EL EVANGELIO DE JOSUÉ Y CALEB
Josué y Caleb eran:
Determinados, emprendedores, seguros, diligentes, activos, conquistadores, guerreros.
Aunque nunca subieron al monte Sinaí como Moisés, ni nunca Dios les hablo directamente como lo hizo con Moisés. Aunque más adelante Dios le habla a Josué y no se registra que le habla a Caleb directamente.
Números 14
6 Y Josué hijo de Nun y Caleb hijo de Jefone, que eran de los que habían reconocido la tierra, rompieron sus vestidos,
7 y hablaron a toda la congregación de los hijos de Israel, diciendo: La tierra por donde pasamos para reconocerla, es tierra en gran manera buena.
8 Si Jehová se agradare de nosotros, él nos llevará a esta tierra, y nos la entregará; tierra que fluye leche y miel.
9 Por tanto, no seáis rebeldes contra Jehová, ni temáis al pueblo de esta tierra; porque nosotros los comeremos como pan; su amparo se ha apartado de ellos, y con nosotros está Jehová; no los temáis.
10 Entonces toda la multitud habló de apedrearlos. Pero la gloria de Jehová se mostró en el tabernáculo de reunión a todos los hijos de Israel,
11 y Jehová dijo a Moisés: ¿Hasta cuándo me ha de irritar este pueblo? ¿Hasta cuándo no me creerán, con todas las señales que he hecho en medio de ellos?
Ellos hablan la palabra más importante “Si Jehová se agradare de nosotros”
DIOS no hablo con ellos, pero el nombre de ellos si llego a los oídos de Dios.
Números 14
24 Pero a mi siervo Caleb, por cuanto hubo en él otro espíritu, y decidió ir en pos de mí, yo le meteré en la tierra donde entró, y su descendencia la tendrá en posesión.
Pero otros fueron famosos por lo contrario.
Números 14
30 Vosotros a la verdad no entraréis en la tierra, por la cual alcé mi mano y juré que os haría habitar en ella; exceptuando a Caleb hijo de Jefone, y a Josué hijo de Nun.
Números 26
64 Y entre éstos ninguno hubo de los contados por Moisés y el sacerdote Aarón, quienes contaron a los hijos de Israel en el desierto de Sinaí.
65 Porque Jehová había dicho de ellos: Morirán en el desierto; y no quedó varón de ellos, sino Caleb hijo de Jefone y Josué hijo de Nun.
Tu nombre tiene fama arriba por valiente o solo te quejas de que si tan solo por un momento de su presencia, pero eres un cobarde a la hora de enfrentar tus enemigos.
La mayoría quiere ir al monte Sinaí con Moisés pero no quiere cruzar como un vencedor el desierto.
Josué y Caleb no vieron a Dios escribir los mandamientos en una tabla de piedra, pero si pudieron ver el poder de Dios fluyendo a través de sus manos y sus cuerpos.
Números 14
6 Y Josué hijo de Nun y Caleb hijo de Jefone, que eran de los que habían reconocido la tierra, rompieron sus vestidos,
7 y hablaron a toda la congregación de los hijos de Israel, diciendo: La tierra por donde pasamos para reconocerla, es tierra en gran manera buena.
8 Si Jehová se agradare de nosotros, él nos llevará a esta tierra, y nos la entregará; tierra que fluye leche y miel.
9 Por tanto, no seáis rebeldes contra Jehová, ni temáis al pueblo de esta tierra; porque nosotros los comeremos como pan; su amparo se ha apartado de ellos, y con nosotros está Jehová; no los temáis.
10 Entonces toda la multitud habló de apedrearlos. Pero la gloria de Jehová se mostró en el tabernáculo de reunión a todos los hijos de Israel,
Estos hombres vieron el milagro en sus propias manos por causa de a quien le habían creído. No solo fueron de los que hablaron de que Dios les mostro, sino que fueron de los que actuaron para tomar su promesa.
Por eso Dios les habla:
Deuteronomio 1
35 No verá hombre alguno de estos, de esta mala generación, la buena tierra que juré que había de dar a vuestros padres,
36 excepto Caleb hijo de Jefone; él la verá, y a él le daré la tierra que pisó, y a sus hijos; porque ha seguido fielmente a Jehová.
37 También contra mí se airó Jehová por vosotros, y me dijo: Tampoco tú entrarás allá.
38 Josué hijo de Nun, el cual te sirve, él entrará allá; anímale, porque él la hará heredar a Israel.
Caleb cuarenta y cinco años después dice:
Josué 14
6 Y los hijos de Judá vinieron a Josué en Gilgal; y Caleb, hijo de Jefone cenezeo, le dijo: Tú sabes lo que Jehová dijo a Moisés, varón de Dios, en Cades-barnea, tocante a mí y a ti.
