ROMPIENDO FORTALEZAS PARTE 3

ROMPIENDO FORTALEZAS PARTE 3
El templo de Dios




1 Samuel 5
1 Cuando los filisteos capturaron el arca de Dios, la llevaron desde Eben-ezer a Asdod.
2 Y tomaron los filisteos el arca de Dios, y la metieron en la casa de Dagón, y la pusieron junto a Dagón.
3 Y cuando al siguiente día los de Asdod se levantaron de mañana, he aquí Dagón postrado en tierra delante del arca de Jehová; y tomaron a Dagón y lo volvieron a su lugar.
4 Y volviéndose a levantar de mañana el siguiente día, he aquí que Dagón había caído postrado en tierra delante del arca de Jehová; y la cabeza de Dagón y las dos palmas de sus manos estaban cortadas sobre el umbral, habiéndole quedado a Dagón el tronco solamente.
5 Por esta causa los sacerdotes de Dagón y todos los que entran en el templo de Dagón no pisan el umbral de Dagón en Asdod, hasta hoy.
6 Y se agravó la mano de Jehová sobre los de Asdod, y los destruyó y los hirió con tumores en Asdod y en todo su territorio.
7 Y viendo esto los de Asdod, dijeron: No quede con nosotros el arca del Dios de Israel, porque su mano es dura sobre nosotros y sobre nuestro dios Dagón.
8 Convocaron, pues, a todos los príncipes de los filisteos, y les dijeron: ¿Qué haremos del arca del Dios de Israel? Y ellos respondieron: Pásese el arca del Dios de Israel a Gat. Y pasaron allá el arca del Dios de Israel.
9 Y aconteció que cuando la habían pasado, la mano de Jehová estuvo contra la ciudad con gran quebrantamiento, y afligió a los hombres de aquella ciudad desde el chico hasta el grande, y se llenaron de tumores.
10 Entonces enviaron el arca de Dios a Ecrón. Y cuando el arca de Dios vino a Ecrón, los ecronitas dieron voces, diciendo: Han pasado a nosotros el arca del Dios de Israel para matarnos a nosotros y a nuestro pueblo.
11 Y enviaron y reunieron a todos los príncipes de los filisteos, diciendo: Enviad el arca del Dios de Israel, y vuélvase a su lugar, y no nos mate a nosotros ni a nuestro pueblo; porque había consternación de muerte en toda la ciudad, y la mano de Dios se había agravado allí.
12 Y los que no morían, eran heridos de tumores; y el clamor de la ciudad subía al cielo.
Una de las cosas que más se ve en el pueblo de Dios; es precisamente lo que hicieron los filisteos y es querer llevar la gloria de Dios para sus templos.

¿Pero cuáles templos?
Son los que construimos en el mundo.
Tales como fama, gloria riqueza y fortuna.

Nos acercamos a Dios no para ir a él, sino para llevar su gloria a mi templo, y que Dios allá lleve bendición.

¿Pero por qué sucede eso?
Nota quienes eran los que tenían el arca, y quienes fueron los que se la llevaron.

Quienes tenían el arca era el pueblo de Dios
Pero quienes se la llevaron era un pueblo extranjero. Enemigo del pueblo de Dios.

Eso mismo sucede cuando una persona llega a la iglesia. Pero que no quiere someterse a Dios es como ese filisteo que quiere que Dios lo bendiga en todos sus planes pero no entregar su vida a él. No someterse a él.

¿Pero porque sucede esto?

Porque la persona sigue alimentando esas fortalezas, que es su manera de pensar conforme al mundo. Quiere la gloria de Dios pero sin dejar de ser filisteo o sea del mundo.
Una manera de darnos cuenta que alimentamos esta fortaleza es viendo nuestra manera de hablar.
Todo lo que hablamos, o la mayoría, es de los planes en este mundo.

Mateo 6
19 No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan;
20 sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan.
21 Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.
22 La lámpara del cuerpo es el ojo; así que, si tu ojo es bueno, todo tu cuerpo estará lleno de luz;
23 pero si tu ojo es maligno, todo tu cuerpo estará en tinieblas. Así que, si la luz que en ti hay es tinieblas, ¿cuántas no serán las mismas tinieblas?

Dejando de alimentar las fortalezas

Porque cuando tú alimentas esas fortalezas es como cuando tú construyes un templo para satanás per quieres meter a Dios ahí.

