LA LEY DE LA FE.
ROMANOS 3
27 ¿Dónde, pues, está la jactancia? Queda excluida. ¿Por cuál ley? ¿Por la de las obras? No, sino por la ley de la fe.
28 Concluimos, pues, que el hombre es justificado por fe sin las obras de la ley.
Hechos 15
9 y ninguna diferencia hizo entre nosotros y ellos, purificando por la fe sus corazones.
Tu fe no es la que te purifica
Romanos 4
13 Porque no por la ley fue dada a Abraham o a su descendencia la promesa de que sería heredero del mundo, sino por la justicia de la fe.
14 Porque si los que son de la ley son los herederos, vana resulta la fe, y anulada la promesa.
Efesios 2:8
Porque por gracia sois salvos, por medio de la fe, y esto no de vosotros, pues es un don de Dios
Hechos 26
18 para que abras sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas a la luz, y de la potestad de Satanás a Dios; para que reciban, por la fe que es en mí, perdón de pecados y herencia entre los santificados.
Porque es la fe del señor Jesús la que te perdona y la tuya es para recibir la salvación
Romanos 1
16 Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego.
17 Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá.
Adquirimos la mente de Cristo
Hebreos 10
1 Porque la ley, teniendo la sombra de los bienes venideros, no la imagen misma de las cosas, nunca puede, por los mismos sacrificios que se ofrecen continuamente cada año, hacer perfectos a los que se acercan.
La ley de Moisés fue derogada, pero ahora existe una ley superior a la que Moisés recibió para al pueblo de Israel, ya que aquella era una sombra, de la verdadera ley de Dios, que es la ley de la fe.
HEBREOS 8
5 los cuales sirven a lo que es figura y sombra de las cosas celestiales, como se le advirtió a Moisés cuando iba a erigir el tabernáculo, diciéndole: Mira, haz todas las cosas conforme al modelo que se te ha mostrado en el monte.
6 Pero ahora tanto mejor ministerio es el suyo, cuanto es mediador de un mejor pacto, establecido sobre mejores promesas.
7 Porque si aquel primero hubiera sido sin defecto, ciertamente no se hubiera procurado lugar para el segundo.
8 Porque reprendiéndolos dice: He aquí vienen días, dice el Señor, En que estableceré con la casa de Israel y la casa de Judá un nuevo pacto;
9 No como el pacto que hice con sus padres El día que los tomé de la mano para sacarlos de la tierra de Egipto; Porque ellos no permanecieron en mi pacto, Y yo me desentendí de ellos, dice el Señor.
10 Por lo cual, este es el pacto que haré con la casa de Israel Después de aquellos días, dice el Señor: Pondré mis leyes en la mente de ellos, Y sobre su corazón las escribiré; Y seré a ellos por Dios, Y ellos me serán a mí por pueblo;
11 Y ninguno enseñará a su prójimo, Ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce al Señor; Porque todos me conocerán, Desde el menor hasta el mayor de ellos.
12 Porque seré propicio a sus injusticias, Y nunca más me acordaré de sus pecados y de sus iniquidades.
Entonces en el Nuevo Pacto, debemos cumplir es con una ley superior.
Romanos 1:5
Y por quien recibimos la gracia y el apostolado para la obediencia a la fe en todas las naciones por amor de su nombre”.
Esto es que no estamos sin ley.
¿Qué es obedecer a la fe?
Jeremías 31:
33 Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días dice el Señor: Daré mi ley en su mente y la escribiré en su corazón y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán a mi por pueblo”. Quiere decir que la ley de la fe, está escrita en nuestra mente y en nuestro corazón.
¿Cuál es esa ley?
La ley del perdón y la salvación.
Y de que tú creas al hecho que Cristo en la Cruz perdonó tus pecados, es decir Él es el cordero de Dios que fue ofrecido en sacrificio por los pecados nuestros.
Esa es la primera norma que establece la ley de la fe, es la base de toda la obediencia al Nuevo Pacto,
Colosenses 2:14:
Anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio, y clavándola en la cruz.
¿Y qué decretos había contra nosotros?
Deuteronomio 11:
26 He aquí yo pongo hoy delante de vosotros la bendición y la maldición:”
27 la bendición si oyereis los mandamientos del Señor vuestro Dios que yo os prescribo hoy,” 28 y la maldición si no oyereis los mandamientos del Señor vuestro Dios, y os apartareis del camino que yo os ordeno hoy para ir en pos de Dioses ajenos que no habéis conocido.
Es decir que los decretos que había en contra de nosotros, eran maldiciones por no oír los mandamientos de la ley del Antiguo Pacto. Cristo clavó en la cruz del calvario esos decretos en los cuales todos éramos pecadores, haciéndose pecado él que era justo, para hacer justos a los que éramos pecadores
Romanos 3:
13 Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito, maldito todo el que es colgado de un madero)
Quiere decir que por un lado la ley del Antiguo pacto puso la bendición y la maldición, pero como nadie fue capaz de cumplirla, todos estábamos en maldición
Romanos 3:
10 Como está escrito, No hay justo, ni aún uno;
11 no hay quien entienda, no hay quien busque a Dios,
12: Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; no hay quien haga lo bueno no hay ni siquiera uno.
1. El primer decreto de la ley de la fe entonces es creer que Cristo nos hizo justos.
2. Las obras preparadas de antemano, son las obras que debemos seguir en el Nuevo Pacto.
Y cuando la ley de la fe se activa los frutos serán evidentes junto con los dones
Efesios 2
8 Porque por gracia sois salvos, por medio de la fe, y esto no de vosotros, pues es un don de Dios
9 no por obras para que nadie se gloríe
Quiere decir que las obras no nos salvan ni nos condenan, es Cristo el que nos salva por medio de la fe, y esto es un don de Dios.
Para vivir en el Reino de Dios, tenemos que cumplir con lo que establece la ley de la fe.
Efesios 2
10: Porque somos hechura suya creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales el preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.
Pero es muy importante saber distinguir entre las obras de la ley del Antiguo Pacto y la ley de la fe.
En primer lugar la ley del antiguo pacto, son una serie de ritos y sacrificios que servían no para perdonar sino para tapar o cubrir los pecados, como quien echa la basura debajo de la alfombra.
Y la palabra es clara que ninguna obra de la ley puede salvarnos, el único que pudo fue el Señor Jesucristo.
Y la ley de la fe es con los frutos Espíritu, amor, gozo, paz paciencia, benignidad, mansedumbre y templanza.
GÁLATAS 5
22 Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe,
23 mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.
Entender esto, ES MUY IMPORTANTE, pues de no hacerlo, podemos caer en la religiosidad, pues tratamos de cumplir con una ley lo que ya no es ley y que no podemos cumplir.
Por eso es que viene a nuestra vida frustración, tristeza, y agotamiento, pues intentamos seguir a Cristo conforme a lo que establece el Viejo Pacto, con la consecuencia que nos volvemos hipócritas fariseos y religiosos, y lo que es peor, comenzamos a juzgar mal a todos, para ponerle el dedo señalador a otros para que miren la supuesta luz que hay en mí.
Pero si tú entiendes que la ley de la fe te da una nueva forma de vivir, cuando la obedeces, entonces comienzas a creer, crecer.
Crees en el amor de Cristo que es incondicional, crees en su justicia que no depende de tus obras sino de su amor por ti, y de su amor por todos.
La ley de la fe te enseña a pensar como Cristo, no como fariseo o religioso de doble animo.
La ley de la fe te vuelve misericordioso y justo.
También comienzas a verte a ti mismo con amor, comienzas a cuidar el templo del Espíritu Santo que eres tú mismo, te amas, te cuidas, cuidas de lo que comes, de lo que haces, ya no te ves como un vil pecador, sino como un bendecido hijo de Dios, como un ser que pertenece a él.
La ley de la fe causa que te veas limpio y puro por medio del señor Jesucristo, y tus pensamientos comienzan a volverse limpios y puros.
Entonces viene el amor en ti hacia los demás, y a comprender sus debilidades, sus defectos.
La ley de la fe produce el efecto de que Comienzas a ayudar a otros, ya no por quedar bien con Dios como quien le toca cumplir o pagar; sino porque al igual que él Señor te ama tu los amas, y solo quieres el bien para ellos, ya no los juzgas para condenarlos, ahora los juzgas para amarlos, perdonarlos, protegerlos, bendecidlos.
Proverbios 17
17 En todo tiempo ama el amigo, Y es como un hermano en tiempo de angustia.
Proverbios 17
9 El que cubre la falta busca amistad; Mas el que la divulga, aparta al amigo.
10 La reprensión aprovecha al entendido, Más que cien azotes al necio.
Entonces tú ya no condenas sino reconcilias.
1 Corintios 2:14
Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura y no las puede entender porque se han de discernir espiritualmente.
15: En cambio el espiritual juzga todas las cosas pero él no es juzgado de nadie.
Hemos hablado que la ley de la fe es superior a la ley de las obras entonces quien está bajo esta ley no puede ser juzgado por una ley menor.
No quiere decir que nadie tenga derecho a juzgarnos, quiere decir que al tener el amor de Cristo, nadie tiene algo negativo que decir de nosotros, pues actuamos como Cristo actúa.
1 Corintios 2:
16 Porque ¿Quién conoció la mente del Señor? ¿Quién le instruirá? Más nosotros tenemos la mente de Cristo.
Esa es la clave, que pensamos como Cristo piensa, no como pensaban en el antiguo testamento; sino como piensa Cristo, con amor, justicia, paz y gozo.
Por eso es que la ley mosaica no le sirve de nada a un cristiano espiritual, ya que conoce una ley superior, una ley espiritual que está escrita ya no por el dedo de Dios en tablas de piedra, sino escrita por el Espíritu mismo de Cristo, en nuestros corazones y en nuestra mente.
y esa es la ley de la fe que ya no seguimos sino que tenemos dentro
Porque tenemos la mente de Cristo, y eso implica que pensamos, y por ende actuamos como él,
1 de corintios 9
24 ¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno solo se lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis.