7 Yo era de edad de cuarenta años cuando Moisés siervo de Jehová me envió de Cades-barnea a reconocer la tierra; y yo le traje noticias como lo sentía en mi corazón.
8 Y mis hermanos, los que habían subido conmigo, hicieron desfallecer el corazón del pueblo; pero yo cumplí siguiendo a Jehová mi Dios.
9 Entonces Moisés juró diciendo: Ciertamente la tierra que holló tu pie será para ti, y para tus hijos en herencia perpetua, por cuanto cumpliste siguiendo a Jehová mi Dios.
10 Ahora bien, Jehová me ha hecho vivir, como él dijo, estos cuarenta y cinco años, desde el tiempo que Jehová habló estas palabras a Moisés, cuando Israel andaba por el desierto; y ahora, he aquí, hoy soy de edad de ochenta y cinco años.
11 Todavía estoy tan fuerte como el día que Moisés me envió; cual era mi fuerza entonces, tal es ahora mi fuerza para la guerra, y para salir y para entrar.
12 Dame, pues, ahora este monte, del cual habló Jehová aquel día; porque tú oíste en aquel día que los anaceos están allí, y que hay ciudades grandes y fortificadas. Quizá Jehová estará conmigo, y los echaré, como Jehová ha dicho.
13 Josué entonces le bendijo, y dio a Caleb hijo de Jefone a Hebrón por heredad.
14 Por tanto, Hebrón vino a ser heredad de Caleb hijo de Jefone cenezeo, hasta hoy, por cuanto había seguido cumplidamente a Jehová Dios de Israel.
Para muchos Moisés fue un hombre espiritual. Pero aunque estuvo en la presencia de Dios mismo, no entro a conquistar su tierra prometida. Y eso que era el que más espiritual, el que más Dios le hablaba, el que más pudo disfrutar de la gloria de Dios.
Y a pesar de que Moisés había sido entrenado para el combate cuando estuvo en palacio de faraón, no entendió la regla básica de los conquistadores de reinos; que él tenía que aprender a vencer.
Lo más seguro es que para nuestros tiempos ya no tenemos que enfrentarnos en una guerra con otros hombres. Pero si tenemos una guerra verdadera espiritual contra potestades de las tinieblas.
Efesios 6
12 Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.
13 Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes.
14 Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia,
15 y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz.
16 Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno.
17 Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios;
Por lo tanto si tu actitud es la de solo escuchar la voz de Dios, y no entender que Dios también te dijo que tenías que actuar como un verdadero guerrero, lo más seguro es que nunca alcances ninguna promesa.
Por eso Moisés dice:
Deuteronomio 1
37 También contra mí se airó Jehová por vosotros, y me dijo: Tampoco tú entrarás allá.
38 Josué hijo de Nun, el cual te sirve, él entrará allá; anímale, porque él la hará heredar a Israel.
Por eso la importancia de escuchar a Dios, pero también la importancia de actuar conforme a la palabra que él te da.
Deuteronomio 1
40 Pero vosotros volveos e id al desierto, camino del Mar Rojo.
41 Entonces respondisteis y me dijisteis: Hemos pecado contra Jehová; nosotros subiremos y pelearemos, conforme a todo lo que Jehová nuestro Dios nos ha mandado. Y os armasteis cada uno con sus armas de guerra, y os preparasteis para subir al monte.
42 Y Jehová me dijo: Diles: No subáis, ni peleéis, pues no estoy entre vosotros; para que no seáis derrotados por vuestros enemigos.
43 Y os hablé, y no disteis oído; antes fuisteis rebeldes al mandato de Jehová, y persistiendo con altivez subisteis al monte.
44 Pero salió a vuestro encuentro el amorreo, que habitaba en aquel monte, y os persiguieron como hacen las avispas, y os derrotaron en Seir, hasta Horma.
45 Y volvisteis y llorasteis delante de Jehová, pero Jehová no escuchó vuestra voz, ni os prestó oído.
Dios tal vez a algunos le permita disfrutar directamente de su presencia y hacer milagros como los que hizo Moisés. Pero a todos les dio el don de hacer proezas en su nombre.
Moisés hizo que cayeran las plagas en Egipto porque Dios se lo dijo.
Abrió el mar rojo porque Dios se lo dijo.
Hizo que saliera agua de la peña porque Dios se lo dijo.
Deuteronomio 34
10 Y nunca más se levantó profeta en Israel como Moisés, a quien haya conocido Jehová cara a cara;
11 nadie como él en todas las señales y prodigios que Jehová le envió a hacer en tierra de Egipto, a Faraón y a todos sus siervos y a toda su tierra,
12 y en el gran poder y en los hechos grandiosos y terribles que Moisés hizo a la vista de todo Israel.
