ROMPIENDO MALDICIONES 6

ROMPIENDO MALDICIONES 6
La Puerta del cielo



Apocalipsis 4
1 Después de esto miré, y he aquí una puerta abierta en el cielo; y la primera voz que oí, como de trompeta, hablando conmigo, dijo: Sube acá, y yo te mostraré las cosas que sucederán después de estas.
2 Y al instante yo estaba en el Espíritu; y he aquí, un trono establecido en el cielo, y en el trono, uno sentado.

Una cosa es tener nuestras puertas con guardias, otra derribar las puertas del enemigo, pero muy diferente es ser transportado a través de la puerta del cielo.

Pero para poder pasar por esa puerta primero tienes que ser consagrado o apartado para Dios.

Levíticos 8
33 De la puerta del tabernáculo de reunión no saldréis en siete días, hasta el día que se cumplan los días de vuestras consagraciones; porque por siete días seréis consagrados.

Siete días significan llegar a la estatura de Cristo. Por eso vimos el martes sobre la caña de oro para medir las puertas.

Entonces como es el proceso para ser transportados por la puerta eterna para poder ver lo que es verdadero y eterno.

1 crónicas 22
19 Poned, pues, ahora vuestros corazones y vuestros ánimos en buscar a Jehová vuestro Dios; y levantaos, y edificad el santuario de Jehová Dios, para traer el arca del pacto de Jehová, y los utensilios consagrados a Dios, a la casa edificada al nombre de Jehová.

Quien verdaderamente tiene el deseo de pasar a lo que es eterno buscará la puerta del cielo.

Juan 10
7 Volvió, pues, Jesús a decirles: De cierto, de cierto os digo: Yo soy la puerta de las ovejas.
8 Todos los que antes de mí vinieron, ladrones son y salteadores; pero no los oyeron las ovejas.
Que sucede a los que buscan pasar por esta puerta?
Te apartan de lo creado por la carne, a lo no creado por carne.
La puerta del cielo te aparta.

Tus puertas están entre los otros.
Pero la puerta que es Cristo te pone aparte

La puerta del matrimonio te aparta de los demás para matrimonio.

Pero para pasar a por esa puerta te tienes que apartar para Dios.
Es querer vivir diferente a los demás.
Pasar por esa puerta es consagración.
Consagración es intocable por cuanto fue apartado.
Que ya no se encuentra entre; sino en un nivel diferente.

Mientras que tú no hayas entrado por esta puerta no podrás ir a otros

Para ir a otros tenemos que entrar primero por la puerta eterna
Para entender esto miremos primero.
¿De dónde viene el señor?
¿Del hombre o de Dios?

Juan 8
14 Respondió Jesús y les dijo: Aunque yo doy testimonio acerca de mí mismo, mi testimonio es verdadero, porque sé de dónde he venido y a dónde voy; pero vosotros no sabéis de dónde vengo, ni a dónde voy.
15 Vosotros juzgáis según la carne; yo no juzgo a nadie.
16 Y si yo juzgo, mi juicio es verdadero; porque no soy yo solo, sino yo y el que me envió, el Padre.

Juan 8
42 Jesús entonces les dijo: Si vuestro padre fuese Dios, ciertamente me amaríais; porque yo de Dios he salido, y he venido; pues no he venido de mí mismo, sino que él me envió.
43 Por qué no entendéis mi lenguaje? Porque no podéis escuchar mi palabra.

Y recuerda la palabra es el guardián en cada una de tus puertas.
Por eso si tú vas en nombre de un hombre denominación o credo, o aun de un testimonio por un milagro tú vas de parte de los hombres.

Pero si vas de parte de Dios aras únicamente la voluntad en lo que Dios te mando a hacer en la tierra.

Pero esto solo lo pueden entender los que han salido del padre.
Para los demás esto es locura como tuvieron al señor cuando dijo que él salió del padre.

Juan 8
42 Jesús entonces les dijo: Si vuestro padre fuese Dios, ciertamente me amaríais; porque yo de Dios he salido, y he venido; pues no he venido de mí mismo, sino que él me envió.
43 Por qué no entendéis mi lenguaje? Porque no podéis escuchar mi palabra.

Y recuerda la palabra es el guardián en cada una de tus puertas.

Por eso es que muchos hablan como el hombre ciego, que aunque participa de lo que el padre envió a través de su hijo. Él no sabía predicar; el solo conocía y enseñaba únicamente lo que había recibido.

