LAS ETAPAS DEL UNGIDO

LAS ETAPAS DEL UNGIDO



1 Samuel 22
5 Pero el profeta Gad dijo a David: No te estés en este lugar fuerte; anda y vete a tierra de Judá. Y David se fue, y vino al bosque de Haret” (22:5).

Lucas 10
1 Después de estas cosas, designó el Señor también a otros setenta, a quienes envió de dos en dos delante de él a toda ciudad y lugar adonde él había de ir.
2 Y les decía: La mies a la verdad es mucha, mas los obreros pocos; por tanto, rogad al Señor de la mies que envíe obreros a su mies.
3 Id; he aquí yo os envío como corderos en medio de lobos.
4 No llevéis bolsa, ni alforja, ni calzado; y a nadie saludéis por el camino.
5 En cualquier casa donde entréis, primeramente decid: Paz sea a esta casa.
6 Y si hubiere allí algún hijo de paz, vuestra paz reposará sobre él; y si no, se volverá a vosotros.
7 Y posad en aquella misma casa, comiendo y bebiendo lo que os den; porque el obrero es digno de su salario. No os paséis de casa en casa.
8 En cualquier ciudad donde entréis, y os reciban, comed lo que os pongan delante;
9 y sanad a los enfermos que en ella haya, y decidles: Se ha acercado a vosotros el reino de Dios.


Después de David llevar un tiempo en el “lugar fuerte”, Dios le habla por medio del profeta Gad y le declara: “No te estés en este lugar fuerte; anda y vete a tierra de Judá”.

El ungido se estaba ya acostumbrando a la tranquilidad, la seguridad, a la ausencia de problemas, al mucho descanso. Era ya el tiempo de volver al desarrollo de la visión.

En el “lugar fuerte” nos sentimos cómodos. Los problemas dejan de molestarnos.

Lo que pasa afuera y lo que le pasa a otros, nos deja de preocupar. Nos encerramos dentro de nuestros lugares fuertes, por cuanto Dios ha cubierto nuestras necesidades.

En el “lugar fuerte” vivimos en la presencia de Dios. Nos sentimos cubiertos y protegidos.

Nuestra espiritualidad aumenta. Es tan bueno el lugar que no quisiéramos salir del mismo.

En el “lugar fuerte” estamos donde queremos estar.
Nos sentimos alejados de todo lo que nos molesta. Pero también es muy fácil olvidarnos del compromiso, por el cual Dios nos hizo reyes y sacerdotes.

Mateo 17
1 Seis días después, Jesús tomó a Pedro, a Jacobo y a Juan su hermano, y los llevó aparte a un monte alto;
2 y se transfiguró delante de ellos, y resplandeció su rostro como el sol, y sus vestidos se hicieron blancos como la luz.
3 Y he aquí les aparecieron Moisés y Elías, hablando con él.
4 Entonces Pedro dijo a Jesús: Señor, bueno es para nosotros que estemos aquí; si quieres, hagamos aquí tres enramadas: una para ti, otra para Moisés, y otra para Elías.

Dios le dice al ungido: “No te estés en éste lugar fuerte”.

Cuando Dios dice que ya estás listo, te tienes que mover.

A David le gustaba el lugar, pero ya Dios no lo quería ahí. La voluntad de Dios siempre tiene que ir por encima de nuestro propio placer y deseo.

Proverbios 4
26 Examina la senda de tus pies, Y todos tus caminos sean rectos.
27 No te desvíes a la derecha ni a la izquierda; Aparta tu pie del mal.

Lo que muchas veces nosotros decimos; “hemos llegado a la meta”, para Dios es solamente una estación provisional.

Luego, Dios le dice: “anda y vete a tierra de Judá”.
El ungido nunca ira a un lugar que Dios no le apruebe o lo envié. Hay que tener oídos para oír la voz de Dios.

A diferencia de aquellos, que solo viven picando en un lado y otro y luego dicen: es que ESE NO ERA, ES QUE EL DIABLO SE ME LEVANTO, ES QUE…
Los que no oyen o dejan de oír la voz de Dios, serán como Saúl; andando donde no deben andar, perdiendo tiempo, fuerza, y prometiendo cosas que no pueden cumplir, empezando por ellos mismos.

