CUANDO LLEGA EL AMOR DE DIOS

CUANDO LLEGA EL AMOR DE DIOS
Y LUEGO SE VA





1 de Juan 4
9 En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él.
10 En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados.

Pero cuán difícil es que el amor de Dios llegue al corazón del hombre.
Porque una cosa es que el amor de Dios se manifieste en muchas formas, y otra que yo permita que entre en mi corazón.
¿Cómo se manifiesta?
Por sus hechos.
Cuando Dios hizo el paraíso, lo hizo para que el hombre supiera cuanto el nos amaba; pero aun así el hombre no comprendió.
Cuando el señor Jesús vino; por donde iba, solo sanaba a todo aquel que encontraba. Pero aun así el hombre no comprendió.
Cuando el señor viene a nuestras vidas el solo quiere sanarnos.
¿Pero cómo?
Llevándonos a la estatura de él. Para que las consecuencias del pecado no tengan más poder sobre nosotros, pero aun así el hombre no comprendió.

Y solo se va porque no comprende que Dios solo es amor.
El no es dinero, fama, posición, grandeza,

1 de Juan 4
16 Y nosotros hemos conocido y creído el amor que Dios tiene para con nosotros. Dios es amor; y el que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en él.
17 En esto se ha perfeccionado el amor en nosotros, para que tengamos confianza en el día del juicio; pues como él es, así somos nosotros en este mundo.
18 En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor.
19 Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero.
20 Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso. Pues el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto?


Lentamente no nos damos cuenta que solo por amor es que se nos entrega todo, y tampoco nos damos cuenta que la pasión por Dios poco a poco se nos va. Que solo dura mientras Dios hace un paraíso para mi, mientras me sana, o mientras me de todo lo que le pida.
Pero luego ese amor, esas horas de oración, y aquellas lágrimas solo es un recuerdo con el que te engañas diciendo que aun amas a Dios.

En tu mente te acuerdas como si estuvieras viendo un video del ayer y repites esas imágenes cuando le entregaste tu vida a Jesús. Cuando rendido y humillado a sus pies fuiste a él pidiendo perdón, pidiendo socorro.

Allí cuando te rendiste a él, a los pies del señor Jesús y lloraste. Entonces, por el amor con que el siempre te ha amado, te tomo de la mano, te levanto, te abrazo y lo más importante te limpio y perdono tus pecados.

Pero es por eso precisamente que nos vamos de él nuevamente, y es porque no estamos interesados en que el nos perdone, sino que nos llene y nos llene, aunque nosotros nunca nos saciemos.

Pero el está interesado es en perdonar Tus errores y todas tus faltas.

Porque ese es el secreto para disfrutar de todo lo que él tiene. Desde ese momento todo cambia en tu hogar. Para aquellos que han experimentado que el señor pase por su casa ¡Qué hermosos recuerdos!


Lucas 19
1 Habiendo entrado Jesús en Jericó, iba pasando por la ciudad.
2 Y sucedió que un varón llamado Zaqueo, que era jefe de los publicanos, y rico,
3 procuraba ver quién era Jesús; pero no podía a causa de la multitud, pues era pequeño de estatura.
4 Y corriendo delante, subió a un árbol sicómoro para verle; porque había de pasar por allí.
5 Cuando Jesús llegó a aquel lugar, mirando hacia arriba, le vio, y le dijo: Zaqueo, date prisa, desciende, porque hoy es necesario que pose yo en tu casa.
6 Entonces él descendió aprisa, y le recibió gozoso.
7 Al ver esto, todos murmuraban, diciendo que había entrado a posar con un hombre pecador.

Entonces experimentaste el amor de Dios en tu vida y una pasión por Dios se despertó en ti.
Amabas a Dios con todo tu corazón. Pero, al pasar del tiempo.
¿Qué te paso?
Que lentamente la pasión, el amor por Dios se va.
Es tan duro cuando la pasión por Dios se va.
Porque La indiferencia por Dios, por comer de su palabra, se adueña y se hace normal en nuestras vidas. Y lo peor, DECIMOS es que ahora soy maduro en las cosas de Dios, y no necesito tanto.
Te da lo mismo si te arrodillas o no para orar y poco a poco tu vida y tu hogar se derrumba; ni siquiera cuenta te das.
Solo comienzas a decir es que Dios ya no me escucha; cuando eres tu el que ha dejado de escuchar sus consejos de padre, que te ama con pasión extrema.

Cuando el primer amor por Cristo se va, no se puede esconder la realidad del vació, ya que la soledad se adueña de nuestro hablar.
Cuando la pasión por Dios se nos va, ya no vale la pena fingir y tampoco actuar, solo nos vamos y decimos allá no vuelvo más.
Lo primero era Dios, pero ahora está en último lugar.
Aunque en el fondo de tu corazón sabes que estás mal y debes despertar.
Dios te está llamando en éste día, para que vuelvas a disfrutar de la paz que da su amor.

Ahora ya no dependemos del Señor para vivir en santidad. Porque ahora somos profesionales en lo que hacemos, ya que para eso ase tiempos fui a una iglesia a aprender y porque creemos que todo ya lo podemos hacer sin Dios.

Ser cristianos es fácil, ¡claro que es fácil!, si la cruz ya no te pesa.
Es una cruz liviana y fácil cuando te da igual amar o no amar.
Hoy tienes que despertar.

Tenemos que volver a su primer amor, tenemos que volver a sus brazos.
Y que la pasión por Dios vuelva a nacer. Dios es amor. Dios no te olvida y en todo momento ahí estará contigo él lo ha prometido, el cumplirá. Dios no te olvida, solo tienes que esperar.
El entiende tu sufrir y tu soledad. En su tiempo el cumplirá lo que te ha prometido, porque él nunca se ha olvidado de ti.
Lo que pasa es que tú no has comprendido que te has olvidado de él.

Daniel 9
20 Aún estaba hablando y orando, y confesando mi pecado y el pecado de mi pueblo Israel, y derramaba mi ruego delante de Jehová mi Dios por el monte santo de mi Dios;
21 aún estaba hablando en oración, cuando el varón Gabriel, a quien había visto en la visión al principio, volando con presteza, vino a mí como a la hora del sacrificio de la tarde.
22 Y me hizo entender, y habló conmigo, diciendo: Daniel, ahora he salido para darte sabiduría y entendimiento.
23 Al principio de tus ruegos fue dada la orden, y yo he venido para enseñártela, porque tú eres muy amado. Entiende, pues, la orden, y entiende la visión.