TÚ ERES MI HIJO

TÚ ERES MI HIJO
HOY TE HE RECUPERADO



Lucas 16
19 Había un hombre rico, que se vestía de púrpura y de lino fino, y hacía cada día banquete con esplendidez.
20 Había también un mendigo llamado Lázaro, que estaba echado a la puerta de aquél, lleno de llagas,
21 y ansiaba saciarse de las migajas que caían de la mesa del rico; y aun los perros venían y le lamían las llagas.
22 Aconteció que murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham; y murió también el rico, y fue sepultado.
23 Y en el Hades alzó sus ojos, estando en tormentos, y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno.

-Acércate te dice Dios.
Aquel hombre dio dos pasos hacia el Señor, cuando de repente sintió un abrazo tan fuerte, que sintió caer todas aquellas barreras, que le impedían entender que él podía ser amado, aunque no podía entender el porqué, ya que su vida siempre fue un esclavo. Y se pregunto:

¿Por qué ha mi?

Lloró, lloro como un niño, pero su llanto era una confusión de sentimientos encontrados, entre descubrir lo que él realmente valía con lo que él creía que era;
Su alegría era inmensa, él supo entonces que había llegado por fin a casa.

Escucho la voz suave de su Señor al oído que le dijo:
-Tú eres mi hijo amado, hoy te he recuperado, y ahora vives otra vez.
Te he buscado por mucho tiempo, y ahora te he encontrado, Yo te Amo, mi amado hijo, Yo te Amo.
El abrazo se extendió por minutos, él no podía decir nada, era como si el Amor lo abrazara y lo rodeara por todas partes, con voz casi inaudible, dijo:
-Y yo te amo a ti, Padre.
Él sabía con todo su ser, que ese que lo había sacado de aquella calle de mendicidad, de esclavitud, ahora lo había llevado a casa, y que ahora estaba delante de él, por fin había llegado a casa.

El enemigo ha engañado a muchos.

Diciéndoles que siempre serán esclavos del pecado, que no tienen esperanza, o que no valemos nada como para que Dios tenga algo especial de aquí en adelante, y mucho menos que tendríamos un regalo súper especial todos los días; esa es su palabra por que cuando yo e nacido como hijo; siempre su palabra será promesas y promesas de amor y de leyes que solo me traerán bendiciones inimaginables.

-pero para eso tienes que ser entrenado en la palabra y con la palabra.

De repente, se encontraba con aquel librito, lo abrió y por fin pudo entender lo que estaba escrito.
-lleno de felicidad, replico a gran voz; Ahora puedo entenderlo.
-Sí, dijo su Padre, podrás hacerlo mientras escuches mi voz y me obedezcas en todo.

Recuerda; el enemigo intentará engañarte, apartarte de mí, pero si mi palabra esta en tu corazón todos los días no podrá hacerte nada; él lo sabe, el sabe que si tu descuidas este librito que te he dado, no podrás entenderme cuando te hablo de los peligros que corres, y luego el enemigo no te permitirá entender nada de lo mío, ese es su secreto para destruir; que tú no me entiendas, cuando te hablo por medio de mi palabra.
Si permaneces a mi lado y me escuchas, vencerás, y podrás llevar todo lo que te dije que llevarías, y son: regalos de sanidad, restauración, vida, perdón, y libertad total, pero si escuchas al enemigo tus ojos serán oscurecidos y tus vestidos manchados. Y no podrás entregar nada a nadie, solo ilusión, no verdad.

POR ESO HOY NACES PARA SER COMO EL SEÑOR JESÚS.

Pero, quién lo sabrá, o a quién le importará, o quién se dará cuenta que tú naciste hoy en alguien especial, tal vez nadie de los tuyos y te vean igual que a Lázaro pero algo si es seguro, que cuando recibas la vida eterna será igual que el rico, cuando se dio cuenta que Lázaro era un verdadero hijo de Dios.

Por eso no te afanes si hoy algunos no lo saben; mientras que tu padre celestial lo sepa, y los demonios también, el resto a su tiempo lo sabrá, por que lo sabrá.

Pero lo más importante es que algo cambio tan profundamente, que cuando el Omnipotente te llama como; mi hijo amado, sucede:

Primero nos atemorizamos, luego nos resistimos, y entonces nos rendimos, para dejar al padre hacer en nosotros la imagen de su hijo.

Y es cuando nos preguntamos: “¿Cuál es mi destino?”

Lucas 4
1 Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán, y fue llevado por el Espíritu al desierto
2 por cuarenta días, y era tentado por el diablo. Y no comió nada en aquellos días, pasados los cuales, tuvo hambre.

Fue llevado por el Espíritu al desierto, se dejo de alimentar de lo que el mundo ofrece, pero ahí es cuando el diablo viene a tratar de vendernos lo que él nos robo.
Pero cuando tú resistas y venzas sin alimentarte del mundo, por un tiempo, de ahí en adelante entenderás, el porqué:

Se me dio una toalla, se me dijo que fuera un seguidor.
Así que seguí muy de cerca y di mi corazón.
Lavé pies que estaban sucios e hice mi parte.

Entonces todo terminó en un abrir y cerrar de ojos, y todo lo que estaba muerto volvió a la vida.
Y el Omnipotente vino y me dijo, “Tú, ven. Escúchame, tú eres mío”.

Entonces la toalla en mi mano se convirtió en una enorme espada, con palabras en sangre que decían: “Jesús es el Señor”.
Y la pregunta fue respondida: “¿Cuál es mi destino?” “Ser como Él”.

NACIDO PARA SER COMO JESÚS