ESTABLECIENDO EL REINO EN MI

ESTABLECIENDO EL REINO EN MI




Mateo 12
18 He aquí mi siervo, a quien he escogido; Mi Amado, en quien se agrada mi alma; Pondré mi Espíritu sobre él, Y a los gentiles anunciará juicio.
19 No contenderá, ni voceará, Ni nadie oirá en las calles su voz.
20 La caña cascada no quebrará, Y el pábilo que humea no apagará, Hasta que saque a victoria el juicio.
21 Y en su nombre esperarán los gentiles.

Primero que todo debemos entender como el señor Jesús vino a “declarar justicia y establecer su reino en cada persona, para que a su vez este transmita el reino a otros”
“No gritará ni alzará su voz, ni la hará oír en las calles”

Tito 2
12 enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente,
13 aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo,
14 quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras.
15 Esto habla, y exhorta y reprende con toda autoridad. Nadie te menosprecie.

Aunque Jesús viene a “Liberar a los oprimidos” y ayudar a aquellos que están en esclavitud y pobreza. Su forma de enseñar es una solo comenzando desde la persona misma. Y es que somos transformados conforme aplicamos la verdad de Su Palabra a nuestras vidas.




Lucas 4
18 El Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos, Y vista a los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos;
19 A predicar el año agradable del Señor.

Por lo tanto una vida cristiana no comienza con cambios externos sino con la capacitación interna para producir cambios externos.

Ya que si no estamos preparados internamente no pretendamos tener poder para cambiar o administrar una vida externa (laboral, emocional o espiritual)

Por eso una de los principios sobre cambio interno y la manifestación del reino en nuestra vida está en que toda la creación de Dios es un reflejo de Su infinitud, diversidad e individualidad.
Dios no crea personas como simples fotocopias, sino individualidades únicas y aparentemente contradictorias.

El grado en que el Espíritu de Dios sea infundido o que cada uno de nosotros manifieste la llenura del Espíritu Santo, es el grado en que cada persona experimentará la libertad en cada ámbito de su vida

Pero lamentablemente nos hemos preocupado más por ser llenos de filosofía pagana que de someternos al Espíritu de Dios. Mas el cambio externo que el interno

Esto ocasiona que tú ya no dependas del espíritu sino de una corriente filosófica y que solo los que se paran a enseñar la palabra son los únicos que pueden entender los secretos del cambio de una vida o de una sociedad haciéndote dependientes de un pastor, una denominación y no de Dios.
Esto da como resultado que llegas a pensar que una vida en libertad es solo para pocos iluminados.
O que las riquezas son solo para algunos. Este pensamiento significa dependencia y no individualidad.
Es como el muchacho que estudia en una universidad. Él no se hace dependiente del maestro sino que toma del maestro para ejercer su propia profesión.


Por eso el señor Jesús mostro la forma más importante para producir cambios de esclavitud a libertad, con el “Espíritu” y llenos de “Poder”, sabiendo que la libertad interna manifestaría una verdadera libertad externa.

Por eso el señor Jesús enfatizaba la importancia de entrar, de nacer y de recibir al Espíritu Santo. Él sabía que el resultado inevitable de la libertad interna sería la libertad externa.

2 Corintios 3
17 Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad.

El señor Jesús estaba hablando claro que para obtener o disfrutar de una verdadera libertad no es imponiendo la Ley sobre nosotros, sino por un arduo y consistente trabajo de responsabilidad donde por medio de la palabra dejemos que nuestra manera de pensar sea cambiada. Ya que el cambio no viene si no hay nada que produzca el cambio.

Pero es reconociendo que la verdadera libertad solo viene a través de nuestra dependencia de Cristo. Dios libera la “Ley de la Libertad” dentro de nuestros corazones limpiados por la sangre de Cristo

Santiago 1
23 Porque si alguno es oidor de la palabra pero no hacedor de ella, éste es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural.
24 Porque él se considera a sí mismo, y se va, y luego olvida cómo era.
25 Mas el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en lo que hace.
26 Si alguno se cree religioso entre vosotros, y no refrena su lengua, sino que engaña su corazón, la religión del tal es vana.

1 de pedro 1
17 Y si invocáis por Padre a aquel que sin acepción de personas juzga según la obra de cada uno, conducíos en temor todo el tiempo de vuestra peregrinación;
18 sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata,
19 sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación,

Esto no quiere decir que la ley del Antiguo Testamento ha sido suprimida, sino que ahora el hombre puede cumplir la nueva ley, la cual es la del espíritu. Porque Dios nos ha dado poder para hacerlo.

Mientras más aplique Su ley una persona en su vida, mas prosperará y caminará en libertad