LA AUTORIDAD QUE SE NOS HA ENTREGADO
Mateo 10
1 Entonces llamando a sus doce discípulos, les dio autoridad sobre los espíritus inmundos, para que los echasen fuera, y para sanar toda enfermedad y toda dolencia.
SOY LO QUE PIENSO
LUCAS 20
2 y le hablaron diciendo: Dinos: ¿con qué autoridad haces estas cosas? ¿o quién es el que te ha dado esta autoridad?
3 Respondiendo Jesús, les dijo: Os haré yo también una pregunta; respondedme:
Éxodo 4
2 Y Jehová dijo: ¿Qué es eso que tienes en tu mano? Y él respondió: Una vara.
3 El le dijo: Echala en tierra. Y él la echó en tierra, y se hizo una culebra; y Moisés huía de ella.
4 Entonces dijo Jehová a Moisés: Extiende tu mano, y tómala por la cola. Y él extendió su mano, y la tomó, y se volvió vara en su mano.
5 Por esto creerán que se te ha aparecido Jehová, el Dios de tus padres, el Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob.
Sus pies, sus manos, su seno, su boca y su rostro.
"Y Jehová dijo: ¿Qué es eso que tienes en tu mano? Y él respondió: Una vara."
Romanos 10
8 Mas ¿qué dice? Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón. Esta es la palabra de fe que predicamos:
9 que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.
10 Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.
11 Pues la Escritura dice: Todo aquel que en él creyere, no será avergonzado.
A raíz de que Moisés era pastor él tenía una vara en símbolo de autoridad y de identidad. Por lo tanto ¿La vara era mágica? NO.
La palabra de Dios no es mágica pero si es poderosa para aquel que sabe cómo usarla
Dios permitió que Moisés tuviera en sus manos esa vara porque con esa vara se iba a enfrentar a faraón.
Símbolo de la palabra que se nos ha entregado
¿Qué es lo que hace de esa vara una vara especial?
Que estaba en las manos de Moisés a raíz de lo que él era. De lo que él debido a las circunstancias se había convertido. Era la historia de él.
Que es lo que hace la palabra especial?
Que está en ti en tu corazón
Moisés cuando fue llamado por Dios le dijo que él sería el hombre que usaría para sacar a Israel de la esclavitud, y Moisés medio incrédulo le preguntó: "Pero Dios, ¿cómo quieres que haga todo eso que me pides?" y Dios le pregunta lo que ya hemos leído: "¿Qué es eso que tienes en tu mano?".
Es decir, ¿cuál es la herramienta de tu trabajo? ¿Cómo te haces llamar? Porque esa vara le daba un nombre.
Moisés tenía una vara en la mano porque era pastor de ovejas,
Nosotros no tenemos una vara, pero tenemos otras cosas, y eso que Dios nos dio, es una herramienta que Él usará pero que primero eso tiene que ser transformado para darnos cuenta de lo delicado en confiar en lo que tenemos en las manos.
¿Qué es lo que tienes en tu mano? Un don, un talento, creatividad, música, una hermosa voz, artes, inteligencia, ingenio, amor, valentía, una sonrisa, alguna habilidad, curiosidad, filosofía, ciencia, administración, pasión, amistad, etc.
Lo que tienes en tus manos, es lo que Dios quiere usar para manifestar sus maravillas a través de tu vida.
Por eso vimos que a pesar de que Moisés fue preparado durante ochenta años; esa preparación lo hiso dependiente de el mismo, de su esfuerzo.
¿Por qué Dios le ordena a Moisés que suelte la vara de las manos?
Porque la palabra sin el, es como el que tiene toda la biblia en su cabeza pero no entiende nada.
Porque fue la manera que Dios eligió para que Moisés se identificara de ahí en adelante.
No participéis de las obras infructuosas de las tinieblas.
Las manos y lo que tienes en ellas es lo que se usan para identificarse y transferir.
Lo que tienes en las manos, después del lenguaje, fueron las que Dios eligió para identificarse, para transferir, para bendecir, para ejecutar, para la victoria, para identidad.
Las manos son para bendecir al pueblo, y para bendecir tu propia vida.
Pero no son las manos ni la vara en sí, sino que es la condición del corazón de la persona que manifiesta por medio de sus obras.
Por eso Dios le dijo a Moisés que tirara la vara pero luego le dice que la coja pero sabiendo lo que realmente era.
Éxodo 4
4 Entonces dijo Jehová a Moisés: Extiende tu mano, y tómala por la cola. Y él extendió su mano, y la tomó, y se volvió vara en su mano.
Nadie puede dar lo que no tiene, ni ser lo que no es.
