EL PODER DE LAS EXCUSAS
Una de las razones más grandes del porque usamos las excusas es que no nos consideramos importantes como para ser parte de un propósito.
¿Cuántas excusas tenemos solo para empezar a creer que nuestra vida puede ser muy diferente y mucho mejor?
Cada excusa que usamos, solo nos lleva directamente a negar a Dios en nuestras vidas ya que cuando nos excusamos solo estamos diciendo que Dios no está con nosotros, que no somos importantes para él, que Dios no le interesa los deseos de nuestro corazón.
Y solo terminamos disfrazando nuestras excusas como razones espirituales, para no hacer lo que tenemos que hacer.
Pero cuando nos deshacemos de la excusa, solo queda el poder para hacer lo imposible y nace el verdadero deseo de obedecerle.
Excusarse no es de alguien que realmente ha crecido emocional física y espiritualmente.
El ejemplo esta con el mismo pueblo de Israel
Deuteronomio 7
6 Porque tú eres pueblo santo para Jehová tu Dios; Jehová tu Dios te ha escogido para serle un pueblo especial, más que todos los pueblos que están sobre la tierra.
7 No por ser vosotros más que todos los pueblos os ha querido Jehová y os ha escogido, pues vosotros erais el más insignificante de todos los pueblos;
8 sino por cuanto Jehová os amó, y quiso guardar el juramento que juró a vuestros padres, os ha sacado Jehová con mano poderosa, y os ha rescatado de servidumbre, de la mano de Faraón rey de Egipto.
También lo vemos con David quien representa las dos áreas de la elección. Una en que Dios lo eligió para ser rey pero también pero también el eligió no poner excusas para enfrentarse a Goliat.
Y así a cada uno de los que están en la palabra donde Dios les dice Yo sé quién eres, Yo te hice y se lo que he puesto en ti.
Pero todos tenían algo en común y era que ninguno sabía quién era ni lo que podía hacer, ni lo que tenía que hacer hasta que tuvieron revelación por causa de una palabra que vino directamente de Dios.
Juan 8
28 Les dijo, pues, Jesús: Cuando hayáis levantado al Hijo del Hombre, entonces conoceréis que yo soy, y que nada hago por mí mismo, sino que según me enseñó el Padre, así hablo.
29 Porque el que me envió, conmigo está; no me ha dejado solo el Padre, porque yo hago siempre lo que le agrada.
No pongas la enfermedad como excusa para no creer que seas sano.
No pongas la soledad como excusa para no poder ser feliz.
No pongas a los demás como excusa para no lograr tus metas.
No pongas la pobreza como excusa para no traer delante de Dios tu ofrenda.
No pongas al diablo como excusa para no hacer las cosas que tienes que hacer.
Enséñales a tus hijos con tu ejemplo que no hay excusas cuando deseamos hacer algo y lograr algo y sobre todo que no hay excusas para obedecerle a Dios.
Juan 8
28 Les dijo, pues, Jesús: Cuando hayáis levantado al Hijo del Hombre, entonces conoceréis que yo soy, y que nada hago por mí mismo, sino que según me enseñó el Padre, así hablo.
29 Porque el que me envió, conmigo está; no me ha dejado solo el Padre, porque yo hago siempre lo que le agrada.
Pero cuando tú insistes en las excusas delante de Dios. Solo conseguirás que Dios se enoje contra ti.
Exodo 4
1 Entonces Moisés respondió diciendo: He aquí que ellos no me creerán, ni oirán mi voz; porque dirán: No te ha aparecido Jehová.
2 Y Jehová dijo: ¿Qué es eso que tienes en tu mano? Y él respondió: Una vara.
3 El le dijo: Echala en tierra. Y él la echó en tierra, y se hizo una culebra; y Moisés huía de ella.
4 Entonces dijo Jehová a Moisés: Extiende tu mano, y tómala por la cola. Y él extendió su mano, y la tomó, y se volvió vara en su mano.
