PROPÓSITO FINAL

PROPÓSITO FINAL



Romanos 11
36 Porque todas las cosas vienen de Dios, y existen por él y para él. ¡Gloria para siempre a Dios! Así sea

Así que pongan toda su atención en el reino de Dios y en hacer lo que él requiere, y recibirán también todas estas cosas"

Mateo. 6.
31 No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos?
32 Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas.
33 Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.
34 Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal.

Él es primero en todo, de modo que es imperativo que entiendas el propósito de cada acción y cada pensamiento.

Pablo le recuerda a la iglesia la elevada posición de Cristo "para tener así (Cristo) el primer puesto en todo" (Col. 1.18) y enfatiza que hay un Dios y Padre de todos, que está sobre todos, actúa por medio de todos y está en todos (Ef. 4.6). La Iglesia tiene el jubiloso privilegio de entregarse a Dios a través de Jesucristo.

¿De qué manera se desarrolla esta entrega total a Dios?

Entendiendo los principios de la adoración en tu vida.
Isaías 6
31 No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos?
32 Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas.
33 Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.
34 Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal.

Primero Isaías vio al Señor en su gloria y escuchó a los serafines alabando y adorando a Dios. Una de las cosas más importantes en ese principio es centrar nuestra atención en Dios no en nosotros.

Cuando Isaías vio al Señor tomó conciencia de su propio pecado y del de su pueblo (6.5).
Muchas veces el progreso espiritual de una persona se detiene este punto.

Por este motivo no podrá recibir jamás la bendición total de Dios, sin el perdón.
Dios respondió al "ay de mí" de Isaías con un acto de purificación de parte de Dios y las palabras necesarias que le aseguraban: "tu maldad te ha sido quitada, tus culpas te han sido perdonadas" (6.6-7).
Pero satanás tratará de bombardear y presionar nuestra mente y nuestro corazón con nuestro pasado con el pecado.

Pero cuando tú tienes un encuentro real y relación verdadera con Dios, es cuando tu puedes escuchar la voz de Dios igual que Isaías cuando dijo. "Entonces oí la voz del Señor" (6.8).
Por eso es que se pierden tantos mensajes, porque la gente esta es ocupada en sus cosas no en conocer a Dios.


Una respuesta clara de que la palabra llego a tu vida es que tu no miras tu pecado mas, sino que contestas igual que Isaías: "Heme aquí, envíame a mí" (6.8).

Isaías muestra una vida que empieza en Dios y por Dios; pero David nos brinda el modelo de una vida centrada en Dios.

Él expresó su total dependencia de Dios cuando escribió: "Siempre tengo presente al Señor; con él a mi derecha nada me hará caer".

Salmos 16
7 Bendeciré a Jehová que me aconseja; Aun en las noches me enseña mi conciencia.
8 A Jehová he puesto siempre delante de mí; Porque está a mi diestra, no seré conmovido.
9 Se alegró por tanto mi corazón, y se gozó mi alma; Mi carne también reposará confiadamente;

. David vivía con sus ojos espirituales dirigidos hacia arriba, mientras que miraba la vida desde el punto de vista de Dios.

En el Salmo 63 él expuso su sentido de profunda necesidad del Creador: "Dios mío eres tú; de madrugada te buscaré; mi alma tiene sed de ti, en tierra seca y árida donde no hay aguas" (63.1).

¿Adónde se dirigió para calmar su sed de Dios? "Para ver tu poder y tu gloria, así como te he mirado en el santuario" (63.2).
David se encontró con Dios en compañía del pueblo de Dios. Además adquirió el hábito de la oración matutina. "Oh Jehová, de mañana oirás mi voz, de mañana me presentaré delante de ti y esperaré"

Salmos 5
1 Escucha, oh Jehová, mis palabras; Considera mi gemir.
2 Está atento a la voz de mi clamor, Rey mío y Dios mío, Porque a ti oraré.
3 Oh Jehová, de mañana oirás mi voz; De mañana me presentaré delante de ti, y esperaré.


El Nuevo Testamento nos presenta al apóstol Pablo como un modelo de un hombre centrado en Dios. Luego de haber predicado, escrito y viajado, este veterano de la fe escribió: a fin de conocerle (a Cristo), y el poder de su resurrección, y la participación de sus conocimientos, llegando a ser semejantes a él en su muerte.

Filipenses. 3
7 Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo.
8 Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo,
9 y ser hallado en él, no teniendo mi propia justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe;
10 a fin de conocerle, y el poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos, llegando a ser semejante a él en su muerte,


La meta del querer bautizarte no es nada menos que el total reconocimiento de la persona y el poder de Jesucristo en tu vida.

Por más altas que sean tus expectativas, lo más seguro es que terminaremos por asombrarnos delante del poder que Dios tiene para transformar todo de ti.
Cuando Él actúa y no nosotros es más maravilloso de lo que nosotros por si mismos llegaríamos a ser.

El Hijo de Dios. Jesús nos mostró por lo menos cuatro formas de cómo vivir una vida para agradar Dios Padre.
Él vivió en la presencia permanente de Dios.
Hera uno en su pensamiento con Dios.
Habló solo de la gloria y poder que tenía con el Padre: "Yo soy en el Padre y el Padre en mí" (Jn. 14.11).
En Juan 15.10 Jesús explicó su relación como "morando" o "permaneciendo" en el amor del Padre. Él ordena a los SUYOS que hagan lo mismo, que permanezcan en Él y permanezcan en su amor

Juan. 15
3 Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado.
4 Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí.
5 Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.
6 El que en mí no permanece, será echado fuera como pámpano, y se secará; y los recogen, y los echan en el fuego, y arden.

El mundo es cruel y presionará siempre para que tú vivas conforme a él y no a Dios.

Si al igual que David, comenzamos nuestro día y nuestra vida con Dios, nos resultará más fácil reconocer su presencia en el transcurso de esa jornada. Y vivir bajo su gloria.