APRENDIENDO A HABLAR parte 4

APRENDIENDO A HABLAR 4
ARMADOS PARA LA VICTORIA parte 3





El campo de batalla no está afuera. Está en tu mente.
Y lo que tú aceptes en tu mente, es lo que se manifestará afuera.

Tenemos que diferenciar entre lo que es nuestro, entre lo que nos ponen y entre lo que aceptamos.

Lo que aceptamos
Desde el comienzo Dios hablo claro diciéndonos que no aceptemos una palabra diferente a la de Él. Pero cuando nosotros aceptamos cosas que no vengan del reino de Dios, siempre vendrá la duda. Después de que llegue la duda viene la separación del amor de Dios; aunque ese amor no se acaba. Pero para poder volver a disfrutar en plenitud de ese amor, tenemos que tener solo una palabra en nuestro corazón, no dos, ya que Dios cuando nos hizo, nos hizo sin que nos faltara nada.

¿Por qué aceptamos palabras que no existen en el reino?
¿Por qué aceptamos cosas que no existen en el reino?

Porque sencillamente aceptamos “las verdades” del enemigo.

Cuando el hombre cree que tiene limitaciones es cuando el enemigo puede tomar control.

El enemigo no solo le ofreció Reinos al señor Jesús. Sino que también le ofreció Poder. Lo tentó a que demostrara con hechos prodigiosos que él si era Hijo de Dios.

¿Por qué Jesús no aceptó?
Primero: Para enseñarnos que se puede luchar contra el mal, venga de donde venga
Segundo: lo que gobierna en nuestra vida; es el reino que este en nuestro Corazón. Tercero: Donde nos toque estar físicamente no es lo importante. Lo importante es donde es que tenemos nuestro corazón. Si en las tinieblas o en la luz.
Cuarto: El Poder de este mundo es solo apariencia. Pues todo pasará.



Génesis 3
1 Pero la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho; la cual dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto?
2 Y la mujer respondió a la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto podemos comer;
3 pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis, para que no muráis.
4 Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis;
5 sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal.
6 Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella.
7 Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos; entonces cosieron hojas de higuera, y se hicieron delantales.

Cuando un problema llegue a tu vida no te dejes tentar tratando de demostrar que tú eres hijo de Dios más bien dile:

Vete, Satanás, vete problema, vete enfermedad, vete maldición porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él solo servirás.

Mateo 4
1 Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el diablo.
2 Y después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches, tuvo hambre.
3 Y vino a él el tentador, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, dí que estas piedras se conviertan en pan.
4 El respondió y dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.
5 Entonces el diablo le llevó a la santa ciudad, y le puso sobre el pináculo del templo,
6 y le dijo: Si eres Hijo de Dios, échate abajo; porque escrito está: A sus ángeles mandará acerca de ti, y, En sus manos te sostendrán, Para que no tropieces con tu pie en piedra.
7 Jesús le dijo: Escrito está también: No tentarás al Señor tu Dios.
8 Otra vez le llevó el diablo a un monte muy alto, y le mostró todos los reinos del mundo y la gloria de ellos,
9 y le dijo: Todo esto te daré, si postrado me adorares.
10 Entonces Jesús le dijo: Vete, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él solo servirás.
11 El diablo entonces le dejó; y he aquí vinieron ángeles y le servían.

Pero para tu poder decirle al enemigo que se vaya de tu vida, de tu entorno, de tu familia tienes que tener los requisitos de un rey.

Apocalipsis 19:
6 Y oí como la voz de una gran multitud, como el estruendo de muchas aguas, y como la voz de grandes truenos, que decía: ¡Aleluya, porque el Señor nuestro Dios Todopoderoso reina!
7 Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado.

1 Corintios 15
21 Porque por cuanto la muerte entró por un hombre, también por un hombre la resurrección de los muertos.
22 Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados.
23 Pero cada uno en su debido orden: Cristo, las primicias; luego los que son de Cristo, en su venida.
24 Luego el fin, cuando entregue el reino al Dios y Padre, cuando haya suprimido todo dominio, toda autoridad y potencia.
25 Porque preciso es que él reine hasta que haya puesto a todos sus enemigos debajo de sus pies.
26 Y el postrer enemigo que será destruido es la muerte.
27 Porque todas las cosas las sujetó debajo de sus pies. Y cuando dice que todas las cosas han sido sujetadas a él, claramente se exceptúa aquel que sujetó a él todas las cosas.

Los dos requisitos para un reino son:

1. Un rey, un monarca reinante.
2. Un reino con súbditos sobre quienes él reina.

1 corintios 4
20 Porque el reino de Dios no consiste en palabras, sino en poder.

Cuando tú entiendas que lo único que tienes que aceptar son las palabras del reino de Dios, y no las mentiras del enemigo; podrás volver a tener una relación perfecta con DIOS por cuanto as entendido que es reino.

Ezequiel 2
1 Me dijo: Hijo de hombre, ponte sobre tus pies, y hablaré contigo.
2 Y luego que me habló, entró el Espíritu en mí y me afirmó sobre mis pies, y oí al que me hablaba.

Luego de que tú decidas ponerte en pie, que quiere decir que dejes de adorar el poder de los problemas, enfermedades, maldiciones, y sobre todo que dejes de adorar el poder del pecado, es cuando Dios te hablara, por cuanto estas dispuesto a renunciar a tu manera de hablar, de lo contrario la palabra de Dios no hallara cabida en ti, por cuanto tu haz aceptado otro espíritu.

Lo importante no es donde te encuentras en este momento. Lo importante es donde es que tenemos en este momento nuestro corazón. Si en lugares de delicados pastos alimentándolo de la palabra viva, o en lugares de desperdicios.
Porque de donde nos estemos alimentando así mismo será nuestro semblante, por dentro y por fuera.


Jeremías 20
7 Me sedujiste, oh Jehová, y fui seducido; más fuerte fuiste que yo, y me venciste; cada día he sido escarnecido, cada cual se burla de mí.
8 Porque cuantas veces hablo, doy voces, grito: Violencia y destrucción; porque la palabra de Jehová me ha sido para afrenta y escarnio cada día.
9 Y dije: No me acordaré más de él, ni hablaré más en su nombre; no obstante, había en mi corazón como un fuego ardiente metido en mis huesos; traté de sufrirlo, y no pude.