5 Por esto creerán que se te ha aparecido Jehová, el Dios de tus padres, el Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob.
6 Le dijo además Jehová: Mete ahora tu mano en tu seno. Y él metió la mano en su seno; y cuando la sacó, he aquí que su mano estaba leprosa como la nieve.
7 Y dijo: Vuelve a meter tu mano en tu seno. Y él volvió a meter su mano en su seno; y al sacarla de nuevo del seno, he aquí que se había vuelto como la otra carne.
8 Si aconteciere que no te creyeren ni obedecieren a la voz de la primera señal, creerán a la voz de la postrera.
9 Y si aún no creyeren a estas dos señales, ni oyeren tu voz, tomarás de las aguas del río y las derramarás en tierra; y se cambiarán aquellas aguas que tomarás del río y se harán sangre en la tierra.
10 Entonces dijo Moisés a Jehová: ¡Ay, Señor! nunca he sido hombre de fácil palabra, ni antes, ni desde que tú hablas a tu siervo; porque soy tardo en el habla y torpe de lengua.
11 Y Jehová le respondió: ¿Quién dio la boca al hombre? ¿O quién hizo al mudo y al sordo, al que ve y al ciego? ¿No soy yo Jehová?
12 Ahora, pues, vé, y yo estaré con tu boca, y te enseñaré lo que hayas de hablar.
13 Y él dijo: ¡Ay, Señor! envía, te ruego, por medio del que debes enviar.
14 Entonces Jehová se enojó contra Moisés, y dijo: ¿No conozco yo a tu hermano Aarón, levita, y que él habla bien? Y he aquí que él saldrá a recibirte, y al verte se alegrará en su corazón.
Dios le muestra su poder, hace milagro delante de él; y todavía este dice es que no se hablar
Tus excusas solo enojan a Dios cuando el té ha hecho su hijo, cuando ha quitado todo derecho legal del enemigo sobre tu vida, cuando te ha dado autoridad para echar fuera demonios, cuando te ha dado autoridad para poner las manos sobre los enfermos y sanar.
¿Cómo esperas que Dios cambie tu vida si solo te la pasas escudándote en tus excusas en todo momento?
Que no puedo empezar un negocio porque no tengo con qué.
Que no puedo buscar de Dios porque no tengo tiempo
Que no puedo diezmar porque no me alcanza; aun que esta es la que más excusas sacamos, que está el diablo dice; este no necesita ayuda antes me da ideas.
Isaías 8
11 Porque Jehová me dijo de esta manera con mano fuerte, y me enseñó que no caminase por el camino de este pueblo, diciendo:
12 No llaméis conspiración a todas las cosas que este pueblo llama conspiración; ni temáis lo que ellos temen, ni tengáis miedo.
13 A Jehová de los ejércitos, a él santificad; sea él vuestro temor, y él sea vuestro miedo.
Dios puede levantarte de un fracaso porque escrito esta “siete veces cae el justo pero siete veces es levantado” pero de una excusa es imposible si tu no cambias como lo que le sucedió a Moisés.
Y lo peor este tipo de personas son las que buscan que alguien los justifique, que les dé la razón. Y que les digan “Sí, tienes toda la razón, ¡qué barbaridad que difícil tu vida yo te entiendo!”, pero luego dicen: “donde está el evangelio del que tanto habla”.
Por eso una persona que vive de excusas para no hacer lo que tiene que hacer es una persona que no produce admiración, sino solo lástima.
Algo que si tengo claro es que la palabra está llena de personas que por la posición que tenían producían lastima, tristeza y dolor. Pero que cuando uno los ve actuar en fe son los que mayor admiración produjeron.
José en el libro de génesis su posición era de lastima y dolor, pero su actitud produce solo admiración.
Lo mismo veo aun en la iglesia personas que muchas veces lo que ganan no les alcanza para un almuerzo, pero nunca los he visto poner eso como excusa para no diezmar.
