UN LÍDER APROBADO PARA LA UNIVERSIDAD
Las diversas formas
¿Pruebas, exámenes?
¿Momentos difíciles?
¡Upss! “No estudie”
Esos dos conceptos suenan muy conocidos. Si en algún momento los experimentó, ahora no podía describir con precisión lo que desencadenaban.
Sin embargo, lo imprevisto tocó a sus puertas.
GÉNESIS 22
1 Aconteció después de estas cosas, que probó Dios a Abraham, y le dijo: Abraham. Y él respondió: Heme aquí.
2 Y dijo: Toma ahora tu hijo, tu único, Isaac, a quien amas, y vete a tierra de Moriah, y ofrécelo allí en holocausto sobre uno de los montes que yo te diré.
Los exámenes amenazan tu verdadero conocimiento, y prueban nuestra verdadera confianza, asoman cuando menos las esperamos. En el caso de Abraham llegaron en momentos en los cuales razonaba que el curso de su vida había tomado rumbo fijo.
Es más, dentro de sus perspectivas, tenía infinidad de planes con Isaac.
Esta prueba no sería nada fácil, por el contrario, era uno de los más difíciles de su larga vida.
¿Cuál es tu examen hoy?
Puede que no sea sacrificar a uno de tus hijos, pero sí enfrentas pérdidas que consideras irreparables.
En situaciones así es natural que nos preguntemos:
¿Por qué me ocurre esto a mí?
¿Acaso no hay quienes haciendo el mal como para que sean ellos los que tienen que aprender?, ¿en cambio viven muy “bien”?
¿Acaso no mira Dios mi entrega y dedicación a él, como para que me venga esto?
Pero supongamos que la situación se presenta. De pronto, y se encuentra, con sinnúmero de problemas.
¿A quién culpar?
A las circunstancias, o usaras la excusa.
También, a que hayamos sembrado semillas muertas, que nunca germinaron.
Cualquiera que sea la razón, quedan dos pasos a seguir, a la luz del razonamiento humano, o la luz de la palabra de Dios:
La primera.
No pensar que somos los únicos en el mundo en enfrentar un tropiezo, o quizá, que ha llegado el fin del mundo por lo que pudiera ocurrirnos;
La segunda, pensar con calma antes de tomar cualquier determinación.
Hay un tercer paso. Es buscar a Dios. El nos ayuda a encontrar la respuesta de cada pregunta, que el mismo nos ha puesto.
Con su ayuda, nada podrá robarnos la capacidad de pensar con tranquilidad, y abrirnos paso a un siguiente nivel, y con una adecuada orientación, llegaremos aprobados al final de la encrucijada.
En la universidad de Dios, las pruebas implican renuncia...
Cuando leemos las Escrituras, leemos que nada ocurre por azar, cuando estamos en el centro mismo del Plan de Dios.
El apóstol Pablo escribió: “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados”(Romanos 8:28).
A partir de este principio bíblico, entendemos que Dios tiene un propósito con las pruebas y los exámenes.
Igual ocurre cuando el Señor trata la vida de alguien. Puede que las primeras pruebas luzcan demasiado fáciles o duras.
En la medida que crecemos espiritualmente –se nos comienza a enseñar cosas más profundas.
Ya no serán las promesas que Dios tiene para ti, sino las promesas que tiene para gobierno y transferencia de unción
Al analizar la vida de Abraham aprendemos un elemento de particular significación.
A través de la traumática experiencia que representaba decidir el sacrificio de su hijo, comprendió que una prueba implica renuncia. “... tu hijo, tu único, Isaac, a quien amas... y ofrécelo allí en holocausto”.
Estar en una prueba es fácil muchas veces, lo complejo es como aprobar satisfactoriamente, para pasar al siguiente nivel.
¿Recuerda al joven rico? Su historia la leemos en Lucas, capítulo 18, versículos del 18 al 30.
¿Cuándo se produjo su crisis? Cuando debió renunciar a lo que ocupaba el primer lugar en su corazón, y eran las riquezas, que en su razonamiento humano, representaban todo lo que el necesitaba para su existencia.
¿Se te ha dificultado renunciar a algo?
Es probable que se trate del punto en el que debe ser tratado por Dios.
Con su ayuda, podrá vencer. Sin Él, lo más seguro es que siga repitiendo este examen hasta que lo apruebe, y lo más probable es que siga sujeto a sus debilidades mientras que no pase la prueba.
En la universidad de Dios, las pruebas implican obediencia...
Una cosa es decir que amamos a Dios, y que estamos dispuestos a seguir sus caminos, y otra bien distinta es llevar esas palabras a la práctica.
Es lo mismo que la mayoría dice cuando se le pregunta ¿ya estudio para el examen? La mayoría contesta: si, ya se me todo.
Esa dura realidad la comprobó Abraham en su existencia. Pensar en sacrificar a Isaac era bien distinto, a llevar esa misión hasta sus últimas consecuencias. Hacerlo ameritaba sumisión total al Creador. En esencia, obligaba asumir una posición de obediencia.
GÉNESIS 22
3 Y Abraham se levantó muy de mañana, y enalbardó su asno, y tomó consigo dos siervos suyos, y a Isaac su hijo; y cortó leña para el holocausto, y se levantó, y fue al lugar que Dios le dijo.
