LA GUERRA DE LOS REYES parte 3

LA GUERRA DE LOS REYES parte 3
El campo de batalla




Salmos 144
1 Bendito sea Jehová, mi roca, Quien adiestra mis manos para la batalla, Y mis dedos para la guerra;
2 Misericordia mía y mi castillo, Fortaleza mía y mi libertador, Escudo mío, en quien he confiado; El que sujeta a mi pueblo debajo de mí.

Hay dos áreas muy importantes aquí.
La primera mis manos y mis dedos para la batalla y la guerra (la mano es fuerza los dedos es precisión)

La segunda el castillo ya que si tu estas en Dios él es tu castillo para que el enemigo no entre. Pero igual tienes una guerra.

Por eso la importancia de entender estos principios. Ya que cuando no manejamos en plenitud las armas que Dios nos ha dado, el enemigo puede tomar control de un área o de una situación en determinados momentos.

Y es lo que se conoce como la tentación.
Tentación en el pecado, en la ira, en la pereza, en el desorden, en la murmuración.

Y por eso es que bien el enfriamiento espiritual.

Y el problema no es la tentación en sí, sino la puerta que está abierta para que entre la tentación. (Cuidado, no es lo mismo que venga la tentación a que entre la tentación.)

La tentación está en todo lado. Pero mientras que no hallan puertas abiertas, eso no te afectara en nada.

Por eso hay personas que cuando la tentación llega; prácticamente quedan a la merced de este espíritu que los maneja.

Ej. Viene un momento donde te insultan, y si hay una puerta abierta en esa área. Después de que te has airado, prácticamente pierdes el control, de tus palabras, de tus acciones, y aun de la fuerza de tu cuerpo.

Pero porque sucede esto.
Porque hay un espíritu que es el que se encarga de mantener esa puerta abierta en nuestra vida para que el espíritu de ira venga y tome control de esa persona en ese momento.
Esta puerta le permite a satanás entrar en la persona para hablar y aun actuar a través de su cuerpo como se le antoje.

Por eso es que una persona que en el momento que está cometiendo el pecado, es como si todos sus sentidos se apagaran, y pierde por completo el más importante; el temor de Dios. (Que habita en la conciencia)

Por eso recuerda **Dios es nuestro castillo**

Y todo esto viene por querer nosotros mismos controlar nuestra vida. O participar de cosas tales como espiritismo, brujería y cosas semejantes a estas. Que deja secuelas graves.

Y en cada área espíritu alma y cuerpo se mueven diferentes potestades para atacar.

Pero la más importante para satanás es tener una puerta abierta en el alma. Ya que el alma está conectada el mundo físico y al espiritual.

El enemigo cuando toma control del alma, lo primero que sucede es que perdemos el espíritu de vida (no la vida, sino la comunión con Dios). (Porque para Dios estamos muertos en delitos y pecados)

Colosenses 2
13 Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados,

Santiago 2
26 Porque como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta.

Y aquí es donde entra a trabajar una de las potestades más peligrosas que tiene varios nombres pero el más conocido es espíritu guía.
Esta potestad es muy sigilosa muy sutil y muy peligrosa, ya que toma control de la conciencia y perdemos la capacidad para discernir entre lo bueno y la malo, entre lo que es de Dios y lo que no, a lo cual le sigue un espíritu de adivinación (que muchos llaman profecía, pero que solo trae ruina desgracia y enfermedades sin sentido)

Y la potestad que está encargada de mantener una puerta abierta en el alma es legión ya que él tiene miles de formas de manifestarse.


Hebreos 4
12 Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.
13 Y no hay cosa creada que no sea manifiesta en su presencia; antes bien todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta.
14 Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión.
15 Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado.
16 Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.

Colosenses 2
14 anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz,
15 y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz.

Romanos 8
10 Pero si Cristo está en vosotros, el cuerpo en verdad está muerto a causa del pecado, mas el espíritu vive a causa de la justicia.
11 Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros.

1 tesalonicenses 5
23 Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo.
24 Fiel es el que os llama, el cual también lo hará.

Salmos 144
1 Bendito sea Jehová, mi roca, Quien adiestra mis manos para la batalla, Y mis dedos para la guerra;
2 Misericordia mía y mi castillo, Fortaleza mía y mi libertador, Escudo mío, en quien he confiado; El que sujeta a mi pueblo debajo de mí.

Por eso DIOS dejo solo un nombre y solo una palabra para ser libres y vivir libres.
El nombre; EL SEÑOR JESÚS. Y la palabra; CREER porque al que cree todo le es posible.

1 corintios 11
23 Porque yo recibí del Señor lo que también os he enseñado: Que el Señor Jesús, la noche que fue entregado, tomó pan;
24 y habiendo dado gracias, lo partió, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo que por vosotros es partido; haced esto en memoria de mí.
25 Asimismo tomó también la copa, después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; haced esto todas las veces que la bebiereis, en memoria de mí.
26 Así, pues, todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que él venga.
27 De manera que cualquiera que comiere este pan o bebiere esta copa del Señor indignamente, será culpado del cuerpo y de la sangre del Señor.
28 Por tanto, pruébese cada uno a sí mismo, y coma así del pan, y beba de la copa.
29 Porque el que come y bebe indignamente, sin discernir el cuerpo del Señor, juicio come y bebe para sí.