LA ACTITUD DE UN UNGIDO
• LA ACTITUD EN EL SERVIR.
• LA ACTITUD EN LA GUERRA
LA ACTITUD EN EL SERVIR.
2 Timoteo 2 4
4 Ninguno que milita se enreda en los negocios de la vida, a fin de agradar a aquel que lo tomó por soldado.
5 Y también el que lucha como atleta, no es coronado si no lucha legítimamente.
6 El labrador, para participar de los frutos, debe trabajar primero.
7 Considera lo que digo, y el Señor te dé entendimiento en todo.
Una de las cosas, es que cuando Dios te llama, tú tienes claridad del propósito en tu vida.
Ministra, mientras que Dios te llama
Dios dice apartadme a:
Hechos 13
2 Ministrando éstos al Señor, y ayunando, dijo el Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado.
3 Entonces, habiendo ayunado y orado, les impusieron las manos y los despidieron.
Dios no te llama por tus amistades, sino por la libertad con que vives, y si la vives es porque la has tomado del señor Jesús.
El te está esperando, y que creas que ya eres libre.
Dios muchas veces permite oportunidades en nuestra vida, poro si se pasan por alto pueden afectar tu futuro.
Muchas veces en cosas sencillas, Dios nos está conduciendo, porque Dios tiene para todos pensamientos de bien y no de mal.
David, andaba guiado por Dios. Cada palabra que el escuchaba de una AUTORIDAD DELEGADA POR DIOS, él la obedecía y esto a su vez, lo llevaba a algo mayor.
Los propósitos de Dios en nuestra vida comienzan siempre pequeños.
Las palabras de Dios deben aprovecharse al máximo, ya que puede que nunca jamás se vuelvan a repetir. Una oportunidad de Dios, si tú la tomas, esta, cambiara tu futuro.
1 Samuel 17
17 Y dijo Isaí a David su hijo: Toma ahora para tus hermanos un efa de este grano tostado, y estos diez panes, y llévalo pronto al campamento a tus hermanos.
Los ungidos son para tener la oportunidad de servir a Dios y de servir a otros.
Por lo tanto si tu corazón es servir, Dios te ungirá para que lo hagas al nivel de Dios.
El ungido se caracteriza, por tener un corazón para servir.
Servir a otros es más importante que si nos sirven a nosotros. Pero si eso lo haces con un propósito; y ese propósito debe ser; que a los que tú le sirves, sean libres y no los conviertas en tus esclavos.
Aprende lo que el Señor Jesucristo dijo:
Mateo 20
28 como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos
En la tarea de servir debemos estar bajo la voluntad de los que Dios ha puesto sobre nosotros como autoridades espirituales. Pero recuerda; esa autoridad es la de un padre que cuida, que provee alimento.
La representación de autoridad de David, era su padre Isaí.
David tenía que llevar “un efa de este grano tostado” y “diez panes” a sus hermanos. No era un grano cualquiera, ni diez panes cualesquiera.
¿Por qué su padre les envió esto a los hermanos de David?
Levítico 23
14 No comeréis pan, ni grano tostado, ni espiga fresca, hasta este mismo día, hasta que hayáis ofrecido la ofrenda de vuestro Dios; estatuto perpetuo es por vuestras edades en dondequiera que habitéis.
Su disciplina estaba en obedecer al pie de la letra. Dios siempre nos prueba en cosas pequeñas antes de delegarnos las cosas mayores.
En Mateo 25:21
Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor”.
1 Samuel 17:18
Además de la entrega que tenía que hacer David, su padre Isaí le encargó rigurosamente: “y mira si tus hermanos están buenos, y toma prendas de ellos” ().
David savia perfectamente que era servir legítimamente y de corazón, porque lo que él dice, es lo que él hacia; y lo represento en el salmo 23.
Salmos 23:1-6:
1 Jehová es mi pastor; nada me faltará.
2 En lugares de delicados pastos me hará descansar; Junto a aguas de reposo me pastoreará.
3 Confortará mi alma; Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre.
4 Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; Tú vara y tu cayado me infundirán aliento.
5 Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores; Unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando.
6 Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, Y en la casa de Jehová moraré por largos días.
Que es lo contrario de Caín.
En Génesis 4:9
Y Jehová dijo a Caín: ¿Dónde está Abel tu hermano? Y él respondió: No sé. ¿Soy yo acaso guarda de mi hermano?”