1 Samuel 5
2 Y tomaron los filisteos el arca de Dios, y la metieron en la casa de Dagón, y la pusieron junto a Dagón.

Que aunque le das el mismo lugar de adoración, pero aun así, tú estás tratando de llevar la gloria de Dios es a tus planes, y no de ir a donde esta Dios

Pero lo más peligroso de estas fortalezas, es que muchas veces nos vuelven tan ciegos que aunque vemos la mano de Dios advirtiéndonos que estamos haciendo las cosas mal, aun así no nos damos cuenta.

1 Samuel 5
3 Y cuando al siguiente día los de Asdod se levantaron de mañana, he aquí Dagón postrado en tierra delante del arca de Jehová; y tomaron a Dagón y lo volvieron a su lugar.
4 Y volviéndose a levantar de mañana el siguiente día, he aquí que Dagón había caído postrado en tierra delante del arca de Jehová; y la cabeza de Dagón y las dos palmas de sus manos estaban cortadas sobre el umbral, habiéndole quedado a Dagón el tronco solamente.
5 Por esta causa los sacerdotes de Dagón y todos los que entran en el templo de Dagón no pisan el umbral de Dagón en Asdod, hasta hoy.
Y todo porque lo que hacemos es alimentar en nuestra vida las fortalezas de los filisteos.
¿Y cuáles son esas fortalezas?
Los templos construidos a nuestros dioses, tales como; salud, riqueza, fama, poder.
¿Es malo esto?
No. Solo que cuando estos planes ocupan el mismo lugar de Dios o les contruimos altares de adoración entonces son solo templos construidos a demonios.

Dios les advirtió dos veces pero aun así los filisteos no entendieron.
Y todo porque ellos tenían un corazón que no se arrepentía, un corazón de filisteo y no de un israelita.

Mateo 6
21 Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.

Por tanto entre más grande sea tu tesoro acá en la tierra, mucho más difícil será destruirlo.

¿A qué tesoro se refiere?
Al templo en el cual entras continuamente a adorar.
Adoras tu dinero, adoras tu vida, adoras cualquier cosa que se material o emocional. Todo porque lo material y lo emocional te traen satisfacción.
Pero lo espiritual te significa destrucción de tus templos.

1 Samuel 15
22 Y Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros.
23 Porque como pecado de adivinación es la rebelión, y como ídolos e idolatría la obstinación. Por cuanto tú desechaste la palabra de Jehová, él también te ha desechado para que no seas rey.

No esperes a que Dios tenga que comenzar juicio.

Marcos 1
15 diciendo: El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio.


Hechos 3
19 Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio,
Dios escogió a muchos reyes para ser reyes pero no todos fueron conforme al corazón de Dios y por eso Dios los destruyo.
El pueblo de los filisteos quisieron la gloria de Dios, pero lo que nunca quisieron fue arrepentirse.

Luego de que el pueblo de los filisteos comenzaron a ver los juicios de Dios aun así no se arrepintieron.

1 Samuel 5
9 Y aconteció que cuando la habían pasado, la mano de Jehová estuvo contra la ciudad con gran quebrantamiento, y afligió a los hombres de aquella ciudad desde el chico hasta el grande, y se llenaron de tumores.
10 Entonces enviaron el arca de Dios a Ecrón. Y cuando el arca de Dios vino a Ecrón, los ecronitas dieron voces, diciendo: Han pasado a nosotros el arca del Dios de Israel para matarnos a nosotros y a nuestro pueblo.
11 Y enviaron y reunieron a todos los príncipes de los filisteos, diciendo: Enviad el arca del Dios de Israel, y vuélvase a su lugar, y no nos mate a nosotros ni a nuestro pueblo; porque había consternación de muerte en toda la ciudad, y la mano de Dios se había agravado allí.

Por eso hay gente que es tan pesimista Que si llueve, Que si se come un huevo
Que si el sol, Que si se rio julano seguro que es de mí. Etc.

Y para que se vayan esos espíritus es muy duro, porque sus fortalezas son tan grandes que ya no solo tienen fortalezas sino templos de adoración.

Un alma puede llegar a ser una nación
Un alma puede ser toda una familia.

Dios solo espera que tú te arrepientas, y te conviertas, para que tal vez toda una nación se salva.