ROMPIENDO MALDICIONES parte 11

ROMPIENDO MALDICIONES parte 11
La reconstrucción




Pro 26:2
Como el gorrión en su vagar y la golondrina en su vuelo así la maldición no viene sin causa.

Las consecuencias del descuido es que el enemigo no solo va a traer maldición, sino que va a quemar las puertas para que no se puedan cerrar ante él, y que cada persona se sienta indefensa, atrapada,

Él Señor dijo que el enemigo vino a: “matar, robar y destruir”, es decir: mata el espíritu roba la santidad de nuestra alma y por ultimo destruye el cuerpo con el pecado.

Juan 10
10 El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.

Romanos 6
22 Más ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna.
23 Porque la paga del pecado es muerte, más la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.

Para poder tener la vida y la libertad que queremos, primero se reconstruye el templo y el santuario junto con sus puertas; para no solo ver sino poder entrar y hallar nuevos pastos.

Nehemías 1
3 Y me dijeron: El remanente, los que quedaron de la cautividad, allí en la provincia, están en gran mal y afrenta, y el muro de Jerusalén derribado, y sus puertas quemadas a fuego.
4 Cuando oí estas palabras me senté y lloré, e hice duelo por algunos días, y ayuné y oré delante del Dios de los cielos.
5 Y dije: Te ruego, oh Jehová, Dios de los cielos, fuerte, grande y temible, que guarda el pacto y la misericordia a los que le aman y guardan sus mandamientos;
6 esté ahora atento tu oído y abiertos tus ojos para oir la oración de tu siervo, que hago ahora delante de ti día y noche, por los hijos de Israel tus siervos; y confieso los pecados de los hijos de Israel que hemos cometido contra ti; sí, yo y la casa de mi padre hemos pecado.
7 En extremo nos hemos corrompido contra ti, y no hemos guardado los mandamientos, estatutos y preceptos que diste a Moisés tu siervo.
8 Acuérdate ahora de la palabra que diste a Moisés tu siervo, diciendo: Si vosotros pecareis, yo os dispersaré por los pueblos;
9 pero si os volviereis a mí, y guardareis mis mandamientos, y los pusiereis por obra, aunque vuestra dispersión fuere hasta el extremo de los cielos, de allí os recogeré, y os traeré al lugar que escogí para hacer habitar allí mi nombre.


Sinos devolvemos un poco vemos que Nehemías fue el último que participo en la reconstrucción de Jerusalén. Ya que el primero fue zorobabel.

Este primer regreso fue Dirigido por Zorobabel, hombre en quien habían depositado toda la responsabilidad de conducir a Israel y reconstruir el templo.
Esto nos señalaba una sombra de la reconstrucción que él Señor haría en nosotros, y nos enseña que primero se reconstruye el templo y el santuario para tener comunión nuevamente con él.

El segundo regreso fue dirigido por Esdras, quien era sacerdote y escriba (Neh. 8:9). Este grupo regresaría casi ochenta años después del primer grupo.

Su regreso fue para apoyar la construcción del tempo y reprender al pueblo que se habían mezclado. Sacar todo con lo que el enemigo hacia pecar al pueblo ya que si se dejaba entre el pueblo, este volvería a tener las mismas consecuencias de antes, será reconstruir para ser nuevamente destruidos y desde adentro

El último grupo fue guiado por Nehemías, un hombre con una posición única, ya que él era el copero del rey, Artajerjes, ver (Nehemías 1:11), Este hombre condujo al último grupo de cautivos hacia Israel, y fue quien restauro la mayor parte de esta ciudad.


La Biblia nos muestra que la reconstrucción de las puertas, las murallas y las torres, estuvo a cargo de Nehemías.

¿Pero porque estuvo a cargo de Nehemías?
Porque él amaba verdaderamente lo que era verdadero, lo que no tenía mescla, lo que era de arriba
Todo esto fue dejado como un ejemplo para nosotros, para que aprendiéramos a restaurar y que las consecuencias del pecado cuando lo aceptamos muchas veces son muy fuertes de derribar

La ciudad de Jerusalén contenía doce puertas y cada puerta estaba descrita con un nombre, que identificaba la entrada a la ciudad.

Isaías 54
8 Con un poco de ira escondí mi rostro de ti por un momento; pero con misericordia eterna tendré compasión de ti, dijo Jehová tu Redentor.
9 Porque esto me será como en los días de Noé, cuando juré que nunca más las aguas de Noé pasarían sobre la tierra; así he jurado que no me enojaré contra ti, ni te reñiré.
10 Porque los montes se moverán, y los collados temblarán, pero no se apartará de ti mi misericordia, ni el pacto de mi paz se quebrantará, dijo Jehová, el que tiene misericordia de ti.
11 Pobrecita, fatigada con tempestad, sin consuelo; he aquí que yo cimentaré tus piedras sobre carbunclo, y sobre zafiros te fundaré.
12 Tus ventanas pondré de piedras preciosas, tus puertas de piedras de carbunclo, y toda tu muralla de piedras preciosas.
13 Y todos tus hijos serán enseñados por Jehová; y se multiplicará la paz de tus hijos.
14 Con justicia serás adornada; estarás lejos de opresión, porque no temerás, y de temor, porque no se acercará a ti.
15 Si alguno conspirare contra ti, lo hará sin mí; el que contra ti conspirare, delante de ti caerá.
16 He aquí que yo hice al herrero que sopla las ascuas en el fuego, y que saca la herramienta para su obra; y yo he creado al destruidor para destruir.
17 Ninguna arma forjada contra ti prosperará, y condenarás toda lengua que se levante contra ti en juicio. Esta es la herencia de los siervos de Jehová, y su salvación de mí vendrá, dijo Jehová.