ENGRANDECERÉ TU NOMBRE parte 1

ENGRANDECERÉ TU NOMBRE




Génesis 12
1 Pero Jehová había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré.
2 Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición.
3 Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra.


Cuando tú naciste, Dios encapsuló sueños, promesas, potencial, dentro tuyo. Y llego la hora de activarlo

Dios habla con Abram en medio de su vida cotidiana porque lo había escogido para que levantara una generación diferente, una generación a la cual su nombre nunca seria olvidado.

Pero ¿por qué tanta gente sin cumplir sus sueños?

Dios ordena a Abram salir de en medio de su parentela.

Éxodo 20:3 No tendrás dioses ajenos delante de mí.

Porque el ser humano fue creado con la necesidad de adorar, porque esa necesidad de adorar produce un dios y este produce un culto y un culto produce una cultura que es lo que heredamos.

Un dios ajeno es todo aquello que me produce dependencia de él y no del Dios verdadero. Y esto es idolatría, a la que Dios aborrece.
Génesis 3:4 Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis;
3:5 sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal.
Todas las bendiciones de Dios vendrán únicamente sobre adoradores del Dios verdadero.

Cuando la personas tiene otros dioses de inmediato sus mentes son sometidas a estos dioses como esclavos y de ahí que todo lo que ven y esperan es pequeño porque se sienten indignos o incapaces de recibir algo grande para sus vidas.

El único Dios al que adoramos y engrandece nuestro nombre es Jehová de los ejércitos. Es lo contrario a lo que hacen los dioses ajenos.

La mujer que idolatra a su esposo se siente menos que este y se somete a sus maltratos y a lo poco que este le puede dar, por eso su mente la hace conformarse con poco y no con la grandeza que Dios tiene para ella. Igual pasa con los adictos que venden lo que tiene en poco para que les satisfaga su necesidad física no dándose cuentea que entre más entregan menos tienen y menos satisfechos se sienten.

Dios a cambio de que Abram dejara todo lo que influía en su vida en cuanto a adorar a otros dioses, su tierra, su parentela y la casa de sus padres Dios le ofreció grandezas. Hare de ti una nación GRANDE, te bendeciré y ENGRANDECERÉ tu nombre, pero resulta que no engrandeció el nombre de Abram sino el que Dios mismo le puso, y como resultado de esto serás bendecido para que puedas ser bendición para otros. Hasta que por medio de ti sean benditas todas las familias de la tierra.

Pero Dios nos dice muy claramente que debemos salir de nuestra tierra y de nuestra parentela (nuestra herencia familiar) es necesario primero dejar todos nuestros dioses internos y decidir por adorar Dios, para poder pensar como grande, ver como grande y recibir grandeza de parte de Dios.

Como resultado de adorar a Dios nuestros pensamientos pasaran de pequeños a pensamientos de grandeza, porque ahora nos sometemos y adoramos a un Dios que es el rey de reyes y señor de señores, y eso es lo que nos convierte en su imagen y semejanza que es también semejanza de grandeza contrario a los dioses ajenos que nos someten y nos hacen pequeños por medio de los pensamientos que traen a nuestra mente.

Cada vez que adoramos lo que no debemos adorar, nuestros pensamientos se someten a ellos y nos hacen pequeños, derrotados, incapaces de alcanzar metas.

Génesis 15:1 Después de estas cosas vino la palabra de Jehová a Abram en visión, diciendo: No temas, Abram; yo soy tu escudo, y tu galardón será sobremanera grande.

Nosotros hemos arrastrado por generaciones pensamientos pequeños porque todo lo que nos rodea está influenciado por espíritus inmundos.

Mientras sigamos tomando las decisiones con base a lo que los potestades nos dictan, nunca seremos grandes ni tendremos la grandeza de Dios en nuestras vidas y por supuesto no seremos de bendición para nadie, mucho menos para todas las familias de la tierra.
Lo peor es que muchos ni siquiera quieren acercarse a Dios por culpa de nosotros mismos porque predicamos algo que aunque digamos creer no creemos. Y lo peor que aquellos se quedan criticando a religiosos que al final son iguales a ellos. No ven nada de grandeza en ellos como en los religiosos idolatras que critican.
La mente de pequeñez que nos han dado estos demonios nos hace criticar nos aleja de todo lo que se ha dedicado a adorar a Dios.

el mal de muchos es consuelo de tontos.
Pero para los verdaderos adoradores de Dios la promesa es ser imagen y semejanza de Dios. Engrandecer su nombre porque el de Dios es grande.
Salmos 76:1 Dios es conocido en Judá; En Israel es grande su nombre.

Salmos 95:3 Porque Jehová es Dios grande, Y Rey grande sobre todos los dioses.

Salmos 8:9 ¡Oh Jehová, Señor nuestro, Cuán grande es tu nombre en toda la tierra! en toda la tierra!

Salmos 35:18 Te confesaré en grande congregación; Te alabaré entre numeroso pueblo.; Te alabaré

Hasta que no renovemos la mente día a día como lo dice el Apóstol Pablo y cambiemos los pensamientos de pequeñez que nos llevan a adorar a espíritus inmundos y que son herencia de mi vieja naturaleza de deseos engañosos, no podremos dejar la tierra la parentela ni la casa de nuestros padres.

Efesios 4:22 En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos,
4:23 y renovaos en el espíritu de vuestra mente,
4:24 y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.