Sin duda fueron días de profundo análisis. Por su mente debieron pasar muchas respuestas, para el examen que tenía que aprobar.
En la universidad de Dios, las pruebas implican confianza...
Cuando aprendemos a conocer a Dios, nos damos cuenta muy claramente que sus instrucciones y caminos evidencian perfección.
Nada es al azar. No cabe la improvisación. Conocer al Señor, solo es posible cuando pasamos tiempo en Su presencia, mediante una oración pero en el espíritu, no carnal,
Por eso la importancia del estudio verdadero de las Escrituras, y no una simple lectura; ya que una cosa es leer dos horas y otra es estudiar dos horas.
Este estudio se ve representado en la confianza que tienes en Dios por medio de la palabra. Es tanto como caminar por la cuerda floja sabiendo que nada saldrá mal y no caeremos en el vacío.
En el caso de Abraham, caminar al lugar del sacrificio, demostraba confianza.
GÉNESIS 22
4 Al tercer día alzó Abraham sus ojos, y vio el lugar de lejos
Los pensamientos, es probable que le llevaran a razonar en la inconveniencia de obedecer.
Sin embargo, una vez que tomó la decisión, no hubo nada que lo detuviera.
“Entonces habló Isaac a Abraham su padre, y dijo: Padre mío. Y él respondió: Heme aquí, hijo. Y él dijo: He aquí el fuego y la leña; más ¿dónde está el carnero para el holocausto? Y respondió Abraham: Dios se proveerá de cordero para el holocausto, hijo mío. E iban juntos”(versículo 8).
Confiar es viable cuando el libro está abierto, pero otra, es cuando se nos dice: cierren sus libros y apuntes; hay examen.
Es natural que en circunstancias así nos agudicen los temores o la incertidumbre.
Pero si tenemos una preparación espiritual de antemano, entonces es plena nuestra seguridad de que solo tendremos victoria.
Esta es la clave para Podernos afianzar en la certeza de que la misericordia de Dios no tiene límites.
También de que no permitirá que nada malo nos ocurra: “Y respondió Abraham: Dios se proveerá de cordero para el holocausto...”.
¿Su vida ha desarrollado tal confianza en Dios?
¿Está de tal manera convencido en el obrar perfecto del Señor, que no teme dar pasos en dirección al camino que El le señala?
Vale la pena que, en nuestro proceso de formación en el liderazgo, respondamos a estos dos interrogantes, y que si encontramos falencias, procedamos a aplicar los respectivos correctivos con la guía de Aquél que todo lo puede.
En la universidad de Dios, las pruebas implican convicción...
Hay un cuarto elemento que cabe revitalizar cuando estamos creciendo espiritualmente en la universidad de Dios.
Se trata de la convicción, en todo cuanto hacemos.
Esta es la certidumbre inamovible, de que DIOS tiene todo bajo control.
Esto motivó a Abraham a seguir hasta las últimas consecuencias, tal como lo leemos en:
GÉNESIS 22
13 Entonces el ángel de Jehová le dio voces desde el cielo, y dijo: Abraham, Abraham. Y él respondió: Heme aquí. Y dijo: No extiendas tu mano sobre el muchacho, ni le hagas nada; porque yo conozco que temas a Dios, por cuanto no rehusaste tu hijo, tu único. Entonces alzó Abraham sus ojos y miró, y he aquí a sus espaldas un cordero trabado en un zarzal por sus cuernos; y fue Abraham y tomó el carnero, y lo ofreció en holocausto en lugar de su hijo
Algunas veces, cuando clamamos a Dios en procura de crecimiento, quizá sintamos que no escucha nuestras oraciones, que nos olvidó o tal vez, que nunca responderá.
Pero en la medida en que vayamos creciendo en su conocimiento, aprendemos que El siempre llega en el momento oportuno, y con todo lo necesario para producir los resultados que hemos esperado.
La desesperación nos puede embargar, cuando olvidamos la respuesta a algo que antes teníamos tan seguro.
Pero una vez asimilamos el proceso, y desarrollo de este principio de seguridad en Dios, la confianza trae paz a nuestro corazón.
Tras la graduación llega la bendición
Si estamos en el centro mismo de la voluntad de Dios, las pruebas nos ayudan a crecer, y tras experimentarlas, y salir airosos, recibimos la bendición, tal como podemos verlo:
GÉNESIS 22
15 Y llamó el ángel de Jehová a Abraham segunda vez desde el cielo,
16 y dijo: Por mí mismo he jurado, dice Jehová, que por cuanto has hecho esto, y no me has rehusado tu hijo, tu único hijo;
17 de cierto te bendeciré, y multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo y como la arena que está a la orilla del mar; y tu descendencia poseerá las
Es probable que ahora mismo atraviese por una situación que considera sin solución.
Sin embargo es tiempo de permanecer en Dios, asidos de su mano, en la certeza de que responderá con poder y no le dejará solo en medio de aquel cruel examen.
Una vez termina la tormenta viene la calma. Y cuando las pruebas concluyen, es evidente que llega la bendición de Dios.
Jamás olvide que ahora que está creciendo en su formación de líder en la universidad de Dios, no está solo. El Señor siempre está a su lado.
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