25 Todo aquel que lucha, de todo se abstiene; ellos, a la verdad, para recibir una corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible.
26 Así que, yo de esta manera corro, no como a la ventura; de esta manera peleo, no como quien golpea el aire.
Romanos 1
16 Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios, para todo aquel que cree, al judío primeramente y también al griego.”
17 Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá.
¿Cómo es que nosotros adquirimos la mente de Cristo para obtener lo que es la fe en él?
Es una decisión esa es tu fe actuando pero la fe del padre es adquirir el conocimiento del evangelio en nuestra mente y en nuestro corazón por eso es que el evangelio es poder de Dios para todo aquel que cree. La fe del padre actuando sobre la tuya.
Tenemos que dejar de pensar como personas del antiguo testamento, y comenzar a creer como Cristo; conforme a lo que él dice,
Por eso la ley de fe es que a ti se te dio por el Espíritu creer, y no creer cualquier cosa, creer en Cristo, en su justicia, amor y poder, para dar frutos espirituales.
¿Qué sucede con la ley de la fe cuando es mesclada con la ley de las obras?
Si mezclas Antiguo Pacto con Nuevo pacto, es como un poco de levadura que leuda toda la maza.
Porque queremos ser cristianos, pero practicar los ritos, y seguir la ley judía.
Hasta en la misma naturaleza se ve; que no hay mescla entre los diferentes tipos de animales
Y es por eso que Israel no da frutos espirituales, aunque sea pueblo de Dios, ya que los frutos espirituales solo pueden producirse cuando se vive por la fe, conforme al amor, justicia, y poder de Jesucristo.
El conocer el amor de Dios y su justicia, nos hace tener paz, y ese es otra obra preparada de antemano por Dios conforme a la ley de la fe.
Romanos 5:
1 Justificados pues, por la fe, tenemos paz para con Dios, por medio de nuestro Señor Jesucristo.
La ley de la fe, nos da paz, al entender el amor, la justicia, y el poder que hay en el Señor Jesús, entonces tú tienes paz, que es otro fruto espiritual, entonces tu confías y en medio de la tribulación estás firme, porque sabes que es una tribulación en la carne, pero tu confías en lo que no se ve, porque sabes quién eres y quien es Dios, pero en ti.
La ley de la fe, nos de paciencia.
Romanos 15:
4 Porque las cosas que se escribieron antes, para nuestra enseñanza se escribieron, a fin de que por la paciencia y la consolación de las Escrituras, tengamos esperanza.
5 Pero el Dios de la paciencia y de la consolación os dé entre vosotros un mismo sentir según Cristo Jesús,
6 para que unánimes, a una voz, glorifiquéis al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo.
Lo que se escribió antes no es para cumplirlo ahora, ¿para qué es entonces?
Quiere decir que el Antiguo Pacto debemos conocerlo, ¿para qué? Para que entendamos el amor, justicia, poder de Dios, y el significado de la obediencia para darnos cuenta del sacrificio de la cruz.
Imaginemos la felicidad de un padre si ve que sus hijos hagan las cosas no por temor a un castigo sino porque piensan como el padre piensa, y tienen una fe no conforme a la ley de las obras sino conforme al poder del espíritu. Pues eso es lo que Cristo hace con nosotros, mediante el conocimiento de su palabra cuando nosotros abrimos nuestro corazón para que el padre escriba esa ley la cual es superior a la antigua ley.
La ley de la fe produce en ti el fruto de la benignidad.
Efesios 4:
32 Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros como Dios os perdonó también a vosotros en Cristo
Al tu entender la benignidad de Cristo, al tu entender que fuiste reconciliado gracias a su sacrificio, entonces te conviertes en un ser benigno, que solo trata de hacer el bien, que tiene misericordia de los demás.
Lamentablemente hay cristianos que se glorían en la ley mosaica que en tener la mente de Cristo que es lo mismo que lay de la fe. Por eso dice que quien se gloría gloríese en el Señor.
La ley de la fe produce en ti la mansedumbre y la templanza, un creyente que tiene la mente de Cristo. Es manso y con templanza. Y una persona que es manso y con templanza es que es firme que su cimiento es la roca.
Mateo 7
24 Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca.
25 Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca.
26 Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena;
27 y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina.
La ley de la fe es la que te lleva al reposo de Dios
Y como lo vimos anteriormente en el estudio de los diez mandamientos; el reposo de Dios no es un día específico, el reposo es una vida cambiada que disfruta de la gloria del Padre
Para que hoy puedas decir: hoy reposo de todas mis obras porque sé en quien estoy cimentado y a partir de hoy vivo por la ley de la fe, y no la de mis obras para cumplir ley, porque la ley de las obras están escritas en un papel pero la ley de la fe está en mi mente y mi corazón, no por mis fuerzas sino por el poder de aquel que me llamo produciendo en mi el reposo y la libertad que el Padre me prometió.
Juan 8
35 Y el esclavo no queda en la casa para siempre; el hijo sí queda para siempre.
36 Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres.
Hebreos 4:
10 Porque el que ha entrado en su reposo, también ha reposado de sus obras, como Dios de las suyas”.
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