SOMOS VASOS EN MANOS DEL ALFARERO

SOMOS VASOS EN MANOS DEL ALFARERO




Romanos 9:20 Mas antes, oh hombre, ¿quién eres tú, para que alterques con Dios? ¿Dirá el vaso de barro al que lo formó: ¿Por qué me has hecho así?
9:21 ¿O no tiene potestad el alfarero sobre el barro, para hacer de la misma masa un vaso para honra y otro para deshonra?
Como cristianos somos vasos en la casa del alfarero y este alfarero sin duda es Dios el es nuestro formador nosotros somos obra de sus manos
A pesar de que somos débiles e imperfectos, cuando llenamos nuestras vasijas (nosotros mismos) con la Palabra de Dios, nos convertimos en recipientes de su bendición, listos para ser llenados para su uso. Todos somos valiosos para el Señor--¡Dios aún puede usar vasijas rotas!
En el pueblo de Israel estos vasos se les daba un uso y se les colocaba en sitios específicos en las casas templos o lugares según para lo que fueran útiles.
VASOS DE HONRA
Se colocaban en las entradas de las casas a disposición de cualquier habitante de la casa y de todos los sedientos que pasaran. Estos eran llenos todos los días para que todo el que llegara a la casa tomara del agua. También eran puestos a la entrada del Templo. Juan 7:37-39. Si alguna tiene sed venga a mí porque yo soy un vaso de honra.
¿Quiénes son estos vasos en la casa del Señor?
Estos son hombres y mujeres que tienen una relación diaria con el Espíritu Santo, que todos los días se llenan de su presencia para que cualquiera que pase por la vida de ese vaso tenga algo fresco del Espíritu Santo. Hombres que no solamente trabajan y dan todo lo que tienen sino que tienen una relación personal diaria con el Espíritu Santo. Esto requiere consagración diaria.
VASOS DE DESHONRA
En los tiempos bíblicos en cada casa se colocaban estos vasos para echar la basura estos vasos antes habían sido útiles
Estos eran unos vasos en los cuales se ponían los desperdicios de los hogares, pero todos los días estos eran vaciados y limpiados para que no formaran moscas y malos olores.
Así hay cristianos que por el lugar donde se encuentran, sea en el trabajo o en la casa o por ciertas circunstancias se llenan de cosas que no benefician en nada se contaminan de chismes, desánimos, deseos mundanos palabras y actitudes que causan heridas y producen moscas que hacen que nuestra vida huela mal, Aveces es inevitable que no nos contaminemos pero es responsabilidad de nosotros llegar todos los días a los pies de cristo y vaciar toda la basura que satanás a colocado en nuestro corazón para poder ser limpios y no permitir que esa sea una puerta por donde el enemigo entra a nuestras vidas, debemos aprender a cerrarle todas la puertas al enemigo con todo lo que nos sucede a nuestro alrededor, con nuestros pensamientos o nuestras acciones
Debemos ser renovados cada día sacar todo resentimiento, odio, mentira que el enemigo quiera sembrar en nuestra vida.