Pero a Josué y Caleb no les dijo nada; pero ellos sabían hacer proezas en su nombre.
Josué y Caleb conquistaron su tierra porque no solo creyeron a lo que Dios les dijo. Sino que también creyeron que DIOS estaba con ellos para vencer.
Por eso si tú quieres conquistar no solo el cielo sino también tus promesas tienes que aprender principios, y el primer principio es:
LO QUE LLEGA A MI VIDA
Génesis 15
1 Después de estas cosas vino la palabra de Jehová a Abram en visión, diciendo: No temas, Abram; yo soy tu escudo, y tu galardón será sobremanera grande.
Deuteronomio 33
29 Bienaventurado tú, oh Israel. ¿Quién como tú, Pueblo salvo por Jehová, Escudo de tu socorro, Y espada de tu triunfo? Así que tus enemigos serán humillados, Y tú hollarás sobre sus alturas.
2 Samuel 22
31 En cuanto a Dios, perfecto es su camino, Y acrisolada la palabra de Jehová. Escudo es a todos los que en él esperan.
32 Porque ¿quién es Dios, sino sólo Jehová? ¿Y qué roca hay fuera de nuestro Dios?
33 Dios es el que me ciñe de fuerza, Y quien despeja mi camino;
34 Quien hace mis pies como de ciervas, Y me hace estar firme sobre mis alturas;
35 Quien adiestra mis manos para la batalla, De manera que se doble el arco de bronce con mis brazos.
36 Me diste asimismo el escudo de tu salvación, Y tu benignidad me ha engrandecido.
37 Tú ensanchaste mis pasos debajo de mí, Y mis pies no han resbalado.
38 Perseguiré a mis enemigos, y los destruiré, Y no volveré hasta acabarlos.
39 Los consumiré y los heriré, de modo que no se levanten; Caerán debajo de mis pies.
40 Pues me ceñiste de fuerzas para la pelea; Has humillado a mis enemigos debajo de mí,
Por lo tanto nada llegara a tu vida sino pasa por el Espíritu de Dios que es tu escudo.
Si no tienes paz si estas preocupado es porque Dios no es tu escudo. Y los dardos del enemigo están traspasando tu corazón.
Efesios 6
16 Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno.
Para el resto del pueblo de Israel solo se llenaron de resentimiento porque ellos querían que Dios les hiciera todo.
Y cuando hay resentimiento solo podremos manifestar un espíritu de hipocresía delante de Dios. Y llegamos a actuar como actuó el pueblo de Israel. Que anduvieron por el desierto paro con un doble ánimo.
Por eso el resentimiento solo lo tapa la hipocresía; la cual produce una raíz de amargura y comienzas a murmurar. Y cuando murmuras es cuando más pierdes promesas en tu vida. Al igual que el pueblo de Israel.
Éxodo 16
8 Dijo también Moisés: Jehová os dará en la tarde carne para comer, y en la mañana pan hasta saciaros; porque Jehová ha oído vuestras murmuraciones con que habéis murmurado contra él; porque nosotros, ¿qué somos? Vuestras murmuraciones no son contra nosotros, sino contra Jehová.
Cuando murmuras es cuando más pierdes promesas en tu vida.
Deuteronomio 1
31 Y en el desierto has visto que Jehová tu Dios te ha traído, como trae el hombre a su hijo, por todo el camino que habéis andado, hasta llegar a este lugar.
32 Y aun con esto no creísteis a Jehová vuestro Dios,
33 quien iba delante de vosotros por el camino para reconoceros el lugar donde habíais de acampar, con fuego de noche para mostraros el camino por donde anduvieseis, y con nube de día.
34 Y oyó Jehová la voz de vuestras palabras, y se enojó, y juró diciendo:
35 No verá hombre alguno de estos, de esta mala generación, la buena tierra que juré que había de dar a vuestros padres,
36 excepto Caleb hijo de Jefone; él la verá, y a él le daré la tierra que pisó, y a sus hijos; porque ha seguido fielmente a Jehová.
El pueblo de Israel se llenó de ira cuando vio que la tierra que Dios le había prometido estaba llena de gigantes. Excepto Josué y Caleb.
Al ver esto el pueblo, los llevo a contienda contra Dios.
Y la raíz o la razón de la contienda es la búsqueda de lo suyo propio bajo sus propias condiciones.
Son tipos de personas que solo quieren que les hablen a su manera que los traten conforme a sus deseos.
El que persiste en esto es una persona que no ha conocido a Dios. Por lo tanto Dios no puede ser su fortaleza ni su escudo.
El que escucha no obedece nada
Pero el que oye sabe a lo que ha venido. Y es a aprender para saber actuar.
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