los siglos de los siglos. Amén.
Cualquier persona que decida convertirse más en triunfador que en perdedor, acepta semejantes instrucciones. A través de ellas descubre que puede confiar cada vez más en su creador. Para él, la vida no consiste en conseguir más, sino en ser lo que Dios dijo que él era cuando nació. UN TRIUNFADOR
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