UNGIDO PARA GRANDES COSAS parte 3

LA RESPONSABILIDAD DEL UNGIDO




David fue ungido como rey, pero él no dejo de apacentar y cuidar las ovejas,
Pero cuando tuvo que enfrentar a Goliat lo hizo con autoridad, porque entendía que el Espíritu de JEHOVÁ estaba con él.

1. LA RESPONSABILIDAD DE UN UNGIDO FRENTE A LOS SUYOS
2. LA RESPONSABILIDAD DE UN UNGIDO FRENTE AL ENEMIGO


1- LA RESPONSABILIDAD DE UN UNGIDO FRENTE A LOS SUYOS

1 Samuel 16
13 Y Samuel tomó el cuerno del aceite, y lo ungió en medio de sus hermanos; Y DESDE AQUEL DÍA EN ADELANTE EL ESPÍRITU DE JEHOVÁ VINO SOBRE DAVID. Se levantó luego Samuel, y se volvió a Ramá.

1 Samuel 17
15 Pero David había ido y vuelto, dejando a Saúl, para apacentar las ovejas de su padre en Belén”

David aunque era el menor, para Dios ya tenía la edad espiritual que lo calificaba para ser usado, ya que su comportamiento y con sus responsabilidades lo demostraba.

El mismo que salía era el que regresaba. Por dentro y por fuera seguía siendo David. Los lugares no lo cambiaban, ni el público lo dañaba. En el campo o en el palacio era el mismo.

Por eso él que ha aprendido a ser responsable con lo que se le entrega, es siempre de una misma cara, de un mismo corazón y se conducen igual en todo lugar; arriba con los grandes y abajo con los pequeños.

David no era dueño de algún rebaño. Las ovejas no eran de él, eran de su padre.

Con esto, Dios le estaba enseñando a cuidar, aun, lo que no era de él, y que por el echo de que ahora estaba en palacio, no significaba que él podía o que ya no era su obligación cuidar las ovejas de aquel sencillo rebaño, sino a ser un buen administrador de los bienes puestos bajo su cuidado.

1 Corintios 4
2 Ahora bien, se requiere de los administradores, que cada uno sea hallado fiel”.

La fidelidad es la clave de todo buen administrador. Ante el dueño, el administrador es responsable, y fiel a lo encargado. El propietario puede confiar en el administrador, puede delegar y puede tener la seguridad que no le fallara.
El ungido nunca se adueñará de lo que no es de él, pero tampoco lo abandonará.

Los ungidos siempre tienen un corazón pastoral. Ellos sienten por las ovejas. En vez de las ovejas venir a ellos y buscarlos, ellos van y buscan a las ovejas. El espíritu pastoral debe ser un gozo en los ungidos.

Pero también vemos a los que no son ungidos, a los que buscan la fama y la fortuna; como los hermanos de David.

1 Samuel 17
14 Siguieron, pues, los tres mayores a Saúl.
Ellos seguían a uno famoso pero que ya no tenía el respaldo de Dios, pero David seguía a la fuente de toda unción.

El que sigue a los famosos será uno igual a ellos, tal vez grande y famoso, pero cuando venga un Goliat sobre sus vidas, solo huirán o esperarán a que un ungido, los salve.

Pero el que sigue a Dios, tendrá la unción de Dios, para vencer a los gigantes, que se le presenten.
David tenia la unción para poner al gigante en su lugar, y ese lugar, solo era uno; bajo sus pies y destruido.

Por eso, si tú eres o quieres ser ungido, no debes permanecer mucho tiempo al lado de un Saúl.

Porque el comportamiento, la actitud, la fe, y todo en Saúl, después de mucho tiempo cerca de él, te afectará en las mismas áreas que él tiene afectadas o dañadas.


LA RESPONSABILIDAD DE UN UNGIDO FRENTE AL ENEMIGO

1 SAMUEL 17
4 Salió entonces del campamento de los filisteos un paladín, el cual se llamaba Goliat, de Gat, y tenía de altura seis codos y un palmo

Su estatura era de casi tres metros. Retaba al pueblo de Israel en busca de un contrincante.

Pero algo curioso; es que se describe la armadura de Goliat.

1 Samuel 17
5 Y traía un casco de bronce en su cabeza, y llevaba una cota de malla; y era el peso de la cota cinco mil siclos de bronce.
6 Sobre sus piernas traía grebas de bronce, y jabalina de bronce entre sus hombros.
7 El asta de su lanza era como un rodillo de telar, y tenía el hierro de su lanza seiscientos siclos de hierro; e iba su escudero delante de él.

