ESCUCHANDO LA VOZ DE DIOS P2
Juan 10:
3 A éste abre el portero, y las ovejas oyen su voz; y a sus ovejas llama por nombre, y las saca.
4 Y cuando ha sacado fuera todas las propias, va delante de ellas; y las ovejas le siguen, porque conocen su voz.
5 Mas al extraño no seguirán, sino huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños.
¡Abraham aprendió a oír la voz de Dios obedeciendo primero lo que oyó, en el momento que lo oyó! La palabra de Dios para él fue una palabra dura:
Moisés estuvo con los israelitas cuarenta años y nunca les quito los ídolos. Pero sabían que si escuchaban a Dios el sí sería estricto. Por eso unos dicen el pastor no será tan duro con nosotros como Dios.
Pero Dios no es un animador de salón. Él es el Santo también llamado tres veces santo.
Él quiere destruir el pecado y purificar tu vida de toda contaminación para poder bendecirte, y mostrarte la salvación.
Por eso es que muchos tienen en poco; primero pertenecer al cuerpo de Cristo y luego la salvación. Y todo porque nuca han podido escuchar verdaderamente de ella.
Deuteronomio 5
29 ¡Quién diera que tuviesen tal corazón, que me temiesen y guardasen todos los días todos mis mandamientos, para que a ellos y a sus hijos les fuese bien para siempre!
¡La voz de Dios no puede ser oída cuando estás dependiendo en la voz de una denominación o de un hombre!
¿Podría ésta ser la razón por la cual no puedas oír su voz?
Otra razón por qué muchos cristianos hoy no pueden oír la voz de Dios es porque han sido adoctrinados por un hombre y no por Dios.
Por eso dice y muchos engañaran a muchos.
Cuando Dios habla no deja nada en oculto.
Apocalipsis 3
19 Yo reprendo y castigo a todos los que amo; sé, pues, celoso, y arrepiéntete.
20 He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.
21 Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono.
22 El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.
Acá esta hablando a los que pertenecen al cuerpo de Cristo no a los de afuera.
La razón del porque no podemos escuchar la voz de Dios para nuestras vidas es porque no queremos abrir por completo la puerta de nuestro corazón a Él.
(historia hígado trasplantado)
Pero la mayoría de nosotros guarda un pequeño lugar en nuestro corazón que nunca abrimos al Señor. Éste es el trono de nuestra alma, el mismo centro de nuestro ser - nos hace la persona que somos. Y de él salen todo lo que no queremos ser como cristianos.
Éste es el cuarto al que Jesús viene, golpeando, llamando. Él está diciendo que hay una puerta cerrada entre tú y él – algo que está bloqueándole la entrada.
Y muchas veces son las cosas más ocultas y pequeñas
Como la falta de perdón, heridas que no quieres que se sanen porque eso te mantiene vivo para nunca más dejar que te hagan daño porque tienes una barrera.
No le digas más “Señor, solo necesito es un pequeño consejo, unas cuantas palabras de que hacer, que me digas que me amas. Sólo déjame saber si estoy haciendo bien o mal. Habré me las puertas y te prometo.
El señor te puede dar eso, pero la consecuencia es que poco a poco perderás al que todo lo tiene, porque para ti se convertirá en importante lo que él te da, más no amor y dejara de ser importante escucharlo a él. El que te ama.
¿Sabes lo que Cristo quiere? Él no quiere sentarse contigo para sacar cuentas de cuantas riquezas tiene. Para que luego tú saques cuentas de cuál es tu tajada o hasta donde puedes conseguir de él.
El señor Jesús te dice
Quiero compartir mi corazón contigo. Quiero que conozcas mis caminos, para que cada pensamiento que pienses sean mis pensamientos. Quiero que mi voz emerja más y más en tu corazón hasta que tú misma mente sea la mente de mía.
****************
********************************************************
Está parado a la puerta, golpeando, pidiendo un compromiso - un paso de fe que diga que abrirás tu corazón, alma y mente a él. Esto no puede suceder a través de emociones o sentimientos. Más bien, debe ser a través de un compromiso de fe que diga: “Jesús, me comprometo contigo, no por respuestas, no por dirección. ¡Abro la puerta de mi todo a ti!”
Cuando Jesús entra, trae comida, pan - en otras palabras, él mismo. Y cuando te alimentas con él, ¡estarás completamente satisfecho!
¡El Cantar de los Cantares de Salomón ofrece un maravilloso cuadro de Cristo esperando a la puerta!
La novia presentada en el Cantar de Salomón dice:
“Yo dormía, pero mi corazón velaba. Es la voz de mi amado que llama: Ábreme, hermana mía, amiga mía, paloma mía, perfecta mía, porque mi cabeza está llena de rocío, mis cabellos de las gotas de la noche.” (Cantar de los Cantares 5:2).