1 SAMUEL 22
5 “Y David se fue; y vino al bosque de Haret”. (Haret queda en las montañas de Judea)

Allí en Judá, el ungido buscó el lugar apropiado para refugiarse.
Un nuevo nivel de oración, de ayuno, y de revelación de la palabra.
Esta oración ya no es por sus necesidades, sino por los demás, por ministrar.

Una vez más estaría en la espera de Dios. Cuando el ungido no sepa que hacer debe esperar en Dios.


Los lugares fuertes son el lugar donde el ungido crece, es entrenado y madura en su ministerio.

El “lugar fuerte” es placentero, tranquilo, seguro… pero el ungido no se puede quedar siempre ahí, de lo contrario su visión se puede apagar.

Tienes que aprender, a moverte solo cuando Dios te diga y a donde Él te diga y no te moverás de ese lugar, a no ser que Dios te hable.

Cuando tú sales listo, el enemigo entenderá que tú has de reinar.

1 Samuel 24
20 Y ahora, como yo entiendo que tú has de reinar, y que el reino de Israel ha de ser en tu mano firme y estable,

Pero ten cuidado, cuando el enemigo reconozca tu unción, porque muchas veces lo hace para que tu bajes la guardia. Y trate de engañarte como lo hicieron los amalecitas con Josué


Ya que el tratará de manejar tus emociones. Ya que las armas del enemigo no son espirituales sino carnales. Por lo tanto el tratará de comunicarse es con tu alma por medio de tus sentimientos y tus sentidos.

Pero también, vemos cantidad de gente que su reacción es emocional y no una espiritual.

Hablan con las emociones, con lo que hay en el corazón.

Mateo 12
34 ¡Generación de víboras! ¿Cómo podéis hablar lo bueno, siendo malos? Porque de la abundancia del corazón habla la boca.
35 El hombre bueno, del buen tesoro del corazón saca buenas cosas; y el hombre malo, del mal tesoro saca malas cosas.

1 Samuel 24
16 Y aconteció que cuando David acabó de decir estas palabras a Saúl, Saúl dijo: ¿No es esta la voz tuya, hijo mío David? Y alzó Saúl su voz y lloró,
17 y dijo a David: Más justo eres tú que yo, que me has pagado con bien, habiéndote yo pagado con mal.

Su discurso era muy emotivo, pero no cambiaba el deseo de matar a David.

Le habló muy halagadamente, pero eso no significaba que había cambiando en su corazón.
Saúl era un buen político, sabía jugar con las palabras.

Tenemos que cuidarnos de personas que solo hablan bien y hablan mucho, pero cuando se emocionan, mas sin embargo hablan mal, cuando se les pasa la emoción, surge algún problema.
Solo los que pasen la prueba de corintios que dice:

1 corintios 13
4 El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece;
5 no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor;
6 no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad.
7 Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.

Estos son los que del buen tesoro del corazón sacan buenas cosas.

Saúl hizo una confesión de labios para afuera: “Yo entiendo que tú has de reinar”

Satanás también lo sabe, pero luchará para no dejarte reinar.

Luchará para que tú no llegues a realizar tu propósito.

Saúl también declara:
1 Samuel 24
20 Y ahora, como yo entiendo que tú has de reinar, y que el reino de Israel ha de ser en tu mano firme y estable,

Le dice la verdad, sabía que sería de bendición, pero aun así, lucharía para que no fuera una realidad.

Por eso tú tienes que aprender a moverte, a pasar las diferentes etapas, y no acomodarte mucho en la posición que se encuentra actualmente

Aquellos que se resisten a cambiar de estación, son los que se interesan más por la posición, que por la manifestación de la gloria de Dios a través de sus vidas.

El relato termina así: “y después Saúl regresó a su palacio, en tanto que David y los suyos se fueron a la fortaleza”

1 Samuel 24
22 Entonces David juró a Saúl. Y se fue Saúl a su casa, y David y sus hombres subieron al lugar fuerte.


El ungido a la “fortaleza” y el no ungido al “palacio”. Pero un día, el ungido habitaría en el palacio. Por ahora, solo tendría que esperar el momento de Dios.