NO CODICIARAS
Éxodo 20:17
No codiciarás la casa de tu prójimo, no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo.
1- QUE ES LA CODICIA.
2- LA RAÍZ DE LA CODICIA
3- QUE NOS IMPULSA A CODICIAR
4- CONSECUENCIAS DE LA CODICIA
5- FACTORES EXTERNOS QUE PRODUCEN LA CODICIA
6- ¿PODEMOS CODICIAR?
1- QUE ES LA CODICIA.
La codicia es lo mismo que avaricia; es el deseo desordenado de las cosas materiales o espirituales.
La acción de codiciar, no es lo que hacemos, sino lo que planeamos o lo que deseamos tener a toda costa y sin importar las consecuencias o a quien nos llevamos por delante.
Los avaros son personas que ponen su corazón, su fuerza, su tiempo, su alma en acumular riquezas en este mundo.
Son personas que sirven al dinero, y todo tipo de riquezas pero de una forma egoísta y sirven al dinero y no el dinero les sirve a ellos.
El Señor Jesús dice: “Nadie puede servir a dos señores; porque aborrecerá a uno y amará al otro; o bien se entregará a uno y despreciará al otro. No podéis servir a Dios y al Dinero” (Mt 6,24). O servimos a Dios o servimos al dinero.
Pablo nos dice en la carta a los Corintios: “ni ladrones, ni avaros, ni borrachos, ni ultrajadores, ni explotadores heredarán el Reino de Dios” (1 Co 6,10).
2- LA RAÍZ DE LA CODICIA
¿Pero cuál es la raíz de tu codiciar?
La raíz comienza cuando tú ubicas tu corazón en las cosas que te deslumbran sean buenas o malas.
Mateo 6
19 No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan;
20 sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan.
21 Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.
22 La lámpara del cuerpo es el ojo; así que, si tu ojo es bueno, todo tu cuerpo estará lleno de luz;
23 pero si tú ojo es maligno, todo tu cuerpo estará en tinieblas. Así que, si la luz que en ti hay es tinieblas, ¿cuántas no serán las mismas tinieblas?
24 Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas.
25 Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido?
3- QUE NOS IMPULSA A CODICIAR
El apetito insaciable
Cuando tienes ese tipo de apetito es porque dentro de ti se encuentra la semilla del Seol
Proverbios 27
20 El Seol y el Abadón nunca se sacian; Así los ojos del hombre nunca están satisfechos.
Porque el Seol es la nada es el vacio y nunca se sacia.
Entonces cuando usted está vacío de las cosas de Dios. Comienza a nacer el Seol la necesidad de llenarse, de sentirse completo, realizado pero como es el espíritu de codicia; que es el que sale del mismo Seol nunca será saciado y satisfecho
La envidia
Génesis 30:1
Viendo Raquel que no daba hijos a Jacob, tuvo envidia de su hermana, y decía a Jacob: Dame hijos, o si no, me muero.
2 Y Jacob se enojó contra Raquel, y dijo: ¿Soy yo acaso Dios, que te impidió el fruto de tu vientre?
Cuando tu vez que a otros les va mejor que a ti, más cuando tu eres religioso y dices pero es que yo amo a Dios y por qué ese que es malo hasta en su casa, prospera tanto.
Esta es una de las pruebas que la mayoría pierde delante de Dios y lo peor es que no reconocen que en su corazón está en la codicia.
Esto Dios lo permite
Cuando se desean los bienes del otro, aparece la envidia. Se sufre cuando el otro tiene bienes, cuando en realidad se debería sentir alegría. La envidia es la tristeza que se siente ante el bien que el otro tiene y que conlleva al deseo de apropiarse lo que es del otro.
El desorden
Cuando tú no tienes prioridades ni orden en las metas que tienes
El mandamiento principal es “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo” (Lucas 10,27), y siguiendo ese camino es como agradamos a Dios y encontramos la felicidad. Nuestra meta es poner el corazón en Dios y en el servicio a los demás y no en las riquezas.
Los bienes son buenos y necesarios y una ayuda para vivir. La obsesión por los bienes nos impide acercarnos a Dios. En el libro del Eclesiastés dice que “la avaricia seca el alma”.
4- CONSECUENCIAS DE LA CODICIA
La codicia te cierra puertas
Codiciando más siempre se tendrá menos
No serás puesto en lugares de gobierno delante de Dios
Cada vez creerás que te alcanza menos, aunque tengas más y más.
Terminaras dándote cuenta que lo que has sembrado eso cosechaste.
Veras disfrutando a otros lo que tú con tanto esfuerzo codiciaste.
Siempre tendrás miedo de perderlo todo
5- FACTORES EXTERNOS QUE PRODUCEN LA CODICIA EN TI
El consumismo.
Vivimos en una época donde el tener se ha convertido en una obsesión, vivimos en una era consumista.
Se nos ha enseñado a almacenar riquezas que no sirven para la vida eterna.
Mateo 6
19 No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan;
20 sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan.
21 Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.
El problema no es lo que poseemos, sino que los demás tengan más que nosotros. La publicidad nos lava el cerebro para que tengamos cada vez más cosas. La codicia no consiste entonces en querer algo, sino en querer algo del prójimo que no tenemos nosotros.
. Hoy en día, sólo tiene importancia el tener, sin embargo el día que nos presentemos ante Dios, no importará lo que hayamos tenido, sino lo que hayamos amado (codiciado o tenido en primer lugar)
6- ¿PODEMOS CODICIAR?
El original hebreo es kamath, en sí significa simplemente “desear” algo o “deleitarse” en ello.
Una palabra que se usa de dos formas.
De la forma negativa tal como la esplique anteriormente
La Positiva es
Por ejemplo, en Cantares la amada dice: “bajo la sombra del deseado me senté” y más adelante sigue diciendo: “todo él es codiciable”
En ambos casos se trata de la misma palabra
En realidad, en la vida podemos deleitarnos en muchas cosas sin que sea pecado. En el Salmo 19:10 se nos dice que las palabras de Dios “deseables más que el oro”.
Pedro exhorta a los creyentes en el mismo sentido cuando dice: “desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada” (1 PEDRO. 2:2).
2 Crónicas 32:27 Y tuvo Ezequías riquezas y gloria, muchas en gran manera; y adquirió tesoros de plata y oro, piedras preciosas, perfumes, escudos, y toda clase de joyas deseables.
28 Asimismo hizo depósitos para las rentas del grano, del vino y del aceite, establos para toda clase de bestias, y apriscos para los ganados.
29 Adquirió también ciudades, y hatos de ovejas y de vacas en gran abundancia; PORQUE DIOS LE HABÍA DADO MUCHAS RIQUEZAS.
30 Este Ezequías cubrió los manantiales de Gihón la de arriba, y condujo el agua hacia el occidente de la ciudad de David. Y fue prosperado Ezequías en todo lo que hizo.
La clave de desear esta es en que todo lo que desees este en que Dios te lo dé, y no que tu lo tomes.
Sal 119:131 Mi boca abrí y suspiré, Porque deseaba tus mandamientos.
Sal 119:174 He deseado tu salvación, oh Jehová, Y tu ley es mi delicia.
Proverbios 3
13 Bienaventurado el hombre que halla la sabiduría, Y que obtiene la inteligencia;
14 Porque su ganancia es mejor que la ganancia de la plata, Y sus frutos más que el oro fino.
15 Más preciosa es que las piedras preciosas; Y todo lo que puedes desear, no se puede comparar a ella.
16 Largura de días está en su mano derecha; En su izquierda, riquezas y honra.
17 Sus caminos son caminos deleitosos, Y todas sus veredas paz.
18 Ella es árbol de vida a los que de ella echan mano, Y bienaventurados son los que la retienen.
Esta es la llave para saber desear. Por que cuando tu deseas el oro y la plata se te convertirá en una carga y en codicia desenfrenada.
Porque solo la sabiduría y la inteligencia te muestra donde están las riquezas materiales
Y la sabiduría y la inteligencia, es buscar a Dios con todo tu corazón alma, fuerzas y espíritu.
Mateo 22
37 Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente.
38 Este es el primero y grande mandamiento.
Un ejemplo si tú vas a trabajar todos los días, es porque al final de mes te dan un sueldo
Pero tienes que ver la iglesia de Dios aun mejor que tu trabajo material. Porque cada vez que tu vienes al trono de Dios tu no solamente vienes a dar adoración y ofrenda sino a recibir sabiduría e inteligencia por impartición del espíritu santo.
Tú en el trabajo no pones escusas, o ni lo intentas porque sabes que te despiden. Tienes que ser igual y mejor en las cosas de Dios porque él paga bien, mejor que el mundo.
Mateo 10
42 Y cualquiera que dé a uno de estos pequeñitos un vaso de agua fría solamente, por cuanto es discípulo, de cierto os digo que no perderá su recompensa.
Así es que cuando tú das para Dios de tu tiempo. Tú eres sabio, y ya no tienes que quedarte en solo deseos que se te convertirán en codicia y todo por no entender que el padre te creo con todo, pero todo está en el reino.
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