A la pregunta: Caín responde con un no me importa. Y en su interrogante lo que afirma es:
“Yo no soy el guarda de mi hermano”. Caín no era un servidor. A él solo le interesaba él.
Es tanto lo que David entendía ser pastor que dice:
Salmo 23
4 Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; Tú vara y tu cayado me infundirán aliento.
Y lo demuestra con la actitud que toma frente a Goliat
LA ACTITUD EN LA GUERRA
“Entonces habló David a los que estaban junto a él, diciendo: ¿Qué harán al hombre que venciere a este filisteo, y quitare el oprobio de Israel? Porque ¿quién es este filisteo incircunciso, para que provoque a los escuadrones del Dios viviente?” (17:26).
En 1 Samuel 17:22
Entonces David dejó su carga en mano del que guardaba el bagaje, y corrió al ejército; y cuando llegó, preguntó por sus hermanos, si estaban bien”.
Saúl y los hombres de Israel al escuchar al gigante se llenaban de miedo (17:11) y huían (17:24).
A los oídos de David llegaron las palabras del provocador, que insultaba al ejército del Dios viviente.
Para David, Dios estaba vivo y él era un representante de Él.
Al ungido no le importa lo que hablan los enemigos de la obra de Dios, porque sabe que UN UNGIDO SIEMPRE TENDRÁ LA VICTORIA.
La ofensa de Goliat; David la tomó no solamente contra él, sino contra Dios y por esto salió en actitud de guerra, por cuanto él ya conocía lo que era defender las ovejas.
Aunque los hermanos de David y el pueblo de Israel, lo tenía en poco; él sabía lo que él era; él era un pastor que daba la vida, por las ovejas. Como lo afirma una y otra vez.
Un ungido sebe combatir al enemigo, el no combatía la gente, él combatía a los que querían destruir al pueblo de Dios. Pero no solo eso sino que sabia el valor de cada uno de los de su pueblo ya que los llamo “los escuadrones del Dios viviente”.
1 Samuel 17 26
Entonces habló David a los que estaban junto a él, diciendo: ¿Qué harán al hombre que venciere a este filisteo, y quitare el oprobio de Israel?
Porque ¿quién es este filisteo incircunciso, para que provoque a los escuadrones del Dios viviente?”
¿Como tú llamas al que habla mal de ti, al que te ve como insignificante, o no valora el esfuerzo que tú has hecho?
Bien dice la palabra que nuestra guerra no es contra sangre y carne
Efesios 6
12 Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.
13 Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes.
Ahora viene la revelación ¿donde se libra esa guerra?
1 Samuel 17
1Los filisteos juntaron sus ejércitos para la guerra, y se congregaron en Soco, que es de Judá, y acamparon entre Soco y Azeca, en Efesdamín.
2 También Saúl y los hombres de Israel se juntaron, y acamparon en el valle de Ela, y se pusieron en orden de batalla contra los filisteos.
3 Y los filisteos estaban sobre un monte a un lado, e Israel estaba sobre otro monte al otro lado, y el valle entre ellos.
¿Qué hace falta acá?
Hay tres lugares. Pero solo de dos se da nombre
Tomando por base lo que hemos leído, ¿cuáles son esos terrenos de combate?
LOS CIELOS, LA TIERRA, y EL CORAZÓN DEL HOMBRE.
David dice
Los escuadrones del Dios viviente. (Los cielos)
Filisteo incircunciso (satanás en la tierra)
Que harán al hombre que venciere (un corazón en el que se librará una batalla)
¿Ve algo raro? Hay dos ejércitos ubicados uno frente al otro. Hay un campo de nadie en el medio y hay una batalla incierta.
Entonces el ungido responde con indignación de espíritu:
Porque ¿quién es este filisteo incircunciso, para que provoque a los escuadrones del Dios viviente?”
Pero para librar esta batalla no puede ir cualquiera; sino, solo alguien que este ungido.
Porque es la batalla final donde la amenaza se acaba, donde el uno será esclavo del otro. Donde se vence definitivamente al enemigo, donde la muerte del pecado ya no tiene más poder.
Por eso tú no puedes ir a enfrentar tu enemigo solo sino con el poder de Dios, porque si pierdes, serás esclavo de él.
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