Juan 9
1 Al pasar Jesús, vio a un hombre ciego de nacimiento.
2 Y le preguntaron sus discípulos, diciendo: Rabí, ¿quién pecó, éste o sus padres, para que haya nacido ciego?
3 Respondió Jesús: No es que pecó éste, ni sus padres, sino para que las obras de Dios se manifiesten en él.
4 Me es necesario hacer las obras del que me envió, entre tanto que el día dura; la noche viene, cuando nadie puede trabajar.
5 Entre tanto que estoy en el mundo, luz soy del mundo.
6 Dicho esto, escupió en tierra, e hizo lodo con la saliva, y untó con el lodo los ojos del ciego,
7 y le dijo: Vé a lavarte en el estanque de Siloé (que traducido es, Enviado). Fue entonces, y se lavó, y regresó viendo.
8 Entonces los vecinos, y los que antes le habían visto que era ciego, decían: ¿No es éste el que se sentaba y mendigaba?
9 Unos decían: El es; y otros: A él se parece. El decía: Yo soy.
10 Y le dijeron: ¿Cómo te fueron abiertos los ojos?
11 Respondió él y dijo: Aquel hombre que se llama Jesús hizo lodo, me untó los ojos, y me dijo: Vé al Siloé, y lávate; y fui, y me lavé, y recibí la vista.
12 Entonces le dijeron: ¿Dónde está él? El dijo: No sé.
13 Llevaron ante los fariseos al que había sido ciego.
14 Y era día de reposo cuando Jesús había hecho el lodo, y le había abierto los ojos.
15 Volvieron, pues, a preguntarle también los fariseos cómo había recibido la vista. El les dijo: Me puso lodo sobre los ojos, y me lavé, y veo.

El que era ciego de eso hablaba, pero no hacia la voluntad de Dios, ni predicaba el mensaje del reino; aunque en ese momento “predicaba”.

Por eso es que la gente no cree nuestro evangelio, o solo llega a creer lo que nosotros únicamente hemos creído.

Si tú fuiste sano tal vez otros creerán en que ellos también serán sanos, pero no creerán en el amor del padre manifestado en su hijo Jesús. Porque ni tú lo has creído. Al igual que el que era ciego.

Por eso el conocer la puerta mas importante y pasar por ella te permitirá enseñar no una sanidad sino una vida. Te permitirá mostrar que tú de verdad entrantes por un puerta eterna.

Ya que tú por completo serás diferente verdaderamente por cuanto no treo carne o sangre.

Por eso el señor no transformo los apóstoles sino hasta cuando el mismo fue transformado nuevamente en lo eterno.

Cuando tú pasas por la puerta que es Cristo es cuando se corta verdaderamente toda maldición.

Juan 10
9 Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos.
10 El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.

Porque él dijo; vine para que tengan vida y vida en abundancia.

Pero mientras que nuestro corazón este en las riquezas de este mundo; y riqueza en este mundo aún puede ser la misma sanidad de nuestro cuerpo, familia o finanzas.

Entonces cuando Dios nos sana pensamos que ese es el evangelio. Ser saciados en esta tierra.
Entonces se cumple cuando dice que nada inmundo entrara, y menos un corazón pegado a lo que este mundo ofrece.
Porque muchos aprenden a manejar las puertas que están en nuestra vida, y pueden llegar a ser una nación prospera. Y eso lo vemos en la tierra prometida antes de llegar el pueblo de Israel.
¿Cómo era la tierra que Dios le prometió al pueblo de Israel?
Era tierra que fluya leche y miel.

¿Pero quienes habitaban en esa tierra?
Los filisteos
¿Pero porque tenían una tierra que fluye leche?
¿Y por tanto tiempo?
Porque ellos cuidaban sus puertas (su reino) como lo vimos en el tema anterior que representaban las puertas del enemigo.

En este caso ellos tenían sabiduría para manejar las puertas de ellos, pero no tenían acceso a la puerta del cielo, menos a las puertas eternas.

Y en quien termino la tierra que fluye leche y miel.

Por eso te pregunto ¿en dónde termina todo lo que llega a tu mano?
O ¿en dónde terminara?
Rompe esa maldición. Y esa solo se rompe cuando verdaderamente te apartas para cristo.

1 corintios 11
23 Porque yo recibí del Señor lo que también os he enseñado: Que el Señor Jesús, la noche que fue entregado, tomó pan;
24 y habiendo dado gracias, lo partió, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo que por vosotros es partido; haced esto en memoria de mí.
25 Asimismo tomó también la copa, después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; haced esto todas las veces que la bebiereis, en memoria de mí.
26 Así, pues, todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que él venga.
27 De manera que cualquiera que comiere este pan o bebiere esta copa del Señor indignamente, será culpado del cuerpo y de la sangre del Señor.
28 Por tanto, pruébese cada uno a sí mismo, y coma así del pan, y beba de la copa.
29 Porque el que come y bebe indignamente, sin discernir el cuerpo del Señor, juicio come y bebe para sí.
30 Por lo cual hay muchos enfermos y debilitados entre vosotros, y muchos duermen.