Así que no son las apariencias lo que nos hace verdaderos cristianos o líderes, sino que Dios conoce nuestra condición y por eso es que necesitamos ese entrenamiento directamente en el espíritu.
Dios no se equivoca. Cuando yo estoy listo verdaderamente puedo transferir, pero cuando estoy mal, aún mis palabras, mi enseñanza, denota la enseñanza con la que me muevo, tanto en el mundo espiritual como material.
Hebreos 6
1 Por tanto, dejando ya los rudimentos de la doctrina de Cristo, vamos adelante a la perfección; no echando otra vez el fundamento del arrepentimiento de obras muertas, de la fe en Dios,
La vara era el callado del pastor con el cual cuidaba las ovejas.
Moisés toma por la cola y ella vuelve ser una vara en su mano.
Con ella se enfrentó a Faraón, abrió el Mar Rojo, golpeó la peña para sacar el agua y controló a Amalec, el enemigo del pueblo de Dios.
Pero tuvo que aprender a enfrentar lo imposible por medio de la palabra.
Éxodo 4
10 Entonces dijo Moisés a Jehová: ¡Ay, Señor! nunca he sido hombre de fácil palabra, ni antes, ni desde que tú hablas a tu siervo; porque soy tardo en el habla y torpe de lengua.
11 Y Jehová le respondió: ¿Quién dio la boca al hombre? ¿O quién hizo al mudo y al sordo, al que ve y al ciego? ¿No soy yo Jehová?
12 Ahora, pues, vé, y yo estaré con tu boca, y te enseñaré lo que hayas de hablar.
13 Y él dijo: ¡Ay, Señor! envía, te ruego, por medio del que debes enviar.
14 Entonces Jehová se enojó contra Moisés, y dijo: ¿No conozco yo a tu hermano Aarón, levita, y que él habla bien? Y he aquí que él saldrá a recibirte, y al verte se alegrará en su corazón.
15 Tú hablarás a él, y pondrás en su boca las palabras, y yo estaré con tu boca y con la suya, y os enseñaré lo que hayáis de hacer.
16 Y él hablará por ti al pueblo; él te será a ti en lugar de boca, y tú serás para él en lugar de Dios.
17 Y tomarás en tu mano esta vara, con la cual harás las señales.
18 Así se fue Moisés, y volviendo a su suegro Jetro, le dijo: Iré ahora, y volveré a mis hermanos que están en Egipto, para ver si aún viven. Y Jetro dijo a Moisés: Vé en paz.
19 Dijo también Jehová a Moisés en Madián: Vé y vuélvete a Egipto, porque han muerto todos los que procuraban tu muerte.
20 Entonces Moisés tomó su mujer y sus hijos, y los puso sobre un asno, y volvió a tierra de Egipto. Tomó también Moisés la vara de Dios en su mano.
Las palabras de Moisés estaban basadas en la experiencia y el conocimiento de sus ochenta años por lo tanto él no quería volver a Egipto y enfrentar a Faraón. Enfrentar lo que lo tiene esclavizado.
La mayoría de las personas sienten lo mismo al comienzo de su vida cristiana;
Prácticamente ninguno tiene la preparación para enfrentar lo imposible.
Pero acá es donde viene el cambio, y es cuando Dios dice: “Ahora, pues, ve, y yo estaré con tu boca, y te enseñaré lo que hayas de hablar”.
Y qué gozo es cuando uno siente que el Espíritu Santo está hablando y el pueblo de Dios está recibiendo provecho de la palabra dicha.
Pero lamentablemente aun así Moisés no entendió y Dios se enojó.
Éxodo 4
14 Entonces Jehová se enojó contra Moisés, y dijo: ¿No conozco yo a tu hermano Aarón, levita, y que él habla bien? Y he aquí que él saldrá a recibirte, y al verte se alegrará en su corazón.
15 Tú hablarás a él, y pondrás en su boca las palabras, y yo estaré con tu boca y con la suya, y os enseñaré lo que hayáis de hacer.
16 Y él hablará por ti al pueblo; él te será a ti en lugar de boca, y tú serás para él en lugar de Dios.
Estas decisiones determinarían el resto de su vida en el señor.
Cuarenta años de servicio
El llamado de Moisés frente a la zarza que no se consumía, y la promesa de Dios de estar con él, fueron la base y fundamento de los últimos cuarenta años de su vida.
Pero durante sus cuarenta años dependió de aron para hablar.
Este encuentro con Dios determino su enfrentamiento con Faraón, la celebración de la Pascua y el Éxodo de todo un pueblo, el pacto, la entrega de la ley en el monte Sinaí, la construcción del tabernáculo, la nube y el fuego de gloria, la presencia y dirección de Dios a lo largo de cuarenta años de travesía del desierto.
Dios mismo le había llamado y capacitado para la obra.
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