Porque el enemigo tratará de intimidarte:
Si tú hablas de armadura; el también la exhibe, como si fuera algo imponente, y que fuera más poderosa que la tuya, y podrá atemorizar a todo el pueblo de Dios que no esté ungido.

El diablo sabe apelar con engaños, pues él se exhibe como imponente, pero frente a aquel que este ungido, no es nada.

Los Goliat de nuestra vida buscan ocasión para hacer gala de su intimidación.
Les gusta pararse desafiantes delante de nosotros.

El temor es el arma más cortante de satanás. El diablo, lo que busca es el lugar y la oportunidad para manifestarse como poderoso.

1 Pedro 5
6 Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo;
7 echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros.
8 Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar;
9 al cual resistid firmes en la fe, sabiendo que los mismos padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo.

Nos recuerda:
Efesios 4
27 ni deis lugar al diablo.

Entonces ¿cómo se le da permiso al diablo para controlar nuestras acciones?


Goliat, sabía intimidar y usaba muy bien su “presencia”, su armadura, su fuerza.
Se muestra “como león” pero no es nada, cuando se descubre la verdad.

Sabía emplear muy bien las palabras, para sembrar miedo y temor en los oídos de los que no sabían escuchar.

Mateo 13
13 Por eso les hablo por parábolas: porque viendo no ven, y oyendo no oyen, ni entienden.
14 De manera que se cumple en ellos la profecía de Isaías, que dijo: De oído oiréis, y no entenderéis; Y viendo veréis, y no percibiréis.
15 Porque el corazón de este pueblo se ha engrosado, Y con los oídos oyen pesadamente, Y han cerrado sus ojos; Para que no vean con los ojos, Y oigan con los oídos, Y con el corazón entiendan, Y se conviertan, Y yo los sane.
16 Pero bienaventurados vuestros ojos, porque ven; y vuestros oídos, porque oyen.

Cuando falta la unción del Espíritu Santo, se le cree al diablo y sus demonios todo lo que nos dicen. Los ungidos nunca le prestan atención a las palabras del diablo.

Lucas 8
12 Y los de junto al camino son los que oyen, y luego viene el diablo y quita de su corazón la palabra, para que no crean y se salven.

1 Samuel 17
8 Y se paró y dio voces a los escuadrones de Israel, diciéndoles: ¿Para qué os habéis puesto en orden de batalla? ¿No soy yo el filisteo, y vosotros los siervos de Saúl? Escoged de entre vosotros un hombre que venga contra mí.

Goliat le cuestionó al pueblo de Israel su posición de batalla: “¿Para qué os habéis puesto en orden de batalla?” Afirmó su propia identidad: “¿No soy yo el filisteo...?” Vio a los soldados de Israel como: “...los siervos de Saúl”.

Otra cosa fue que trato de imponer su voluntad, ya que él dio los términos y las condiciones.

Cuando estas órdenes solo las da el Señor Jesús y los ungidos de Dios.

Goliat declaró: “Escoged de entre vosotros ,un hombre que venga contra mí”. Él sabía lo que decía y lo que quería. Los hombres escogen a su parecer, pero Dios escoge a sus ungidos.

Por eso cualquier contrincante escogido por el pueblo, Goliat lo haría pedazos; pero contra un ungido ni un brazo será capaz de levantar.

Goliat habló muy seguro de sí mismo: “Si él pudiere pelear conmigo, y me venciere, nosotros seremos vuestros siervos; y si yo pudiere más que él, y lo venciere, vosotros seréis nuestros siervos y nos serviréis” (17:9).

El diablo lo que busca es vencer al que es puesto como cabeza, porque el que lo enfrentara, sería el que representaba a toda una nación.
Por eso, tú tienes que tener mucho cuidado a quien le dices que ore por ti, y bajo que gobierno te sujetas.

Santiago 4
7 Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros.
PERO NOTA QUE DICE “ A DIOS” no a otros primero y luego a Dios
El sometimiento a Dios implica muchas cosas, tanto en el área espiritual, como en el material.

Goliat tenía el poder, Pero le faltaba la autoridad.

Finalmente Goliat declara: “Hoy yo he desafiado al campamento de Israel; dadme un hombre que pelee conmigo” (17:10).
Él veía el campamento de Israel, pero no el campamento de Dios. Creía que retaba a Israel, pero ignoraba que era al Dios de Israel al que estaba provocando.
Le pedía un “famoso, un grande de entre los hombres”, a Israel, pero Dios le tenía guardado a un campeón ungido que él había entrenado bien.

