CUANDO SE LLEGA AL TRONO DE DIOS
1- UN TRONO ESTABLECIDO SOLO EN EL CIELO
2- LA IMPORTANCIA DEL TRONO DE DIOS PARA EL HOMBRE
3- EL HOMBRE FRENTE AL TRONO
4- EL TRONO DE DIOS ES INCONMOVIBLE
1- UN TRONO ESTABLECIDO SOLO EN EL CIELO
No hay dos tronos: hay un solo trono eterno e inconmovible establecido en cielo, y en tal trono se sienta el único Dios verdadero, el Dios y Padre Nuestro.
Entonces, ¡el trono que vio Isaías es el mismo que vio Juan! Sólo que hay un contraste muy grande entre la reacción del profeta y la del apóstol.
Isaías 6
1 En el año que murió el rey Uzías vi yo al Señor sentado sobre un trono alto y sublime, y sus faldas llenaban el templo.
2 Por encima de él había serafines; cada uno tenía seis alas; con dos cubrían sus rostros, con dos cubrían sus pies, y con dos volaban.
3 Y el uno al otro daba voces, diciendo: Santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos; toda la tierra está llena de su gloria.
4 Y los quiciales de las puertas se estremecieron con la voz del que clamaba, y la casa se llenó de humo.
5 Entonces dije: ¡Ay de mí! que soy muerto; porque siendo hombre inmundo de labios, y habitando en medio de pueblo que tiene labios inmundos, han visto mis ojos al Rey, Jehová de los ejércitos.
Mientras el primero cae en un estado de desesperación, el segundo se ve tan seguro y tranquilo, como si fuese lo más normal que un hombre vea, oiga, admire y alabe a su Dios sentado en su glorioso trono.
La situación del profeta Isaías. Viene a ser, la actitud de un hombre pecador sin arrepentimiento, que quiere acercarse a Dios pero sin arrepentimiento y se da cuenta de que es indigno de acercarse al gran torno de Dios como muchos que aun viven bajo el poder del pecado por eso no les agrada o se sienten indignos de que Dios los escuche.
En cuanto a Juan.
Él conoció al Señor Jesús en los días en que Él vino a la tierra, le siguió desde el primer encuentro hasta estar con él al pie de la cruz; más aun, fue testigo de la tumba vacía, y pudo palpar a su Señor resucitado; recibió el fuego del Espíritu Santo el día de Pentecostés; cuando vuelve a ver al “Hijo del Hombre” en Apocalipsis 1, si bien cae como muerto a sus pies, no es porque se sienta un inmundo pecador, como le sucedió a Isaías sino que es por el incontenible asombro de ver la gloria de aquél en cuyo pecho se había recostado tantas veces.
Ahora, como le vemos en Apocalipsis 4 y en el resto del libro, Juan puede ser llevado a ver y a describir “Al que está sentado en trono” y toda la gloria que le circunda, sin que se desplome ante tal visión.
¿Qué significan estas dos relaciones del hombre frente al trono?
Primero: que Isaías no dice que estaba en el espíritu. Por eso se sintió inmundo
Mientras que Juan sí. Y estuvo no como alguien inmundo sino limpio
El trono de Dios significa demasiado; tanto para Dios como para el hombre.
Recordemos que tal trono continúa establecido en el cielo, y no será removido jamás. “Jehová estableció en los cielos su trono y su reino domina sobre todos”
(Sal. 103-19), “Tu trono, oh Dios, es eterno”
(Sal. 45-6), “Firme es tu trono, desde entonces, tú eres eternamente”
(Sal. 93-2) . Todo juicio que venga sobre la tierra, tiene que decidirse en este trono.
Allí se tomó un día la decisión de crear todo cuanto existe y allí también se decidió la salvación.
Hasta allí también ascendió el Señor resucitado, luego de haber consumado su obra, allí volvió a ocupar el lugar que compartía junto al Padre desde antes de la fundación del mundo.
Hoy, en Apocalipsis 5:6, le vemos en medio del trono, como un Cordero inmolado.
2- LA IMPORTANCIA DEL TRONO DE DIOS PARA EL HOMBRE
Desde el trono se evalúa o califica
Todo nuestro caminar y servicio es evaluado continuamente en este trono.
Desde el trono se ve todo, se tiene pleno discernimiento:
Agar se refirió a Dios como “El Viviente que me ve”, el día que fue atendida su angustia (Gen.16:13-14). El Señor nos ve. Él sabe cuándo le buscamos (Sal.14:2), y si le servimos de corazón y le invocamos de veras. Dios no puede ser burlado.
SALMOS 11
4 Jehová está en su santo templo; Jehová tiene en el cielo su trono; Sus ojos ven, sus párpados examinan a los hijos de los hombres.
5 Jehová prueba al justo; Pero al malo y al que ama la violencia, su alma los aborrece.
Sabía que nada llenaría esa área de mi ser…ni el trabajo, ni el dinero, ni el reconocimiento profesional, ni la familia, ni los amigos, ni la comida, ni aún lo ministerial, nada…sólo él…el Amado, el Deseado de todas las naciones…Él…el que me amó y me limpió de mis pecados con su sangre y me hizo rey y sacerdote para Dios, su Padre, mi Padre…
Desde el trono se juzga:
SALMOS 9
7 Pero Jehová permanecerá para siempre; Ha dispuesto su trono para juicio.
8 El juzgará al mundo con justicia, Y a los pueblos con rectitud.
Desde el trono se gobierna
GÉNESIS
40 Tú estarás sobre mi casa, y por tu palabra se gobernará todo mi pueblo; solamente en el trono seré yo mayor que tú.
41 Dijo además Faraón a José: He aquí yo te he puesto sobre toda la tierra de Egipto. (Génesis 1 26-31)
Quien conoce al Señor sabe que dejar de hacer lo que sea por estar un instante en su presencia es algo que rompe todos tus limitados pensamientos para resolver cualquier cosa en tu vida, lo que te ha costado días, meses y hasta años en resolver, puede ser hecho en un día, sólo por un instante de su Gloria.
Desde el trono es donde se deja la verdadera herencia a nuestra descendencia
SALMOS 89
3 Hice pacto con mi escogido; Juré a David mi siervo, diciendo:
4 Para siempre confirmaré tu descendencia, Y edificaré tu trono por todas las generaciones.
SAMOS 132
11 En verdad juró Jehová a David, Y no se retractará de ello: De tu descendencia pondré sobre tu trono.
12 Si tus hijos guardaren mi pacto, Y mi testimonio que yo les enseñaré, Sus hijos también se sentarán sobre tu trono para siempre.
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3- EL HOMBRE FRENTE AL TRONO
En nuestros días, los hombres viven con una indiferencia respecto a la autoridad de Dios, ¡como si nunca fueran a enfrentarse a aquel que está sentado en el trono! Pero no solo serán juzgados por el pecado cometido sino también por haber rechazado el llamamiento a ser reyes y sacerdotes para convertirse en mendigos de un Dios todo poderoso que ya no los trata como extraños sino como hijos.
Así como es importante para Dios ocupar el lugar que a Él le corresponde; así es de importante para Él que nosotros ocupemos el lugar que el padre nos Dios. Porque él sabe que si tú no estás en el trono que te entrego como rey y sacerdote nadie reconocerá tu autoridad.
En Apocalipsis 6:12-17 se describe un acontecimiento: los personajes más importantes de la tierra se esconden en las cuevas y claman a las peñas y a los montes para que caigan sobre ellos y los escondan del rostro de aquel que está sentado en el trono!. La hora de la verdad llegará más temprano que tarde, entonces todos cuantos ignoraron voluntariamente el poder y la Deidad del que vive por los siglos de los siglos, se verán enfrentados con el trono mismo de Dios y no podrán resistir la gloria de su rostro.
2 Pedro. 3:5
3 sabiendo primero esto, que en los postreros días vendrán burladores, andando según sus propias concupiscencias,
4 y diciendo: ¿Dónde está la promesa de su advenimiento? Porque desde el día en que los padres durmieron, todas las cosas permanecen así como desde el principio de la creación.
