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EL REGALO MÁS GRANDE parte 8

EL REGALO MÁS GRANDE parte 8

Siendo Preparados para el máximo regalo
Ver la gloria de Dios




1 reyes 19
11 Él le dijo: Sal fuera, y ponte en el monte delante de Jehová. Y he aquí Jehová que pasaba, y un grande y poderoso viento que rompía los montes, y quebraba las peñas delante de Jehová; pero Jehová no estaba en el viento. Y tras el viento un terremoto; pero Jehová no estaba en el terremoto.
12 Y tras el terremoto un fuego; pero Jehová no estaba en el fuego. Y tras el fuego un silbo apacible y delicado.
13 Y cuando lo oyó Elías, cubrió su rostro con su manto, y salió, y se puso a la puerta de la cueva. Y he aquí vino a él una voz, diciendo: ¿Qué haces aquí, Elías?
14 El respondió: He sentido un vivo celo por Jehová Dios de los ejércitos; porque los hijos de Israel han dejado tu pacto, han derribado tus altares, y han matado a espada a tus profetas; y sólo yo he quedado, y me buscan para quitarme la vida.

Muchas veces nosotros cuando vamos en la búsqueda del señor, nos encontramos no con el señor sino con los procesos para poder tener un encuentro con Dios.

Ese proceso es pasar por el viento, por los terremotos, y por el fuego, para descubrir el silbo apacible.

¿Pero qué sucede en cada uno de ellos?

Poderoso viento
Una de las características de los vientos fuertes es que arrastran con todo, y al arrasar con todo, eso mismo golpea lo que esté más firme.

Ese es el viento que derriba lo más alto que tenemos.
Como el orgullo, la altives, la arrogancia, la fama, la lógica, la sabiduría humana, y asta nuestras fuerzas.

Pero también te enseña lo que tiene que andar contigo; que toda fortaleza de satanás tú tienes que derribarla, partirla en dos, que no puedes dejar piedra sobre piedra, ni montaña de cualquier fortaleza que quiera impedir que tu avances al próximo nivel.

Luego viene el terremoto.
Este por lo regular actúa desde las profundidades, hasta lo superficial.

Porque Dios derribará y sacará todo lo que tenemos oculto, que muchas veces ni siquiera nosotros sabemos que tenemos.
Como heridas, rencores, envidias, resentimientos, falta de auto estima.

Luego es enterrada toda esa tierra vieja de la cual nos sustentábamos; destruye todo alimento del cual nosotros decíamos vivir, como; la lógica, la razón, nuestras fuerzas, nuestro poder, nuestras riquezas, y hasta nuestra visión, y nuestros sueños.

Pero también nos enseña que si queremos ver la victoria tendremos que ir hasta lo más profundo de los problemas, no para enterrarnos con ellos sino para quitarles el poder que nosotros mismos le hemos entregado.
El mismo señor Jesús nos enseñó que él tuvo que descender a lo más profundo, porque allí estaban las llaves de la muerte y del hades.

Tú tienes que quitarle el poder a la muerte que constantemente mata tus sueños, tus proyectos, mata tu vida espiritual, y tu vida emocional y física.

Aunque el señor le quito las llaves al enemigo que es la muerte segunda, o sea la salvación, la entrada al reino por medio de su gracia, nosotros constantemente si nos vemos en diferentes clases de muerte, física emocional o espiritual.
Por eso en tu vida tiene que ir delante de ti un constante terremoto espiritual, para sacar a la luz lo que el enemigo hace en oculto contra ti, y así quitarle todo poder derribando toda artimaña d satanás.
Una verdadera estrella es la que brilla más en la oscuridad.

Ciertamente mayor es el que está en mí

Por ultimo viene el fuego.
El fuego purifica
Sin santidad nadie vera al padre

Este es el último paso de transformación.
En el fuego se consumirá todo lo que no haya sido hecho por Dios; porque después de que Dios haya destruido montañas de orgullo, y todo lo hablamos anteriormente, que hasta lo que está oculto en nosotros, lo saca a la luz. Nosotros no tendremos la capacidad de arrepentirnos, para que ese pecado que hay en nosotros sea consumido; ya que después de que hemos pasado por vientos y terremotos, es cuando estaremos blanditos y listos para ser orneados; es cuando ahí si empezamos a decir; señor haz conmigo lo que quieras, ya no puedo más, ya no aguanto más.
Es cuando de nuestro corazón comienza a ser conforme al corazón de Dios.

1 Samuel 2
35 Y yo me suscitaré un sacerdote fiel, que haga conforme a mi corazón y a mi alma; y yo le edificaré casa firme, y andará delante de mi ungido todos los días.

Porque Dios busca gente que él pueda ungir para que ande como él.
Que delante de él van vientos, terremotos, fuego, pero que ellos mismos son apacibles.

Luego de que pasemos este proceso es cuando entenderemos de cual paz Dios habla.
Porque aunque delante de él van vientos, terremotos, y fuego; Dios mismo es la paz verdadera, y cuando tú la encuentres podrás escuchar su voz; porque es cuando estarás listo para amarle, obedecerle, creerle, es cuando estarás lito para saber esperar en él.
Mientras tanto vivirás en tormentas, vientos fuertes, terremotos, y fuego.

Por eso el que no permita que Dios consuma lo viejo, no vera lo nuevo.

Hasta cuando te resistirás a que te quiten el viejo hombre.

Uno dice: no es que este es el que me sirve para cuando me ofenden. Porque entonces con que me defiendo sino luzco o saco al viejo hombre

La iglesia no cambia tu vida, lo que la cambia es lo que tu aceptas como verdad.
Por eso el señor dijo:

1 corintios 11
19 Porque es preciso que entre vosotros haya disensiones, para que se hagan manifiestos entre vosotros los que son aprobados.
20 Cuando, pues, os reunís vosotros, esto no es comer la cena del Señor.

1 corintios 11
23 Porque yo recibí del Señor lo que también os he enseñado: Que el Señor Jesús, la noche que fue entregado, tomó pan;
24 y habiendo dado gracias, lo partió, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo que por vosotros es partido; haced esto en memoria de mí.
25 Asimismo tomó también la copa, después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; haced esto todas las veces que la bebiereis, en memoria de mí.
26 Así, pues, todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que él venga.
27 De manera que cualquiera que comiere este pan o bebiere esta copa del Señor indignamente, será culpado del cuerpo y de la sangre del Señor.
28 Por tanto, pruébese cada uno a sí mismo, y coma así del pan, y beba de la copa.
29 Porque el que come y bebe indignamente, sin discernir el cuerpo del Señor, juicio come y bebe para sí.
30 Por lo cual hay muchos enfermos y debilitados entre vosotros, y muchos duermen.
31 Si, pues, nos examinásemos a nosotros mismos, no seríamos juzgados;
32 mas siendo juzgados, somos castigados por el Señor, para que no seamos condenados con el mundo.

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