Muchos quieren lograr las cosas sin Dios, pero están vacíos de Dios, y una persona por más que tenga éxitos intelectuales, profesionales, por más de que logre hacer grandes fortunas, si está vacío de Dios, como lo dijo el Señor Jesús en:

Mateo 23
27 ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera, a la verdad, se muestran hermosos, mas por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia.
28 Así también vosotros por fuera, a la verdad, os mostráis justos a los hombres, pero por dentro estáis llenos de hipocresía e iniquidad.

Sin Dios estamos vacíos, sin Dios no existe vida, sin Dios hay muerte, sin Dios no hay unción, sin Dios no hay nada, y todo lo que el hombre trabaje, lo único que hará es amontonar leña para el fuego de la eternidad.

Por eso las palabras de Goliat surtieron su efecto: “Oyendo Saúl y todo Israel estas palabras del filisteo, se turbaron y tuvieron gran miedo” (17:11).

Los que no están ungidos tienen oídos para escuchar las amenazas del diablo; le creen, se turban y le tienen miedo.

Sus oídos se abren, para recibir mensajes de derrota y de desánimo.

Los verdaderos ungidos, responden siempre a la voz de Dios y no se dejan turbar, ni amedrentar de nada, ni nadie. Estos solo responden a la palabra que viene de arriba o de una autoridad delegada por Dios, porque saben que es una palabra para una victoria segura.

Pero hasta el momento no hemos visto a David en este conflicto.

Ya que los que están ungidos no pierden el tiempo, escuchando las amenazas del diablo, solo actúan cuando Dios los llama a actuar.


1 Samuel 17
20 Se levantó, pues, David de mañana, y dejando las ovejas al cuidado de un guarda, se fue con su carga como Isaí le había mandado; y llegó al campamento cuando el ejército salía en orden de batalla, y daba el grito de combate.

Comienza entonces la intervención del ungido de Dios.

Y el proceso es:

Primero: comienzan siendo diligentes.
“Se levantó, pues, David de mañana”. Los hombres y mujeres de Dios que han sido ungidos para algún ministerio o que se les ha revelado el propósito de su vida y que verdaderamente aman a Dios, saben madrugar para Él.

Son personas que llegan temprano a las citas de Dios. Prefieren levantarse temprano, a dejar que el día se les vaya en lo que no sirve.

Segundo son responsables en todo.
El se muestra como alguien responsable, “y dejando las ovejas al cuidado de un guarda”.
El ungido es siempre una persona responsable. No descuida lo que se le ha delegado. Cuando no puede atender algo, delega en otro para que se lo atienda.


El se muestra como alguien que llega a tiempo: “y llegó al campamento cuando el ejército salía en orden de batalla, y daba el grito de combate”.

Muchos por llegar siempre tarde no oyen el grito de combate. Se pierden el inició de las cosas. No alcanzan a recibir las primeras bendiciones.
A los ungidos les gusta aprovecharlo todo. No se pierden ni los anuncios. Nadie les tiene que contar porque ya ellos lo experimentaron.

Con David se cumple

Proverbios 8
17 Yo amo a los que me aman, Y me hallan los que temprano me buscan.
18 Las riquezas y la honra están conmigo; Riquezas duraderas, y justicia.

En todo este pasaje descubrimos a David como un creyente que sabe obedecer .

Los ungidos deben caracterizarse, por tener un espíritu de obediencia. La obediencia no se declara, sino que se practica, se realiza y se manifiesta. Los obedientes no son personas que ocasionalmente hacen erupción, son como ríos que fluyen y fluyen y sus aguas nunca se estancan.

Juan 7
38 El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva.

La oportunidad de obedecer nos permite ver: “el ejército salía en orden de batalla”, y también oír: “y daba el grito de combate”.

Los ungidos tienen los sentidos de la vista y del oído, sensibles a todo lo que ocurre en el plano de lo natural y en el plano de lo sobrenatural.

1 Corintios 2
9 Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman”.

Conclusión
El ungido reconoce su posición espiritual y de esa posición deriva su autoridad espiritual.

El ungido se cuida de los no ungidos y guarda lo que se le ha entregado en su corazón.

El ungido no le permitirá a Satanás que lo intimide con palabras de derrota, sino que reaccionará en el tiempo correcto a la palabra.