El novio en esta escena representa a Jesús. Él está tocando a la puerta de su novia, diciendo “Ábreme mi amada, Mi cabeza está llena con rocío [significando, he sufrido por nuestro amor].” La novia le oye tocar, pero está en cama. Ama al novio, pero también está cansada para levantarse y abrirle la puerta.
Se pregunta: “¿Me ama de verdad?” “¿Por qué no me abre con ansioso júbilo?” “¿Por qué estoy tan ansioso de estar con ella - y aún es tan indiferente de estar conmigo?”
esto es exactamente lo que el Señor está deseando de su iglesia! Nos quiere esperando en la puerta, llenos de amor - ¡no despreciándolo como si no fuera el Único encanto de nuestros corazones!
Las personas que están enamoradas quieren estar juntas, a solas. Y este cuadro muestra el corazón de Cristo hacia nosotros:
Quiere intimidad con nosotros tan fuertemente que literalmente alcanza dentro e intenta abrir la puerta! Pero, te pregunto - ¿cuántas veces Jesús ha querido la intimidad contigo, pero lo has dejado fuera?
A estas alturas, la novia se despierta y huele la fragancia amada (la mirra) en la cerradura de la puerta: “Me levanté para abrir a mi amado; y mis manos gotearon mirra, y mis dedos el dulce olor de la mirra, en las asas de la cerradura.” (verso 5).
Finalmente, dice: “Abrí a mi amado; pero mi amado se había ido, se fue; mi alma falló cuando él habló. Lo busqué, pero no pude hallarlo; lo llamé, pero no me dio ninguna respuesta.” (Cantar de los Cantares 5:3-5).
¡El novio se había ido! Todavía la amaba - pero sus acciones dijeron: “¡Ella no tiene intenso amor por mí - me tomó como una garantía! Tengo que retirarme hasta que aprenda a apreciar quién soy.”
Amado, ¡a veces el Señor tiene que retirarse de nosotros por la misma razón! Cuando él lo hace, está diciéndonos, “¡Quiero que vengas a mí con todo tu corazón. Quiero que me ames – me anheles con todo lo que está en ti!”
Repentinamente, ¡la novia comprende que ha despreciado a su novio! Así que corre a las calles, llorando: “Yo os conjuro, oh doncellas de Jerusalén, si halláis a mi amado, que le hagáis, saber que estoy [enferma de amor].” (5:8). Le dice a todos: “Él es todo codiciable.” (verso 16).
Éste es un cuadro de una iglesia despierta - ¡despertada a su necesidad por Cristo! Aquellos que tienen hambre por el novio están ya parados en la puerta cuando Jesús llama. ¡Están listos, con su mano en la puerta, para abrir a la intimidad con él!
Como la novia en este pasaje, ¡debemos despertarnos a quién es Jesús para nosotros! Tenemos que decir, como la novia, “¡Ése es mi amor, mi vida, no puedo lograrlo sin él!”
¿Aún no te has abierto a la intimidad amorosa con Jesús? ¿Todavía no has dejado entrar al Novio? Abre tu alma y espíritu a Cristo, y confía que él entrará. Permítele ser tu fuente, tu todo y cree lo que dijo: “¡Entraré – cenaré contigo!”
En su presencia, encerrado con él a solas, lo conocerás - su fragancia, sus caminos, su corazón. Y aprenderás a conocer su voz - la voz del Único que te ama lo suficiente para seguir golpeando y rogando por tu intimidad.
¡Acércate a él - y conocerás su voz!
1 corintios 11
23 Porque yo recibí del Señor lo que también os he enseñado: Que el Señor Jesús, la noche que fue entregado, tomó pan;
24 y habiendo dado gracias, lo partió, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo que por vosotros es partido; haced esto en memoria de mí.
25 Asimismo tomó también la copa, después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; haced esto todas las veces que la bebiereis, en memoria de mí.
26 Así, pues, todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que él venga.
27 De manera que cualquiera que comiere este pan o bebiere esta copa del Señor indignamente, será culpado del cuerpo y de la sangre del Señor.
28 Por tanto, pruébese cada uno a sí mismo, y coma así del pan, y beba de la copa.
29 Porque el que come y bebe indignamente, sin discernir el cuerpo del Señor, juicio come y bebe para sí.
30 Por lo cual hay muchos enfermos y debilitados entre vosotros, y muchos duermen.
31 Si, pues, nos examinásemos a nosotros mismos, no seríamos juzgados;
Buscar este blog
ANUNCIO
DEBIDO A PROBLEMAS EN EL SERVIDOR DE DIVSHARE. LA MAYORÍA DE
LOS AUDIOS ANTERIORMENTE SUBIDOS SE HAN
PERDIDO.
A PARTIR DE ESTE MOMENTO ESTAREMOS EN UN NUEVO SERVIDOR
ACTUALIZANDO TODO EN LA PÁGINA
DISCÚLPENOS POR LA DEMORA EN LA SUBIDA DE NUEVOS TEMAS.
ATTE: ICLV
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario