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ATTE: ICLV






NO HURTARÁS

NO HURTARÁS
(Éxodo. 20:15)



No deberíamos tener problema alguno para entender este mandamiento. Pero la verdad es poco lo que realmente se entiende de este mandamiento ya que lo aplicamos solo a algunas cosas materiales y a una acción de tomar lo que no nos pertenece. Pero va mas allá de lo que nos imaginamos
Hurtar es apropiarnos sin permiso de algo, que pertenece a otra persona.

¿Qué prohíbe Dios en el octavo mandamiento?
“Dios prohíbe no solamente el robo pero no solamente lo llama robo sino también (1 Co. 6:10) rapiña (1 Co. 5:10, Is. 33:1)
que castiga la autoridad, sino que llama también robo a todos los medios malos y engaños con los cuales tratamos de apoderarnos del bien de nuestro prójimo (Lc. 3:14, 1 Ts. 4:6), ya sea por la fuerza o por una apariencia de derecho, como son:
el peso falso
, la mala mercadería (Pr. 11:1, 16:11, Ez. 45:9-10, Dt. 25:13),
la moneda falsa,
la usura (Sal. 15:5, Lc. 6:35),
o por cualquier otro medio prohibido por Dios. También prohíbe toda avaricia (1 Co. 6:10) y todo uso inútil de sus dones (Pr. 23:20-21, 21:20).

Cada uno de estos aspectos está atestiguado por textos de ambos testamentos. Pero hay un texto especialmente significativo que se puede colocar en el marco de este mandamiento en que se menciona el castigo por quebrantarlo y luego es retomado por el apóstol Pablo (Ex. 21:16, 1 Ti. 1:9-10).
El asunto cobra un relieve especial porque es uno de los pecados más graves enquistados en muchos países y, por tanto, de actualidad. El análisis del octavo mandamiento nos lleva del “qué prohíbe Dios” al “por qué es pecado robar” y al “¿podemos robar a Dios?”.

1. Hurtar, viola la ley de Dios sobre la propiedad

La primera norma que Dios dio al hombre está relacionada con la propiedad. Cuando puso a Adán en el huerto del Edén le mandó que “lo labrara y lo guardase” (Gn. 2:15-17). El verbo hebreo labrar sirve a la vez para cultivar, trabajar, servir y dar culto a Dios. ¿Qué sentido tiene si no había nadie más en el Edén? Esta pregunta ha tenido varias respuestas. Algunos piensan que tiene un significado ritual, es decir, debía guardar la santidad de una propiedad divina.
También está: no comerás pero porque ese árbol le pertenecía a Dios por lo tanto fue el primer robo.

Independientemente de su sentido, establece por primera vez el principio de la propiedad.
Después, en el resto del AT, Dios enseña a su pueblo la diferencia entre poseer y robar.
La ley de la propiedad reconoce que unos tienen más que otros, pero todo el mundo es propietario de algo. Este principio queda claro en Hch. 5:3-4, cuando Pedro recordó a Ananías que mientras retuviera la propiedad en su poder podía hacer con ella lo que quisiera. El pecado no consistió en que se guardara parte del dinero de la venta, sino que mintiera a Dios. Jesús, en algunas de las parábolas toma como referencia el derecho sobre la propiedad (Lc. 15).
Si todo el mundo tiene alguna posesión y Dios reconoce este hecho, por muy pequeña que sea, apoderarse de ella a la fuerza o con engaño significa violar éste derecho que Dios nos ha dado.

El profeta Amós condena a los que habían abandonado a Dios diciendo: “¿Cuándo pasará el mes y venderemos el trigo; y la semana, y abriremos los graneros del pan? Entonces achicaremos la medida, subiremos el precio, falsearemos con engaño la balanza” (Amós 8:5). Parece increíble que la Biblia contenga tantos pasajes sobre este tema pero es verdad. Para Dios era, como siempre ha sido pecado, una persona que adora al Señor el domingo y durante la semana hace trampas en sus negocios.

Sin embargo, ciertas posesiones pueden haber sido obtenidas ilegalmente o inmoralmente. ¿Qué hacer con esto?
Exequiel 33
14 Y cuando yo dijere al impío: De cierto morirás; si él se convirtiere de su pecado, e hiciere según el derecho y la justicia,
15 si el impío restituyere la prenda, devolviere lo que hubiere robado, y caminare en los estatutos de la vida, no haciendo iniquidad, vivirá ciertamente y no morirá.
16 No se le recordará ninguno de sus pecados que había cometido; hizo según el derecho y la justicia; vivirá ciertamente.

2. Hurtar, muestra un espíritu codicioso

Hurtar es el deseo de conseguir algo a cambio de nada, aprovecharse del esfuerzo de otros sin costo alguno, salvo si es sorprendido y detenido. Seguramente, el primer gran robo de la historia que narra la Biblia es el que tenemos relatado en Gn. 3:1-19.
Los ladrones nunca están satisfechos con lo que roban y siempre quieren obtener mayores ganancias. Es el espíritu codicioso del que nos habla Pr. 30:15-16 y por las comparaciones vemos que nunca está satisfecho.

Robar es pecado porque revela un espíritu codicioso que dice: “¡Dame! ¡Dame!”. El robo es la sanguijuela de la sociedad.

3. Hurtar, genera violencia

Las leyes humanas distinguen entre robo, robo con allanamiento (al penetrar en una casa) y robo con agravantes (con intimidación). El segundo tipo siempre conlleva un atentado a la propiedad y el tercero siempre va acompañado de la violencia. Santiago lo resume perfectamente (Stg. 4:1-2).
También comprobamos cómo la mayoría de ladrones van armados y están dispuestos a matar para apoderarse, en ocasiones, de alguna cosa insignificante. Una cosa lleva a la otra. Por otro lado, la respuesta al robo engendra igualmente violencia.

La primera reacción de una persona a la que le han robado, suele ser: violencia”. Por eso las leyes humanas limitan la agresión del que defiende sus propiedades, tal como sucedía en el AT (Éx. 22:2-3) en que Dios tuvo que poner límite a la reacción violenta que el robo suscita.

4. Robar a Dios

La pregunta fue formulada hace muchos siglos por el profeta Malaquías al pueblo de Israel (Mal. 3:8-9) para señalar las diferencias de la nación que había regresado del exilio y cómo se había acostumbrado a defraudar a Dios, solamente unos cien años después de haberse establecido de nuevo en Jerusalén. El profeta centró su mensaje en cuatro cosas en que Israel había fallado:

4.1 . En los sacrificios . Buscaban los peores animales del rebaño para presentarlos como ofrenda a Dios (1:13).

4.2. En sus vidas. No estaban viviendo como debería vivir el pueblo de Dios (2:11).

4.3. Los dirigentes. No daban ejemplo adecuado al pueblo y estaban dispuestos a enseñar cualquier cosa que la gente quisiera oír (2:7-8):

4.4. En sus ofrendas. No estaban trayendo los diezmos y ofrendas prescritos por la ley (3:9-10).

Queda claro que no dar a Dios lo que le corresponde es “robarle” y eso significa quebrantar el octavo mandamiento.

Quizás podemos ser muy escrupulosos en cumplir los siete mandamientos anteriores y, sin embargo, robar a Dios. (LEER TEMA: EL PODER DE LA OFRENDA DIEZMO Y PRIMICIA) por lo tanto quiero mencionar que los principios que deben prevalecer en la iglesia sobre la ofrenda son: sacrificada, alegre, voluntaria, espontánea, proporcionada, abundante, secreta, regular y confiada.

Seguramente, habrá otros aspectos que podemos tratar, como por ejemplo, los negocios fraudulentos, falsear pesos y medidas, no pagar los impuestos al Estado, no pagar lo que debemos, cobrar más de lo que vale a sabiendas, secuestrar a personas, que es robar la libertad, o la injusticia social. Nuestra intención ha sido centrarnos en las causas más que en los efectos

5. robar la libertad y la vida
Porque no solo podemos robar cosas sino también situaciones tiempos, vida, salud

El robo de la inocencia – las amistades dañinas que llevan a la persona al pecado, a la perdición. La influencia de las malas amistades tanto a nosotros como a nuestros hijos nos ha costado una gran pérdida de la formación cristiana. Amigos que nos enseñan a fumar, que nos influencian a hurtar y a ir más allá de los valores que aprendemos en el hogar, también es considerado un hurto. El Señor dice esto a todos los que se dedican a esto: “A cualquiera que haga tropezar a alguno de estos pequeños que creen en mí, mejor le fuera que se le colgara al cuello una piedra de molino de asno y que se le hundiera en lo profundo del mar” (Mateo 18:6). Según el Señor Jesucristo, robar a una persona su inocencia es un pecado muy serio.
Nota que en ningún otro tipo de robo Dios te está diciendo que es preferible que te mates, porque hay de aquel que haga tropezar a uno de mis pequeñitos. Por tanto si tu eres alguien que tienes una persona a cargo como un hijo natural o espiritual, la responsabilidad que tienes delante de Dios no solamente es grande sino muy delicada.

Ladrones de carácter y del buen nombre – las calumnias, lo que se dice de una persona aun antes de comprobar si lo que dicen es verdad, destruye el carácter y el buen nombre de la persona.

6- Robarle el lugar a Dios
Este es el más importante ya que si Dios está en el primer lugar el resto no será problema.
Robarle el primer lugar a Dios para usarlo en poner mis cosas “importantes.” Tales como trabajo, riquezas, familia, estudios, realización personal, lo cual te lleva a otro pecado que es idolatría.
Si tenemos demasiadas posiciones las podemos convertir en nuestro dios, como fue probablemente el caso del joven que quería saber cómo alcanzar la vida eterna y no le gustó la respuesta de Jesús (Mr. 10:17-31).

Las causas y las consecuencias
Las causas son por no entender los principios que Dios diseño para mi, y Hurtan los que no saben que mañana tendrán lo que ahora desean.
Cuando nosotros robamos, es por que ignoramos estos principios muy importantes:

1. El principio del amor. La Biblia dice, “amarás a tu prójimo como a ti mismo”.
2. El principio de sembrar y cosechar. La Biblia dice que todo lo que el hombre siembre, eso es lo que va a cosechar.
Por que cuando tu siembras robo ¿qué cosechas?
Isaías 33
1 ¡Ay de ti, que saqueas, y nunca fuiste saqueado; que haces deslealtad, bien que nadie contra ti la hizo! Cuando acabes de saquear, serás tú saqueado; y cuando acabes de hacer deslealtad, se hará contra ti.

3. El principio del respeto hacia los demás.
4. El principio de confiar en Dios para todas nuestras necesidades.
5. el principio de la administración en todas las cosas de tu vida
Te garantizo que si estás robando, no importa la manera, ni como lo justifiques. Dios no te puede bendecir, Dios no te puede honrar. Aun que ese es el más grande deseo de Dios.

Dios nada mas está esperando que la gente se arrepienta de su maldad, y que confíe en Él.
Él derramará de los cielos bendiciones hasta que sobre abunde. Dios ha prometido en su palabra “nunca te dejaré, nunca te abandonaré, siempre estaré a tu lado”. El dice, “mira las aves del cielo como no se preocupan. Y si tu Dios se encarga de ellas, ¡cuánto más no se va a encargar también de ti! Mira los lirios del campo que se visten más gloriosos que el mismo Salomón y sin embargo, si Dios viste a los lirios del campo de esa manera, ¡cuánto más Dios no te va a vestir a ti con elegancia!”

Consecuencias
Deuteronomio 28 :15-68

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