Marcos 12
42 Y vino una viuda pobre, y echó dos blancas, o sea un cuadrante.
43 Entonces llamando a sus discípulos, les dijo: De cierto os digo que esta viuda pobre echó más que todos los que han echado en el arca;
44 porque todos han echado de lo que les sobra; pero ésta, de su pobreza echó todo lo que tenía, todo su sustento.
En el caso de Moisés, el plan original de Dios era que Aarón lo ayudara. Pero las excusas de Moisés cambiaron el orden del plan que Dios tenia para ellos y Moisés termino perdiendo aunque en el momento aparentemente gano o se libró de la responsabilidad por causa de sus excusas. Pero esto al final se fue sumando con otra serie de errores que le costaron que no entrara a la tierra prometida.
Pero la pregunta seria
No de quien viene la excusa sino ¿De dónde viene la excusa?
La excusa viene de prestarle atención a las malas enseñanzas.
Génesis 3
11 Y Dios le dijo: ¿Quién te enseñó que estabas desnudo? ¿Has comido del árbol de que yo te mandé no comieses?
Deuteronomio 4
1 Ahora, pues, oh Israel, oye los estatutos y decretos que yo os enseño, para que los ejecutéis, y viváis, y entréis y poseáis la tierra que Jehová el Dios de vuestros padres os da.
2 No añadiréis a la palabra que yo os mando, ni disminuiréis de ella, para que guardéis los mandamientos de Jehová vuestro Dios que yo os ordeno.
Proverbios 31
1 Palabras del rey Lemuel; la profecía con que le enseñó su madre.
2 ¿Qué, hijo mío? ¿y qué, hijo de mi vientre? ¿Y qué, hijo de mis deseos?
3 No des a las mujeres tu fuerza, Ni tus caminos a lo que destruye a los reyes.
4 No es de los reyes, oh Lemuel, no es de los reyes beber vino, Ni de los príncipes la sidra;
5 No sea que bebiendo olviden la ley, Y perviertan el derecho de todos los afligidos.
6 Dad la sidra al desfallecido, Y el vino a los de amargado ánimo.
7 Beban, y olvídense de su necesidad, Y de su miseria no se acuerden más.
Eclesiastés 12
9 Y cuanto más sabio fue el Predicador, tanto más enseñó sabiduría al pueblo; e hizo escuchar, e hizo escudriñar, y compuso muchos proverbios.
10 Procuró el Predicador hallar palabras agradables, y escribir rectamente palabras de verdad.
11 Las palabras de los sabios son como aguijones; y como clavos hincados son las de los maestros de las congregaciones, dadas por un Pastor.
12 Ahora, hijo mío, a más de esto, sé amonestado. No hay fin de hacer muchos libros; y el mucho estudio es fatiga de la carne.
13 El fin de todo el discurso oído es este: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre.
14 Porque Dios traerá toda obra a juicio, juntamente con toda cosa encubierta, sea buena o sea mala.
Lo más peligroso en nuestra vida no es el pecado es la excusa. Ya que la excusa es lo que nos encarcela en las consecuencias del pecado.
A Moisés lo limitó la excusa, no su limitación para hablar. A Adán y Eva, no los arruinó el pecado, sino las excusas que pusieron
¿Cuál es tu excusa para no orar, para no buscar al Señor, para no servirlo, para no terminar lo que iniciaste, para no ofrendar, para no superarte?
Cuál es tu excusa para no hacer lo que Dios te mando a hacer.
Renuncia a las excusas y serás libre del poder del pecado y de toda maldición.
Juan 15
22 Si yo no hubiera venido, ni les hubiera hablado, no tendrían pecado; pero ahora no tienen excusa por su pecado.
23 El que me aborrece a mí, también a mi Padre aborrece.
24 Si yo no hubiese hecho entre ellos obras que ningún otro ha hecho, no tendrían pecado; pero ahora han visto y han aborrecido a mí y a mi Padre.
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