5 Estos ignoran voluntariamente, que en el tiempo antiguo fueron hechos por la palabra de Dios los cielos, y también la tierra, que proviene del agua y por el agua subsiste,
6 por lo cual el mundo de entonces pereció anegado en agua;
7 pero los cielos y la tierra que existen ahora, están reservados por la misma palabra, guardados para el fuego en el día del juicio y de la perdición de los hombres impíos.
Hoy todavía tienen libertad los necios y los incrédulos, cuya religión tienen, no es más que la exaltación de ellos mismos de cuan buenos y grandes son ante el hombre mismo y que sean aun alabados por Dios.
Todos cuantos hayan rechazado la salvación que Dios les ha ofrecido gratuitamente en Cristo clamarán a gran voz a los montes y a las peñas para que ellos los cubran; para entonces ya no habrá lugar para el arrepentimiento, sino sólo una horrenda expectación de juicio.
¡Si hay algo imposible para el hombre, es pretender escapar del juicio de Dios, después de haber despreciado la autoridad y la salvación del que está sentado en aquel trono!
Pasemos ahora a considerar la multitud de Apocalipsis 7:9. Ellos también están delante del trono y en la presencia del Cordero, pero al revés de la multitud antes mencionada, éstos están llenos de gozo.
En vez de espanto tienen una confianza muy grande, tienen palmas en las manos y una alabanza proclamada a gran voz.
No huyen avergonzados, más bien celebran una salvación eterna concedida por gracia.
Estos no despreciaron lo que hizo El señor Jesucristo, no se burlaron del evangelio, ¡LO CREYERON!
4- EL TRONO DE DIOS ES INCONMOVIBLE
Sepamos muy bien que el trono de Dios es inconmovible.
En la tierra las cosas pueden variar, las dudas pueden asaltar nuestra alma, nuestras emociones nos pueden traicionar, pero en el trono de Dios no hay mudanza ni sombra de variación (Stgo.1:17).
Todas las cosas están desnudas y abiertas o los ojos de Aquél a quien tenemos que dar cuenta (Heb.4:13).
Una palabra de consuelo
Apocalipsis 22:1-5 nos muestra una escena en extremo consoladora con respecto al trono de Dios y del Cordero. Dice que “sus siervos le servirán, y verán su rostro”... Sin espanto, sin juicios, sin temor alguno, sino con un gozo inefable y glorioso. La expectativa de contemplar el rostro de nuestro señor nos emociona hasta las lágrimas. Éste será nuestro premio, nuestro supremo galardón. Esta es la indescriptible gloria que les espera a quienes a tiempo se han puesto a cuentas con el Señor, le han entregado su corazón, le sirven, le aman y esperan su venida. Toda tribulación habrá acabado. El camino que débilmente iniciamos el día que nos convertimos a Cristo tiene aquí su meta. Entonces diremos que valió la pena vivir, trabajar, sufrir y aun morir por Cristo. Sepámoslo bien, enfaticemos esto con la mayor energía: ¡Allí no seremos defraudados jamás!
Vivamos hoy de cara al trono de nuestro amado Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, aunque aun le veamos oscuramente (1Cor. 13:12), acerquémonos confiadamente al trono de la gracia. Bendito sea el Nombre de nuestro Señor que esto podemos hacerlo desde ya, continuamente, sin restricción alguna, y que siendo este trono el mismo que vio Isaías, y el mismo que se describe de distintas maneras en toda la palabra, para nosotros, los que estamos en Cristo, es el “trono de la gracia”. Allí podemos acudir confiadamente, sin temor alguno, y encontrar siempre al que nos levanta y la gracia que nos capacita para andar como es digno de la vocación con que fuimos llamados.
Efesios 4
1 Yo pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados,
2 con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor,
3 solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz;
4 un cuerpo, y un Espíritu, como fuisteis también llamados en una misma esperanza de vuestra vocación;
5 un Señor, una fe, un bautismo,
6 un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos, y por todos, y en todos.
Pues esto lo dice a raíz de que somos reyes y sacerdotes por eso la importancia de la verdadera humildad y unidad
(LEER TEMA PROMESAS 1,2,3)
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