ENGRANDECERÉ TU NOMBRE parte 4
1 crónicas 24
10 E invocó Jabes al Dios de Israel, diciendo: ¡Oh, si me dieras bendición, y ensancharas mi territorio, y si tu mano estuviera conmigo, y me libraras de mal, para que no me dañe! Y le otorgó Dios lo que pidió.
Las cuatro cosas que le pidió a Dios fue
Bendíceme
Ensánchame
Tu mano estuviera conmigo
Líbrame del mal.
Lo primero que dijo Jabés: "Bendíceme"
Todos los dolores lo único que lograrán es que hablemos de bendición.
Romanos 8
28 Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.
29 Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos.
La confesión de uno que ha salido realmente del mundo del pecado es; mi vida es bendición y todo es para bendición; si es cierto que todo lo que sufrió dolió, las lágrimas que solté dolieron, pero mi oración será: "Bendíceme, bendíceme, bendíceme" y todo será para bendición. Vamos a terminar el año diciendo:
Bendíceme Señor! no quiero más dolor, ya no me importa el dolor porque todo será para bien y como en una perla se convertirá porque del dolor saldrá la mejor adoración para Dios.
Jabes dijo: No me importa mi pasado, mi nombre, lo que dijeron de mi, mis padres, mi esposo(a)
¿Cuántos están cansados de llevar la carga del pasado, de su dolor?
Mateo 11
28 Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.
29 Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas;
30 porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga.
Porque la única carga que tu tienes que llevar es la bendición de ser hijo de Dios, y de disfrutar de todo cuanto hay en el reino.
Pero ser hijo de Dios es apartarse del pecado, del dolor, y mostrarles a todos el amor de Dios; como lo vimos el otro día. Que no hablemos de Cristo, sino en Cristo.
Y para poder llevar el amor de Dios tienes que ser tu mismo, no el que hizo el mundo, ni el pecado, ni la miseria, o la riqueza, sino el que fue hecho conforme a la imagen de Dios, o sea uno que entendió que se le dijo sojuzga, señorea, gobierna todo lo que se te ha entregado, pero todo bajo el poder de Dios.
Por eso recuerda, Jabes no fue Moisés que sacó a Israel, no fue David el dulce cantor que escribió los Salmos, no fue Isaías que vio la gloria de Dios, no fue Pedro trayendo un Pentecostés, Jabes era Jabes, alguien que no lo conocía nadie, pero que dijo:
No me importa, bendíceme, sí, me abandonaron, me maltrataron, me abusaron, ahora no me importa, eso solo me hará más fuerte, por lo tanto bendíceme. Recuerda tú tienes la última palabra, Dios te está esperando para poder bendecirte.
Mateo 1
14 Después que Juan fue encarcelado, Jesús vino a Galilea predicando el evangelio del reino de Dios,
15 diciendo: El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio.
Jabes no quiso tomar un vaso de agua, quiso el río, Jabés no quiso mojarse los pies quiso nadar en el río.
Bendíceme, también quiere decir que donde vaya también pueda bendecir a otros.
Dios te va a subir de nivel, donde vayas todos van a ser bendecidos por tu causa.
Isaías 66
5 Oíd palabra de Jehová, vosotros los que tembláis a su palabra: Vuestros hermanos que os aborrecen, y os echan fuera por causa de mi nombre, dijeron: Jehová sea glorificado. Pero él se mostrará para alegría vuestra, y ellos serán confundidos.
Vas a bendecir a los que están cerca de ti, vas a bendecir en tu trabajo, en tu casa, a tus amigos, los vas a bendecir, a los desconocidos, porque has cambiado tu dolor para convertirlos en las mejores perlas
Pero para todo esto tú tienes que seguir la estrella que te llevara donde esta Cristo.
La estrella es la palabra y la palabra se posa en Cristo para que tú tengas un encuentro con él.
Dice que los magos vieron la estrella y siguieron la estrella, pero cuando llegaron a Belén ¿cómo sabían cuál era el lugar donde había nacido Jesús? Dice el texto bíblico que la estrella se posó sobre la casa, o sea bajo del cielo,
Lo que no saben los que no ven la estrella es que nuestra bendición no tiene fronteras. Dile a Dios: Desde que te conozco, desde que estoy contigo, desde que eres mi amigo, desde que hablamos juntos, tú me has bendecido, bendecido, bendecido.
Y para ver la estrella tienes que ser uno en un millón, como lo vimos antes.
¿Entonces qué debemos empezar a destruir para ser bendecidos?
Se llama MIEDO Pero no el miedo que crees; sino el miedo a fallar, al pecado, a no poder alcanzar grandes logros o metas, miedo a creer para que puedas salir de la ruina, a disfrutar de las riquezas que tienes en el reino. Pero que no disfrutas porque tu miedo te absorbe.
Por eso hoy vas a conquistar tus bendiciones.
Para empezar:
Primero debes saber que es conquistar;
Es tener algo en el corazón para querer alcanzarlo.
Es llegar a una meta clara, como los magos cuando seguían la estrella.
Entonces conquistar es:
Adueñarme de algo, despojar, quitar, matar, someter lo que sea, a mi dominio total. Hasta en el amor por que tú te adueñas de esa persona y ya nadie puede tocarla.
Un buen conquistador debe tener claro que es lo que quiere conquistar, hacia donde se dirige, cuáles son sus objetivos, cuál será la estrategia a usar.
Debe tener bien definido qué es lo que se va hacer y cómo se hará; Ya sea: Si quieres alcanzar una meta o destruir un obstáculo en tu vida.
El Señor Jesús tenia bien claro lo que vino a hacer, y cómo y cuando lo iba a hacer. Y lo primero que él hace es conquistar, esto es que el Señor Jesús vino a derrotar, recuperar, dar la vida por ti. Porque; “PORQUE TU ERES ALGUIEN DE GRAN VALOR” que valía la pena dejar el cielo, por rescatar la gran y única obra que hizo con sus manos; TU
EL vino para que tú puedas ser bendecido y es gratis.
Isaías 43:4
4 Porque a mis ojos fuiste de gran estima, fuiste honorable, y yo te amé; daré, pues, hombres por ti, y naciones por tu vida.
I Juan 4:19
19 Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero.
Romanos 14:8-9
8 Pues si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos. Así pues, sea que vivamos, o que muramos, del Señor somos.
Siempre seremos bendecidos
Romanos 14:8-9
9 Porque Cristo para esto murió y resucitó, y volvió a vivir, para ser Señor. Así de los muertos como de los que viven.
Buscar este blog
ANUNCIO
DEBIDO A PROBLEMAS EN EL SERVIDOR DE DIVSHARE. LA MAYORÍA DE
LOS AUDIOS ANTERIORMENTE SUBIDOS SE HAN
PERDIDO.
A PARTIR DE ESTE MOMENTO ESTAREMOS EN UN NUEVO SERVIDOR
ACTUALIZANDO TODO EN LA PÁGINA
DISCÚLPENOS POR LA DEMORA EN LA SUBIDA DE NUEVOS TEMAS.
ATTE: ICLV
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario